Pérez-Reverte y la crisis de las embajadas: "No les quepa duda, seremos decapitados"
Libertad Digital
Pérez-Reverte, que ha conocido como corresponsal buena parte de estos países, no tiene una opinión nada favorable sobre ellos y, especialmente, sobre lo que en occidente se ha dado en llamar "primavera árabe", un término que él no tiene tan claro: "Primavera árabe, seguimos diciendo aquí. Cuando lo que viene es el invierno más negro".
Pero el análisis del creador de Alatriste es todavía más pesimista: compara el fenómeno actual con la caída del Sha en los 70, que él vivió en primera persona, y recuerda a "todos aquellos idiotas (en Irán, pero también en España) aplaudiendo a Jomeini" que decían que llegaba la libertad, "una libertad cuya administración se confía a curas. Musulmanes o cristianos, da igual. Curas. Calculen la libertad".
Sin embargo, las palabras más duras las guarda Pérez-Reverte para nuestra propia sociedad, a la que critica incluso con algunas metáforas casi literarias: "Es contradictorio e imposible (y peligroso) disfrutar de las ventajas de ser romano y al mismo tiempo aplaudir a los bárbaros".
Las comparaciones no son precisamente muy positivas: "Supongo que la realidad es simple: van a ganar, porque son fuertes, y jóvenes, y tienen hambre, y desesperación, y fe. Y coraje para luchar". Mientras que " nosotros somos viejos, inseguros, demagogos, incultos y cobardes. El niño tiene razón con su pancarta: merecemos ser decapitados", dice en referencia a un niño que en una manifestación en Sydney pedía con su pancarta: "Decapitad a quienes insulten al profeta".
"En algo tiene razón el niño", sigue Pérez – Reverte, "merecemos ser decapitados. Por cantamañanas. Por primaveras", asegura para insistir poco después: "No les quepa duda. Seremos decapitados, tarde o temprano. Y eso no será más que un acto de justicia de la Historia".
Santiago Carrillo no es el único que tuvo responsabilidad en la matanza de Paracuellos del Jarama (Madrid) en otoño de 1936 (4.200 asesinados totalmente identificados) pero la investigación histórica que realiza César Vidal en Paracuellos-Katyn (Libros Libres 2005) aporta datos esclarecedores sobre la implicación directa de Carrillo en estos horribles crímenes. En el momento de la matanza, Carrillo era responsable de seguridad de la Junta de Madrid.
Vidal explica que "ninguno de los que supieron, en noviembre de 1936 lo que estaba sucedieron" tuvieron dudas sobre "la responsabilidad ejecutora" de Carrillo en la matanza. Entre los textos que apuntan en esta dirección destaca el del nacionalista vasco Jesús de Galíndez –fue asesor de la Dirección General de Prisiones cuando el también peneuvista Manuel de Irujo fue nombrado Ministro de Justicia de la Segunda República– escribió en 1945 en sus memorias del asedio de Madrid:
El mismo día 6 de noviembre se decide la limpieza de esta quinta columna por las nuevas autoridades que controlaban el orden público. La trágica limpieza de noviembre fue desgraciadamente histórica; no caben paliativos a la verdad. En la noche del 6 de noviembre fueron minuciosamente revisadas las fichas de unos seiscientos presos de la cárcel Modelo y, comprobada su condición de fascistas, fueron ejecutados en el pueblecito de Paracuellos del Jarama. Dos noches después otros cuatrocientos. Total 1.020. En días sucesivos la limpieza siguió hasta el 4 de diciembre. Para mí la limpieza de noviembre es el borrón más grave de la defensa de Madrid, por ser dirigida por las autoridades encargadas del orden público. (J. de Galíndez Suárez, Los vascos en el Madrid sitiado)
La responsabilidad directa de Carrillo en estos millares de crímenes fue confirmada de manera irrefutable tras la apertura de los archivos de la antigua Unión Soviética. César Vidal recoge un documento de enrome importancia escrito a mano por Gueorgui Dimitrov, líder en ese tiempo de la Internacional Comunista al servicio de Stalin. En el texto, escrito el 30 de julio de 1937, informa de la manera en que prosigue el proyecto de toma del poder del PCE en el Gobierno del Frente Popular. La referencia a las matanzas de Carrillo aparece en relación con las críticas al ministro peneuvista de Justicia, Manuel de Irujo:
Pasemos ahora a Irujo. Es una nacionalista casco, católico. Es un buen jesuita, digno discípulo de Ignacio de Loyola (...). Se dedica especialmente a acosar y perseguir a gente humilde y a los antifascistas que el años pasado trataron con brutalidad a los presos fascistas en agosto, septiembre, octubre y noviembre. Quería detener a Carrillo, secretario general de la Juventud Socialista Unificada, porque cuando los fascistas se estaban acercando a Madrid, Carrillo, que era entonces gobernador, dio la orden de fusilar a los funcionarios fascistas detenidos. En nombre de la ley, el fascista Irujo, ministro de Justicia del gobierno republicano, ha iniciado una investigación contra los comunistas, socialistas y anarquistas que trataron con brutalidad a los presos fascistas. (...) Irujo está haciendo todo lo posible e imposible para salvar a los trotskystas y sabotear los juicios que se celebran contra ellos.
