Política
La macroplanta de residuos de Forallac pone en pie de guerra a la población. Los vecinos dicen que Pere Pujol, el cuarto de los hijos del ex presidente, está detrás del proyecto-
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Forallac es un encantador paraje del Bajo Ampurdán, 32 kilómetros al este de Gerona, famoso por el sabor de sus edificios medievales. No es exactamente un pueblo. En realidad el municipio está formado por ocho núcleos de población. Tres de ellos –Fonteta, Peratallada y Vulpellac– decidieron unirse en 1977 y de ahí nació el nombre y sitio de Forellac. Sólo 1.746 habitantes. A su alrededor, hermosos paisajes y un rico patrimonio cultural. Un lugar delicioso.
Lo gobierna Convergència y Unió desde 1983. Pero un estremecedor proyecto de macroplanta de residuos ha venido a turbar la paz de Forallac. Y en medio de ese proyecto, según los propios vecinos, aparece el nombre de Pujol; Pere Pujol, el cuarto de los hijos del ex presidente de la Generalitat.
El proyecto de macroplanta es verdaderamente colosal. Estamos hablando de 16.000 metros cuadrados y cinco naves industriales de hormigón de ocho metros de altura y 5.000 metros cuadrados de cubierta. Cada una de esas naves estará destinada, respectivamente, a seleccionar, compactar y elaborar combustible derivado de residuos; clasificar y triturar metales; descontaminar y desguazar automóviles; almacenar, triturar y transferir "residuos especiales" (es decir, peligrosos) y triturar y compactar residuos sanitarios.
Por aquí pasarán 100.000 toneladas anuales de residuos de todo tipo. El gigante estará trabajando las 24 horas de los 365 días del año. Pero no acaba aquí el proyecto: en una segunda fase, se instalará además una incineradora con chimeneas de más de 25 metros de altura.
El responsable de esta iniciativa es la empresa Servitransfer, que desde hace años mantiene una pequeña planta en la localidad para el tratamiento de residuos comarcales. Pero este nuevo proyecto va mucho más allá. Para hacer posible esta obra de titanes, será preciso desforestar en el paraje de los Ramales una franja de 35 metros de los bosques colindantes (concretamente, de las parcelas 180, 181 y 275 del catastro municipal) y abrir caminos nuevos a través de los campos de cultivo.
El trasiego de vehículos pesados va a ser insoportable. Además, cuando empiece a funcionar la incineradora, el paisaje quedará roto por las chimeneas y el aire enrarecido por los humos. Para colmo de males, el monstruo se elevará a poca distancia del yacimiento ibérico de los Clots de Sant Julià, calificado oficialmente como bien cultural. Los vecinos, organizados en la plataforma SOS Empordanet y otras asociaciones, han reunido más de 700 firmas –en una población de poco más de 1.700 personas– para frenar el proyecto.
Alegan que el paraje de los Ramales es inadecuado para este proyecto porque está calificado como suelo no urbanizable de especial protección, mientras que la macroplanta es evidentemente un proyecto industrial. Por eso exigen que el titán triturador de residuos se instale en un Polígono Industrial. Pero el alcalde, Josep Sala, de CiU, dice que no, que esto aportará mucho progreso a la zona. Incluso se aduce que la macroplanta prevé importar residuos de… ¡Francia!
Un dato que es preciso añadir es el siguiente: este proyecto de macroplanta empezó a concebirse en 2004. Las protestas vecinales fueron tan sonoras que la Generalitat lo paró: la Dirección General de Urbanismo dio la razón a los vecinos y recomendó el traslado de la planta a un terreno industrial. Pero el informe de la Dirección General, según dice el Ayuntamiento, no es vinculante. Hace tres meses, el macroproyecto volvió al ataque. La causa, dicen los vecinos, es la victoria de Convergència en las pasadas elecciones autonómicas. El nuevo clima político habría dado a Servitransfer nuevos bríos para avanzar en el proyecto. Y aquí es donde entra la vertiente política de nuestra historia. Y el nombre de Pere Pujol.
Presentemos a los personajes. Primero, Pere Pujol Ferrusola (Barcelona, 1965), hijo del ex presidente Jordi Pujol. Pere lleva muchos años dedicándose a la gestión medioambiental. En su día creó una empresa, Entorn S.L., que según sus propios documentos desarrollaba sus actividades "en dos países: Cataluña y España" y que entre los años 1993 y 2002 recibió numerosos encargos por parte de la Generalitat. Los cerebros financieros de la empresa eran Carles Sumarroca y su hijo Albert.
