Dos economistas españoles acusan a Rajoy de postergar decisiones clave, lo que llevará "a la catástrofe"
Los economistas españoles Jesús Fernández-Villaverde y Luis Garicano, profesores, respectivamente, de la Universidad de Pennsylvania y la London School of Economics, acusan al presidente del Gobierno de no encarar las dificultades de la economía española y postergar decisiones clave, lo que conduce, inevitablemente, a la catástrofe.
"Rajoy ha tenido éxito en política durante décadas, simplemente dejando pasar el tiempo. Parece que cree que los problemas no se resuelven, sino que desaparecen por sí mismos a base de paciencia. Su Gobierno ha aplicado esta máxima a la gestión de la crisis de la eurozona con resultados catastróficos", señalan en un artículo que publica hoy el diario Financial Times bajo el título Rajoy debe promulgar un plan radical de reformas en España.
Los economistas mencionan el retraso de seis meses del Gobierno de Rajoy en publicar los Presupuestos Generales del Estado de 2012, y ahora, subrayan, espera a que el Banco Central Europeo (BCE) aclare en los próximos meses cuál va a ser su política de actuación mientras retrasa reformas estructurales clave exigidas por la Unión Europea y prosigue el deterioro de los bancos y las comunidades autónomas. "Esta estrategia es un camino a ninguna parte", denuncian sin ambages.
Mientras la recesión se agrava, cada vez se dejan sin pagar más créditos. El mes pasado, el valor de los préstamos impagados ascendió a 8.000 millones de euros, recuerdan Fernández-Villaverde y Garicano. A ello se suma que la fe de los ciudadanos en la gestión de la crisis se está resquebrajando, con los sondeos de opinión en mínimos históricos. Y mientras la confianza se evapora, también lo hacen los depósitos, cuya tasa anual ha caído a un 6,5%, y la tasa de desempleo se aproxima peligrosamente al 30% de la población activa, alertan.
"Las políticas de austeridad están desplazando el apoyo a las reformas, ya que los votantes son ven diferencia entre los recortes de gasto y las reformas estructurales. Y lo que es peor, la crisis económica se está convirtiendo rápidamente en una crisis de las instituciones y algunas regiones de España están empezando a considerar la independencia como una reclamación genuina".
La estrategia de España en la UE, un farol
Mientras, "el trato preferente que se estaba dando a España en Europa se está diluyendo. La estrategia de España ha sido, hasta ahora, la de pedir y obtener apoyo financiero incondicional de la Unión Europea bajo la amenaza de hacer caer el euro. Esto fue un farol", afirman los autores del artículo.
"No puedes jugar a ver quién es más gallito si conduces un coche y tu oponente (el BCE), está al frente de un tanque. Y el hecho básico es que el sector financiero español no podrá sobrevivir sin el acceso ilimitado al crédito del BCE".
Los economistas, que no creen que haya motivos suficientes para que España deba dejar la moneda única, abogan por un plan firme de reformas profundas que mejoren la tasa de crecimiento de medio plazo. "Las buenas noticias es que en los pasados meses se han llevado a cabo un acuerdo marco intracomunitario para alcanzar a largo plazo la unión bancaria y se ha plantado la semilla de la unión fiscal, y a corto plazo se ha dado luz verde a nuevas fuentes de financiación".
"En particular, España ha recibido un crédito razonable para sanear las cuentas de las entidades financieras locales problemáticas y que permitirá crear un 'banco malo'. Los nuevos acuerdos implican, igualmente, que se han flexibilizado los requisitos para poner en marcha los mecanismos de rescate y lo que es más importante, el BCE asegura que incrementará su apoyo a España e Italia en un futuro próximo", prosiguen los economistas.
"As time goes by"
Pero para que estas iniciativas tengan éxito, argumentan, se hace necesario un cambio político radical en España. Tras asegurar la resiliencia del sistema financiero, España necesita acelerar un calendario de reformas de la deuda de las empresas públicas insolventes (incluidas las gestionadas por comunidades autónomas y corporaciones locales), bancos y gobiernos autonómicos y regionales.
En segundo lugar, el Gobierno debe reanudar un profundo programa de reformas para eliminar los obstáculos a la formación de nuevas empresas y la creación de empleo. Y, por último, España debe trabajar en un plan creíble de consolidación fiscal enfocado a objetivos a medio plazo en vez de perseguir metas a corto plazo, mucho más arbitrarias.
"Esta nueva agenda de crecimiento requiere un fiel compromiso por parte de todos. El Gobierno debe abandonar sus tentaciones populistas y reiniciar un programa de reformas económicas reales. Y los españoles deben entender (y hay que hacerles llegar) el mensaje de la cruda realidad en la que estamos. Desafortunadamente, el tiempo está pasando para llevar a cabo estas tareas".