Losantos: "Hay una casta de liberados que cobra sin trabajar. Entre ellos, Rajoy, que cobra por no gobernar"
Fiel a su compromiso con los lectores y con la empresa que le paga su salario, así como a sus propios principios personales, este humilde lector de columnas pasa de unos sindicatos que no le representan y no hace huelga general. Así, este 14 de noviembre de 2012 hace su repaso a los artículos de opinión de la prensa de papel para que lo lea quien quiera hacerlo.
Predomina en las columnas, no podía ser de otro modo, la huelga general de marras, aunque no es el único tema. El País nos ofrece uno de esos ladrillos firmados --en algunos casos, que los escriban ellos es algo más dudoso-- por políticos socialistas en los que tratan de vincular la mala situación de su partido con una crisis de la democracia. En esta ocasión, la 'estrella invitada' es un astro que se apaga tras haber perdido uno de los feudos tradicionales del PSOE.
Y en otra línea, no falta un asesor de Durán i Lleida que protesta, con razón, porque comparen a los nacionalistas catalanes con los nazis para, acto seguido, comparar el mismo a quienes les critican con esos mismos nacionalsocialistas.
Arranquemos el repaso con El Mundo y Federico Jiménez Losantos, que publica Otra huelga general, donde apunta tanto contra los sindicatos contra Rajoy. Tras recordar que el decreto que garantiza el derecho a la huelga es de 1977, y por lo tanto "obviamente preconstitucional", dice el turolense:
Treinta y cinco años sin agallas legisladoras nos contemplan. El mandato de la Constitución para que se desarrolle una ley de huelga fue desoído por todos los gobiernos de la democracia. Y Rajoy, cuyo primer año en el Poder está siendo de lo peorcito en estos siete quinquenios democráticos, ya ha dicho que él tampoco piensa cumplir ese mandato constitucional.
Compara el antiguo sindicalismo con el actual:
Yo tengo veneración, no ya respeto, por el sindicalismo clásico. Me parece el mejor legado de la izquierda al ámbito de las libertades. Pero nadie que respete los primeros y heroicos sindicatos que pedían mejoras laborales puede respetar este sindicalismo piquetero.
Tras recordar que están prohibidas las huelgas por motivos políticos, concluye:
La de hoy es otra huelga política contra el trabajo y los trabajadores. Natural en una casta de liberados que cobra sin trabajar. Y entre ellos, el presidente, que cobra por no gobernar.
La sorpresa ha llegado al mirar la contraportada. Era de esperar que un Raúl del Pozo que gusta de citar a Marx --Del Pozo, cual 'abuelo cebolleta' nostálgico del 68, recurre a Marx para elogiar a quienes rodean el Congreso-- escribiera en defensa del paro convocado por los sindicatos. Pero no. A quien defiende es a Ana Botella. Lo hace en Sol contra Cibeles.
Se apiada de la Alcaldesa y cuenta cómo vivió la tragedia del 'Madrid Arena' desde Portugal:
Estuvo en primera línea desde las 5 de la mañana y cometió el error del viaje a Portugal tras visitar el Instituto Anatómico Forense. En la habitación del hotel vivió agobiada, sin dejar el teléfono, sin bajar al golf; es igual, el aniversario de su boda lo está pagando caro. Al día siguiente de Halloween, cientos de padres visitaron los hospitales sin saber qué había pasado con sus hijos. Esa angustia ha sido bien administrada.
Muestra cercanía y comprensión con la mujer de Aznar:
Ana sabe que los políticos son culpables cuando se levantan, a lo largo de todo el día se ganan el perdón, pero al otro día al levantarse vuelven a ser culpables. Las catástrofes hacen y quitan gobernantes. Le ha extrañado, sin embargo, volver a comprobar que los verdaderos enemigos son los compañeros de partido.