Pero, como explica César Vidal en su investigación, otro agente de Stalin, Stoyán Mínev Stepanov, delegado en España de la Komitern de 1937 a 1939, redactaba en abril de 1939 un informe sobre las causas de la derrota en España. En él también mencionaba a Carrilo de forma reveladora, al hablar de la resistencia que había plantado el PSOE tras al avance del PCE: "Provocan la persecución contra muchos comunistas (incluso también contra Carrillo) por la represión arbitraria de los fascistas en otoño de 1936". Lo que demuestra que la responsabilidad de Carrillo no sólo era conocida por el PCE y los agentes de Stalin, sino que también fue utilizada por el PSOE para frenar el avance del PCE en el seno de la guerra interna del Frente Popular.
Además de estas pruebas, ya en la época de la Transición un antiguo miliciano denominado El Estudiante que asegura que acompañó a Carrillo en sus tareas represivas, escribió una carta al ex dirigente comunista que en su momento no tuvo eco en la prensa por las ansias de reconciliación que presidían la Transición. Sí se publicó una entrevista en un diario de la época en la que se reafirmaba del contenido de la carta e, incluso, aparecía llorando en fotografías de los lugares donde , según su testimonio, Carrillo perpetró sus crímenes
En la carta, El Estudiante dice:
Hoy soy vecino de Aranjuez, tengo 65 años y en el año 1936 fui enterrador del cementerio de Paracuellos del Jarama. También estuve en la checa de la Escuadrilla del Amanecer, de la calle Marqués de Cubas 17 de Madrid, donde presencié los mas (sic) horrendos martirios y crímenes (sic). También estuve en el cuartel de asalto de la calle Pontones donde tú, Santiago Carrillo, mandabas realizar toda clase de martirios y ejecuciones de la checa de tu mando. Yo soy el pionero al que llamabas, el estudiante, que llevaba la correspondencia de las distintas checas a cambio de la comida que me dabais. ¿Me recuerdas ahora, Santiago Carrillo? ¿Te acuerdas cuando tú, acompañado de la miliciana Sagrario Ramírez, Santiago Escalona y Ramírez Roiz, alias el Pancho, en la carretera de Fuencarral km 5, el día 24 de agosto de 1936, siete de la mañana, asesinasteis al Duque de Veragua, que tú, Santiago Carrillo, madasteis (sic) que le quitaran el anillo de oro con piedras preciosas; y recuerdas que no se lo podian (sic) quitar y tú, Santiago Carrillo ordenastes (sic) que le coartaran el dedo; recuerdas, Santiago Carrillo, la noche que fuisteis a la checa de Fomento con tu coche Ford M-984 conducido por el comunista Juan Llascu y los chequistas Manuel Domicris, el Valiente, y el guarda de asalto José Bartolomé, y que entonces en el sotano (sic) mandastes(sic) quemar los pechos de la monja sor Felisa del Convento de las Maravillas de la calle de Bravo Murillo, y que así lo hizo el Valiente, con un cigarro puro. Esto sucedió el día 29 de agosto a las tres de la madrugada.
