El arzobispo de Mosul sobrevivió a su secuestro, pero 1.100 cristianos han sido asesinados en Irak desde 2003
Basile Georges Casmoussa es el arzobispo siro-católico de Mosul, en Irak. Tiene memorizadas las cifras del calvario de los cristianos iraquíes «desde que empezó la ocupación americana en 2003»,
A saber: 8 curas asesinados, 52 iglesias bombardeadas, 182 fieles desaparecidos, 1.109 cristianos asesinados («eso incluye a diez que fueron atropellados por tanques americanos, uno era un joven monje de mi diócesis») y 13 sacerdotes secuestrados, incluyéndole a él. Cassmoussa fue el primer clérigo secuestrado, en el año 2005.
«Yo estaba de visita pastoral en un barrio cerca de Mosul, cuando un coche bloqueó al mío, salieron dos hombres armados, me tomaron y me metieron en el maletero. Me taparon los ojos y la boca. Me dijeron que su jefe, su “príncipe”, le llamaban ellos, decidiría qué hacer conmigo.
Preguntaron por mi dinero. Les dije: “Tengo 30 dólares, y otros 400 para los pobres”. Dijeron: “Creo que te degollaremos”, y respondí: “Bueno, pero al menos dad el dinero a los pobres en mi lugar”». Pasó la noche rezando, cegado, en el suelo. Al día siguiente le llevaron en el maletero del coche a otra ciudad, y allí le hicieron preguntas sobre la religión de los cristianos. «Que por qué los curas no nos casamos, que cómo va a ser Jesús hijo de Dios, si Dios no tiene mujer... Yo les di una catequesis, les dije que Jesús es hijo porque obedece al Padre, hace su voluntad...».
¿Cómo podía estar tranquilo? «Ya desde los primeros instantes en el maletero recé: “Dios mío, dame la gracia de tener calma, esperanza y de no decir nada que empeore la situación”. Y ese rezo me mantuvo tranquilo. Luego, cuando me pusieron la daga al cuello, le dije a mi captor: “Permíteme que rece”. Me preguntó: “¿Algún mensaje para tus padres?”. Y le respondí: “Sí, díles que ofrezco la vida por la paz en Irak y para que cristianos y musulmanes se den la mano en paz”».
Pero no le mataron. Alguien pagó un rescate por él. Además, Juan Pablo II había organizado una campaña de oración por él y los captores quedaron asombrados del revuelo en las agencias internacionales por su secuestro.
Casmoussa piensa que «todo diálogo es útil para la paz» y que «hay que fomentar las corrientes moderadas del islam». En eso puede jugar un papel importante la Unión Europea. El jueves agradecía al eurodiputado popular Jaime Mayor Oreja, a la Universidad San Pablo CEU y a Ayuda a la Iglesia Necesitada su invitación para exponer la situación en Irak. «Europa ha de pedir que se investiguen todos los crímenes», propone el arzobispo.
No toda la violencia es islamista
Los secuestradores de Casmoussa no eran fundamentalistas. La teoría del arzobispo es que muchos grupos nacionalistas o mafias regionales se benefician del estado de desorden en el país, y matar cristianos es una forma barata y segura de mantener el caos. «No debemos fiarnos de esa reivindicación de Al Qaida de la matanza de la catedral del 31 de octubre en Bagdad. Es la primera vez que Al Qaida hace un comunicado así. El Parlamento Europeo podría hacer una investigación».
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