Añade:
Halloween ha desencadenado la eterna lucha entre Sol y Cibeles. Se sospecha que Esperanza Aguirre quiere ser alcaldesa y que fracciones del PP impiden que Ana sea candidata en 2015. Acusan a la alcaldesa de no haber cortado cabezas y de sabotear como abajofirmante, con toda intención, los planes de Ignacio González para el Hospital de la Princesa. Se equivoca el jefe de Sol, la baranda ha decapitado a Pedro Calvo (imputado ya en Madrid Arena) y a los concejales aguirristas en la comisión de investigación.
Al pasar a El País, llama la atención que en la contrapartida de este día de huelga general no aparezca la tradicional columna de opinión que ocupa la parte superior de esta página. Contrasta con lo que ocurría durante las huelgas de la redacción del diario del Grupo PRISA, puesto que en algunas de esas jornadas sí encontramos que sí aparecía dicho artículo.
Lo que sí se ha publicado en el rotativo de Cebrián es el ladrillo del día, con la firma de José María Barreda y el título de Hay alternativas. El ex presidente de Castilla-La Mancha se pone en plan historiador y arranca recordando el golpe de Estado de Miguel Primo de Rivera en 1923. Dice:
Ningún golpe de Estado ha triunfado sin apoyo civil y Primo de Rivera no actuó solo. Contó con el ejército, el Rey, la patronal, las organizaciones católicas y la pasividad de la población harta de los partidos de turno.
No hubiera estado de más que Barrera explicara que "el partido de turno" que más apoyó a Primo de Rivera fue el PSOE, en contra incluso de la opinión del propio Pablo Iglesias. Y colaboró hasta tal punto que Largo Caballero fue miembro del Consejo de Estado, entre otros socialistas que ocuparon altos cargos. Eso le dio beneficios, permitió a los socialistas y a la UGT afianzarse, mientras que otros partidos y sindicatos de izquierdas eran duramente reprimidos por la dictadura. Claro que la memoria histórica es muy selectiva y hay cosas que Barrera prefiere no mentar.
Tras un largo y espeso texto, plagado de citas de Santos Juliá, Gil de Biedma, Gamoneda, Marx y otros autores, trata de identificar el mal momento del PSOE con una mala situación de la democracia:
La situación del PSOE es un síntoma -hay más- de agotamiento del sistema. Pero, ¿qué hacer para volver a merecer el apoyo? Avanzar hacia un federalismo sin adjetivos que, entre otras cosas, aborde la cuestión de los privilegios de los conciertos vascos, marque las reglas del juego, reconozca identidades, defina las competencias, clarifique la fiscalidad y garantice la cohesión social y la democracia sabiendo que no hay democracia estable sin Estado suficiente. En 1978 hubo miedo a la palabra federal y no llamar a cosas por su nombre crea problemas de interpretación.
Pero volvamos a la huelga general. Coinciden en mostrarse en contra articulistas de la prensa de derechas de Madrid y Pilar Rahola, pero por motivos diferentes. Veamos los argumentos, mostrados en La huelga, de la catalana.
Rahola está de acuerdo en que hay motivos para la huelga, pero le parece mal que se haya convocado por un motivo, el día elegido:
Sinceramente me parece una barbaridad hacer una huelga general en medio de una campaña electoral, porque altera completamente la lógica del proceso y tiene una fuerte carga partidista. ¿O es que debemos obviar que los sindicatos están cercanos a determinados partidos?
Hay otra cosa que le molesta:
El seguimiento que han hecho los sindicatos catalanes de la convocatoria de sus homólogos centrales denota una falta de independencia preocupante.
Concluye:
Catalunya merece respeto cuando vota a sus representantes. Sólo desde la perspectiva de considerarnos un Parlamento de segunda puede entenderse la convocatoria. Y esa perspectiva es odiosa.
Tanto quejarse desde el Gobierno y el PP de que se trata de una huelga política contra Rajoy y los suyos, y al final va a resultar que es mentira. Este humilde lector de columnas acaba de descubrir que, en realidad, Toxo y Méndez están conspirando contra Cataluña. 'O no', que diría el registrador de la propiedad metido a gobernante.