Información extraída del ensayo de César Vidal Paracuellos-Katyn, Libros Libres, 2005.
La ofensiva independentista puesta en marcha por Artur Mas esgrime como justificación una burda mentira, según la cual el Gobierno de España se estaría apropiando de un porcentaje abusivo de la riqueza producida en Cataluña para financiar a otras comunidades. Este déficit de la balanza fiscal autonómica, según los nacionalistas, exigiría la creación de un pacto fiscal para que el Principado pueda disponer de todos los ingresos públicos generados allí, salvo una módica cuantía destinada a compensar los servicios generales de los que se beneficia, a imagen y semejanza de los anacrónicos e injustos conciertos vasco y navarro. En última instancia, esta injusticia fiscal que padece Cataluña sería la principal causa del brutal endeudamiento público de la Generalidad y de su bancarrota, pues no puede hacer frente a los compromisos ordinarios de pago salvo que el Gobierno central le inyecte liquidez en forma de rescate encubierto.
Vaya por delante lo improcedente de elaborar cálculos fiscales por comunidades autónomas, puesto que son los ciudadanos y las empresas los que pagan impuestos, no los territorios. Si los habitantes de una determinada región aportan más dinero al fisco no es, desde luego, por la existencia de una absurda inquina centralista, sino sencillamente porque la renta per cápita de sus habitantes y la facturación de las empresas allí radicadas son mayores que en otras. No obstante, ya que el nacionalismo catalán justifica sus exigencias con los resultados de esta manera peculiar de realizar cálculos contables, bueno será exponer la realidad, que desmonta por completo semejante artimaña.
Como hemos informado en Libertad Digital, la comunidad que más dinero aporta al resto de España no es Cataluña sino Madrid. En esta última el Gobierno recauda 40.000 millones de euros más que en la segunda, y eso a pesar de que hay dos millones más de catalanes que madrileños. Respecto al viejo cuento del expolio centralista, de los 66.000 millones recaudados en Madrid, su comunidad sólo percibió 11.500, mientras que en Cataluña, con una aportación tributaria de sólo 27.000 millones, casi 16.000 quedaron a disposición de la Generalidad. Esto significa que la comunidad madrileña sólo gestiona el 17,6% de los ingresos tributarios generados en su territorio, mientras que la catalana se apropia del 60% de todos los impuestos estatales liquidados en el suyo.
En cuanto a las transferencias estatales, los datos son igualmente contundentes. Cataluña recibe 4.500 millones de euros más que Madrid, a pesar de que la aportación de los catalanes a las arcas generales, como ha quedado dicho, es menos de la mitad que la de los contribuyentes madrileños. Esa diferencia se agranda todavía más si tenemos en cuenta que, entre las aportaciones extraordinarias que contempla el nuevo estatuto de Cataluña y los fondos adicionales que el Gobierno de Rajoy le inyectará en breve, la Generalidad ingresará este año nada menos que otros 11.000 millones de euros, con lo que su desfase respecto a la comunidad de Madrid se disparará hasta los 15.500 millones.
Si Cataluña, que produce la mitad que Madrid, se apropia de cuatro veces más riqueza que ésta, ¿quieren explicarnos el Sr. Mas y sus colegas nacionalistas de todos los partidos dónde está ese supuesto robo del que son objeto? En todo caso, si seguimos esa delirante contabilidad territorial, son los ciudadanos madrileños los únicos que podrían elevar una queja por el trato que reciben del Gobierno frente al que reciben los ciudadanos de comunidades menos productivas, como la catalana.
Ahora que las exigencias separatistas se exacerban y el Gobierno de España parece dispuesto a compensarlas con mayores ventajas financieras, resulta imperativo dejar claro que el origen de este problema secesionista no es ese inexistente expolio fiscal esgrimido por los nacionalistas. El pacto fiscal, con la amenaza añadida de la independencia, no busca remediar una injusticia, sino agravar el saqueo al que está siendo sometido el resto de España por una casta nacionalista delirante, insolidaria y, como estamos viendo, además insaciable.