La Arquidiócesis de México (como ya hemos informado en anteriores posts) publicó el manual “Líbranos del mal”, dirigido a sacerdotes y exorcistas, en donde ofrece una catequesis sobre la figura de Satanás y una recopilación de prácticas demoniacas.
En una entrevista radiofónica, el experto Bernardo Barranco consideró que la medida “se queda corta y suena rancia, desfasada de lo que está viviendo el país”.
Explicó que el exorcismo es una vieja práctica de las más antiguas religiones que significa expulsar todo lo maligno. Mencionó que en las religiones feministas, donde todo está equilibrado, hay muchas prácticas de exorcismo.
“Podemos encontrar las llamadas ‘limpias’, que no es otra forma más que exorcizar o sacar el mal. En el cristianismo y particularmente el catolicismo, ya hay ciertas expresiones de exorcismo hechas por Jesucristo y están reflejadas en los evangelios, es sacar el mal representado en el demonio”, agregó.
Bernardo Barranco refirió que todo esto ha venido evolucionando, el Concilio Vaticano II concebía que el mal estaba encarnado en el demonio, en Satanás, en el maligno, una especia de anti-Dios o una anti deidad, donde todo lo oscuro era una tentación permanente para el comportamiento del ser humano.
A partir del Concilio, continuó, la noción del mal va cambiando, ya no es tanto un ente, más bien es el mal social, el pecado social, las estructuras, se ha ido haciendo más complejo. El Papa Benedicto XVI, sobre todo en los últimos 6 años ha recuperado la noción del maligno y de Satanás, de la existencia del diablo.
“Estos manuales planteados por la Arquidiócesis la verdad sí se perciben como un instrumento extremadamente rebasado… evidentemente que el tema del narcotráfico, la delincuencia o el infante que es capaz de matar y degollar a sus víctimas forma parte de patologías sociales, no es una patología exclusivamente individual o casuística”, consideró.
Barranco calificó como “simplona” la explicación de que el diablo, Satanás o el maligno se introducen en las personas y con una serie de oraciones y conjuros de agua bendita y rituales se sacaría.
“Estas prácticas se dieron en la Edad Media, la cantidad de personas que sufrían esquizofrenia o algún tipo de enfermedad mental, muchos de ellos terminaron en la hoguera porque estaban poseídos por el demonio”, agregó.
El analista reconoció que se encuentro muy ambivalente frente a este hecho porque “la misma Teología Católica ha evolucionado mucho más para concebir al mal como una problemática más compleja, más social, más sistémica que la expresión individual o casuística de alguna persona o comunidad donde se le achaque a un ser misteriosos externo que posea el alma de manera demoníaca y lo obligue a tener un comportamiento patológico”.
Fuente: www.radioformula.com.mx