Curas rurales, entre dos muros y sin Red
Ayer compartí mesa, mantel y charla posterior con un nutrido grupo de curas del Movimiento Rural Cristiano. Curas de pueblo de toda la vida. Con opción por el mundo rural, que no buscan ascensos,prebendas ni poder. Encarnados entre los últimos, mantienen la llama de la fe encendida y se contentan con ser fermento, levadura, presencia samaritana y bondad en acción. Curas que acompañan a la olvidada gente del campo. Curas que comparten con los labradores y los ganaderos su vida, sus afanes y sus alegrías.
Curas a pié de obra. Algunos con pedigrí y años de brega y de militancia. Y, por lo tanto, de permanencia en el surco de la vida y de la fe. Los había con 40 y hasta 50 años de labor. Pero también, con 30 y 20. E incluso, algunos más jóvenes. Cuando todos dejan los pueblos, ellos siguen allí. Cuando todos se van, ellos permanecen.
La sensación que me quedó, tras estar con ellos, es que tocas "madera", que tocas Evangelio en estado puro, entrega al cien por cien, que tocas Concilio y ese modelo de Iglesia colegial, corresponsable, que no impone, que se encarna y que transmite a Dios por el testimonio, por la piel, por la cercanía, por la empatía.
No están en las trincheras contra nadie y, menos, contra la Iglesia, a la que aman y a la que han entregados sus vidas. Eso sí, les duele la situación de la Iglesia, con su prepotencia y su modelo eclesiástico que vuelve a convertir el cura en una funcionario-expendedor de sacramentos.
Les duele la Iglesia que transmite mala imagen y pierde credibilidad cada vez que algunos jerarcas salen en la tele o en los medios. Les duele la Iglesia que se atrinchera en sus privilegios y en su cansino caminar y no se coloca a la vanguardia del socorro, de la ayuda y de la compasión con las víctimas de esta crisis terrible que padecemos.
Les duele su alma de pastores, pero no saben qué hacer. Están como paralizados, desconectados. Uno de ellos resumía así su situación: "Estamos entre dos muros: el de la jerarquía que involuciona a marchas forzadas y el de las nuevas generaciones de curas que les acompañan".
Aprisionados en un modelo de Iglesia, que se impone desde arriba y que, en la práctica, trata de desactivar el Concilio. Un modelo muy distinto (por no decir diametralmente opuesto) a aquel modelo conciliar al que muchos de ellos entregaron sus vidas. Y las siguen entregando.
Porque, a estas alturas nadie les va hacer cambiar de modelo eclesial. No claudican, no traicionan al pueblo y a los laicos, a los que les dijeron, hace años, que todos somos Iglesia y que los laicos son "corresponsables" de la misma. Con voz y voto. Y con organismos como los Consejos de pastoral o los consejos de economía, en muchos casos deliberativos.
Aprisionados entre el muro de la jerarquía que pliega velas y las nuevas hornadas de sacerdotes, que siguen a pié juntillas ese modelo, que quiere volver a ser piramidal, espiritualista, sacramentalista. Y sólo eso. Y nada más que eso.
Pero ahí están y resisten. No pueden prescindir de ninguno de los dos palos de la cruz: el vertical que conecta al hombre con Dios y el horizontal del amor y del compromiso con los hermanos.
Aprisionados y muchos de ellos solos y casi abandonados. Especie en peligro de extinción. El grupo de los rurales es afortunado, porque todavía se junta y se apoya y se anima y camina en compañía. Los demás, ni eso. Cada cual en su pequeño reino de taifas. Son como estrellas que brillan, pero no forman constelaciones.
Están sólo en la lógica de la resistencia. Tendrían que pasar (Dios lo quiera) a la mística de la resistencia activa. A conectarse entre sí todos esos curas (que siguen siendo miles) que apuestan por el modelo de Iglesia del Pueblo de Dios (pero de verdad y con todas las consecuencias).
Tendrían que luchar por defender lo que, en conciencia, creen que debe ser el Reino de Dios. Tendrían que unirse en Red. Y hoy es fácil, rápido y cómodo.
¿Por qué no crear, por ejemplo, una red de Foros de curas? Una red interconectada entre sí. Hay varios Foros activos en estos momentos: Madrid, Bizkaia, Girona, Oviedo, Aragón, Andalucía... Sólo falta unirlos en Red y conectarse con otras redes de curas europeas, que están en la misma línea.
Por ejemplo, la de la Pfarrer Iniciative que, a pesar de las condenas jerárquicas aglutina ya a miles de sacerdotes de toda Europa.
Sería un gran servicio al pueblo de Dios. Para algunos, su último gran servicio a la causa del Reino, a la que entregaron sus vidas. Enrique, César, Ramón, Antonio...la Red os espera, la red del pescador galileo que soñaba con un mundo mejor. Gracias por vuestro testimonio y ánimo.
De un antiguo rural que os admira.
José Manuel Vidal