Añadamos que Sumarroca padre es bien conocido por ser íntimo del Honorable Pujol desde su juventud e igualmente beneficiario de numerosas concesiones públicas en construcción, sanidad, cárceles, etc. Entorn S.L. se vio envuelta en un escandaloso caso de tráfico de influencias cuando el Gobierno de Maragall –corría el año 2004– denunció ante la Fiscalía la concesión irregular a esa empresa de estudios sobre impacto medioambiental de parques eólicos.
Es una historia que vale la pena contar. Dos años antes, el departamento correspondiente había emitido un informe contrario a los parques eólicos, pero Oriol Pujol, que entonces era secretario de Industria, dijo que la voluntad de su padre (don Jordi) era que los hubiera, de manera que los hubo y, por supuesto, los informes los hizo Pere Pujol.
Entorn y Pere siguieron trabajando en materia medioambiental en Cataluña –por ejemplo, para Hidroplant, la empresa de… la esposa de Jordi Pujol–, pero he aquí que a la altura de 2009 Entorn decidió extinguirse.
Curiosamente, acababa de estallar el Caso Palau, que salpicaba a las cuentas de Convergencia.
Segundo personaje importante en nuestra historia: Gustavo Buesa Ibáñez, ex apoderado de Servitransfer, la empresa responsable de la macroplanta de Forallac. Gustavo Buesa (Barcelona, 1960) es un avezado hombre de negocios que se ha especializado en el sector energético e industrial.
Comenzó su andadura con una empresa de ingeniería de residuos, precisamente. Creció y creció hasta constituir un holding que lleva sus iniciales, GBI, del que forman parte 21 empresas dedicadas a la gestión de residuos. Saltó al exterior e hizo grandes negocios en México, donde introdujo, ¿a quién? A Jordi Pujol Ferrusola, el hijo del honorable, el de los coches de lujo. En el asunto de la macroplanta de Forallac, Buesa aparece como el cerebro del proyecto: él fue quien preparó con el alcalde, Josep Sala, la instalación del gigante triturador.
Curiosamente, en 2009, el mismo año del caso Palau, el mismo en que Pere Pujol extinguía Entorn, Buesa también desaparecía de Servitransfer: la sociedad pasaba a depender del grupo V-Line Capital junto a otra empresa: Biogas de la Ribera, dedicada entre otras cosas a… los parques eólicos. En Servitransfer y Biogas quedaba como administrador único Josep Mayola. Hoy Buesa figura como consejero en Iberdrola Renovable, dentro de la habitual cuota de la oligarquía catalana en las grandes empresas españolas.
De manera que tenemos una macroplanta de residuos en un pueblo del Ampurdán, un hijo de Pujol especializado en empresas medioambientales y una empresa, Servitransfer, dedicada desde hace largos años al mismo sector y promovida y dirigida por nombres fundamentales de la oligarquía nacionalista.
Para tener completo el escenario nos falta otro personaje: el alcalde de Forallac, Josep Sala, de Convergència y Unió. Josep Sala Leal (nacido en 1955) lleva 25 años en el cargo –un prodigio de longevidad– y, según dicen en el pueblo, quiere retirarse como director de la macroplanta. Tal vez esto no sean más que habladurías vecinales. Lo que sí es un hecho es que Sala también tiene su historia. El proyecto de macroplanta sigue adelante. Servitransfer ha vuelto a la carga y el alcalde, pese a la oposición vecinal, se ha manifestado abiertamente partidario.
Lola Arpa, portavoz de la Plataforma SOS Empordanet, asegura que "hay intereses particulares muy importantes". En Forallac aseguran sin atisbo de duda que detrás del proyecto está Pere Pujol, a quien en las reuniones internas de Servitransfer con el Ayuntamiento llaman "el innombrable". La presión de Pere Pujol habría sido la llave para obtener la recalificación de la zona. Otros miembros de la plataforma han declarado a LA GACETA: "Se sospecha que el alcalde está interesado en este proyecto porque recibe beneficios económicos".
Son palabras muy fuertes que habrá que demostrar. Lo que de momento hay sobre la mesa es un pueblo en pie de guerra, aterrado ante la perspectiva de ver su paisaje convertido en depósito de residuos de Francia. También una típica cacicada con intereses industriales por medio. Y entre bastidores, el nombre de Pere Pujol Ferrusola: el hijo que faltaba para completar la lista de los negocios de tan ilustre linaje.