Periodismo
Esclarecedor, y muy posiblemente, fiel reflejo de la realidad que actualmente vive el ente público madrileño -Telemadrid y Onda Madrid- , es el post escrito en su blog por un redactor de deportes de la radio pública autonómica.
Como es sabido, los trabajadores de Telemadrid y Onda Madrid van a sufrir el enésimo ERE al que se enfrenta la profesión que se calcula -a falta de datos oficiales- puede afectar a nada más y nada menos que 925 personas. Se dice pronto. El texto, obra de Carlos Sánchez Blas, periodista de Onda Madrid, es valiente porque, como él mismo dice, no espera a estar fuera para publicarlo. Lo hace ahora, cuando aún el proceso del brutal recorte no ha finalizado.
Y tiene para todos. Es la reflexión de alguien que debe conocer muy bien ese lugar de trabajo cuando lleva 14 años en Onda Madrid. Evidentemente, no se pueden librar los responsables -no importa de qué partido- de llevar ahora a cabo el ERE, porque cuando te sobran 925 trabajadores es que has permitido edificar un 'monstruo' masificado a cargo del sufrido contribuyente madrileño
Echar al 80% de una plantilla es gravísimo. Es una decisión que esconde años y años de mala gestión. Errores intolerables que ahora van a pagar algunos buenos trabajadores y mejores compañeros.
Sin embargo, y aquí quizás viene lo más relevante, es que Carlos Sánchez Blas también se atreve con aquellos que muchas veces presumen de ser los representantes de los trabajadores pero que, bien a través de su condición de liberados u otras prebendas, menos hacen por salvaguardar la buena marcha que sería deseable en una empresa, pública o privada. Son tres párrafos, demoledores, que dejan al desnudo las vergüenzas de los sindicatos de la cadena autonómica:
Os juro por lo más sagrado que podría rellenar 10 páginas relatando faltas graves e intolerables que he presenciado durante los últimos 14 años. Y yo me planteo: ¿Cómo voy a apoyar incondicionalmente a unos sindicatos en los que ocupan un lugar privilegiado algunas de estas personas?
Porque tengo que decir que admiro a otros compañeros (sindicalistas o no) que desde la convicción, los valores y la solidaridad luchan y pelean por defender el servicio público, su puesto de trabajo y el de los demás. Tienen, tenéis todo mi reconocimiento. Pero me enerva, me saca de mis "casillas" ver en primera fila de la lucha a algunos "caraduras" que llevan ya demasiados años viviendo del cuento. Durante las últimas semanas he asistido a alguna fotografía infestada de surrealismo, como la de algún "camarada" con una camiseta de "Defendamos lo público" durmiendo a pierna suelta en su lugar de trabajo. Defender lo público comienza por intentar hacer bien tu trabajo y tratar de ayudar al compañero que tienes al lado. Tan fácil, tan difícil.
Asisto con perplejidad a como desde algún sector de los sindicatos se apela al famoso "Nos quieren dividir y tenemos que estar unidos". Ahora por lo menos tengo este humilde blog para transmitir mi humilde opinión, pero hace años cuando les envié una carta de protesta muy argumentada por una serie de mentiras que contaron sobre los programas de deportes, lo único que hicieron fue "calzarme" otra hostia en su siguiente publicación semanal, a la que tienen acceso los casi 1.200 trabajadores del ente [...]