Las demás columnas contra la huelga son poco originales, con argumentos muy similares. Pero señalaremos al menos dos. Antonio Burgos cuenta en ABC que No estoy de huelga. Tras contar que oyó a la dueña de una tintorería que iba a abrir si no lo impedías los piquetes, escribe:
España estará llena hoy de negocios como la tintorería de mi barrio, a los que impondrán el chirrán, chirrán de la dictadura del miedo unos piquetes que me suenan a piquetes de ejecución de la libertad. Al alba, cuando salen los autobuses de los barrios y los trenes de cercanías, que es cuando funcionar suelen los piquetes de ejecución y éstos a los que llaman informativos y que siempre le dan el tiro de gracia al cierre abierto de un pequeño negocio. Huelga van a arreglar la crisis, los recortes, los despidos, los desahucios... Ay, qué camelancia demagógica más gorda del Sindicato Único de los dos que la tienen de cemento...
Concluye:
No hago huelga. -Me encanta que los miércoles me toque artículo en la edición nacional de ABC. Así no me pasará como la otra vez, y mis lectores sevillanos podrán comprobar que hoy, a pesar de los piquetes, esta tintorería de barrio no está de huelga.
Como Barrera, pero sin tapar datos importantes, José Javier Esparza recurre a la historia en su artículo de La Gaceta, titulado 'La primera huelga de la Historia'. Recuerda que la primera protesta de este tipo de la que se tiene constancia ocurrió en Egipto en 166 antes de Cristo, bajo el reinado de Ramses III. Añade:
Al parecer todo empezó porque el gobernador de Tebas se había quedado con los fondos librados para pagar a los trabajadores de la pirámide de Ramsés. En lo que se ve la gran diferencia con nuestros días, porque hoy son los sindicatos UGT y CC OO los que, cual gobernador tebano, se quedan con un buen pellizco de los fondos públicos. Y eso sí: el común de los ciudadanos sigue tan jorobado como aquella pobre gente de las pirámides.
Para terminar este 'Afilando columnas' volvemos a Barcelona, para leer a Joan Barril en El Periódico de Cataluña. Firma un artículo, Decir cosas por la boca, donde protesta por las comparaciones del nacionalismo catalán con el nazismo. Este humilde lector de columnas ha de darle la razón. Como ya ha expresado en otras ocasiones, en España se abusa de esa equiparación --ya sea contra los nacionalistas de uno u otro lugar, ya sea contra el PP, el PSOE, otro partido o, incluso un equipo de fútbol--. Es una banalización constante que en otros países suele evitarse.
Dice Barril:
Si Hitler no se hubiera suicidado en su búnker y hubiera sobrevivido hasta nuestros días camuflado de rico hacendado en algún lugar confuso de América Latina, hoy el monstruo del Tercer Reich seria considerablemente rico. Le habría bastado con registrar en alguna oficina de la propiedad intelectual los conceptos nazi, holocausto, fascista, cámaras de gas, Auschwitz y otros desgraciados conceptos de la mayor tragedia organizada por el hombre. De haberlo hecho así, Hitler habría percibido derechos cada vez que algún ignorante de la historia hubiera hecho uso insultante de la obra del asesino más grande del siglo XX.
Amén.
Tras criticar en quien hace ese tipo de comparaciones referidas al nacionalismo catalán, se refiere especialmente al socialista Marcelino Iglesias, el artículo deja de ser impecable. Y ocurre esto por un motivo, cae en lo mismo que critica:
En tiempos de crisis no hay lugar para los programas. Pero por lo visto hay mucho espacio para la falsedad mil veces repetida. Eso sí es un acto genuinamente nazi: lo inventó el ministro de propaganda del Reich, Joseph Goebbels. Busquen su pequeña lista de principios de la propaganda y encontrarán la quintaesencia de lo que nos está cayendo encima.
No estaría de más un poco de coherencia. En absoluto.