Patrimonio Natural mantiene las objeciones a la propuesta de recalificación de la finca en el nuevo Plan General Urbano por el impacto en la flora y el paisaje
El Gobierno municipal de Cartagena advirtió en marzo de que si bien no compartía el rechazo suscitado en distintos sectores ciudadanos a su propuesta de recalificación urbanística de Cala Reona, la última playa virgen entre Cabo de Palos y Calblanque, la última palabra la tenía la Comunidad Autónoma. Además, mostró su convicción de que esa resolución no sería política, sino «técnica, administrativa». Pues bien, la respuesta ya está sobre la mesa, y va en la línea contraria a la defendida desde el Ejecutivo local: los valores naturales impiden construir casas en la mayor parte de la finca, y sólo se podría edificar viviendas en la llanura cercana a la autovía.
Son claves la protección de las laderas que dan al mar y la cercanía al parque de Calblanque
Tras revisar el diseño del Ayuntamiento en el nuevo Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), la Consejería de Agricultura y Agua, competente en materia de Medio Ambiente, ha decidido mantener la postura que ya expresó en un informe relativo a la aprobación provisional del PGOU.
Fuentes de la citada consejería aseguraron que, a pesar de algunos cambios introducidos por los técnicos municipales de Urbanismo para aumentar las franjas de terreno protegidas por su cercanía al mar y al parque regional de Calblanque, la Dirección General de Patrimonio Natural y Biodiversidad mantiene sus objeciones a la recalificación en un informe vinculante.
Su postura se plasma en un documento que está previsto que sea analizado mañana en la Comisión Técnica de Evaluación de Impacto Ambiental, que reúne también a técnicos de la Dirección General de Planificación, Evaluación y Control Ambiental.
Mañana, reunión clave
El Ayuntamiento recibió el 6 de agosto de 2009 un informe donde Patrimonio Natural dejó claro que Cala Reona se quedaría sin protección específica en el nuevo Plan General a pesar de su «interés natural», y por lo tanto «debería ser cartografiada en detalle con el fin de poder tomar medidas que eviten su transformación urbanística».
La Comunidad indicó que la finca no estaba incluida ni como suelo protegido ni como Suelo No Urbanizable de Protección Específica, a pesar de que tiene «valores naturales de especial relevancia, fundamentalmente tipos de hábitats de interés comunitario». Y propuso como «clasificación más adecuada» la de «Suelo No Urbanizable Protegido por el Planeamiento».
Patrimonio Natural mostró sus «discrepancias» con descripciones y valoraciones de las riquezas naturales hechas desde la Concejalía de Urbanismo. Ante esta situación, los técnicos de la Comunidad formularon una conclusión que puede encajar con la situación de Cala Reona: «Queda establecida una protección para los terrenos con Hábitats de Interés Comunitario en suelos sin sectorizar».
Uno de los escollos de la recalificación es la orografía. La Comunidad aconsejó que, además de establecer «franjas de amortiguación» junto a Cablanque, la línea de costa y las zonas de hábitats de interés comunitario, se excluyera de la urbanización laderas de los montes.
Así, pidió tener en cuenta «especialmente las vertientes que dan al Mar Mediterráneo entre el límite del Parque Regional y la carretera que da acceso a la playa».
El Ayuntamiento argumentó que había aplicado la cartografía de hábitats facilitada por la Comunidad y que fijó «bandas de amortiguación». Pero ésta exigió llevar a cabo una cartografía «en detalle» por la ««posible infravaloración de algunos impactos» ambientales.
Once mil «ciberprotestas»
Sobre la cartografía usada, la Asociación de Naturalistas del Sureste (Anse) afirmó que la delimitación urbanística no se correspondía «en absoluto» con las restricciones regionales respecto a las vertientes situadas al oeste del acceso a la Cala.
Para acreditarlo, pidió un informe al catedrático de Botánica de la Universidad de Murcia y experto en hábitats de interés comunitario Francisco Alcaraz. Éste identificó cinco hábitats de interés comunitario y diversas especies de flora protegidas que se verían afectados.
Las fuentes consultadas señalan que en la decisión de la Comunidad de mantener sus objeciones al cambio de uso del suelo ha pesado ha tenido valor este estudio.
Asimismo, afirman que en la Consejería que dirige Antonio Cerdá no han sido ajenos a las once mil «ciberprotestas» enviadas en forma de carta por ciudadanos a las distintas administraciones implicadas, a partir de una campaña de Anse en la dirección web www.asociacionanse.org/calarreona
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