Un abogado del mayordomo del Papa rechaza defenderle en el 'caso Vatileaks'
Paolo Gabriele, el ayudante infiel de Benedicto XVI, se queda prácticamente solo. Uno de sus abogados, Paolo Fusco, ha renunciado a su cargo por "diferencias" en la línea defensiva. Un duro golpe para el ayudante de cámara del Papa a poco más de un mes de que comience el juicio por el robo y la divulgación de documentos confidenciales. Por el momento quien si seguirá defendiendo los intereses de Gabriele será la otra abogada defensora, Cristina Arru, que según ha declarado "estaría valorando" su futuro.
"Hemos llegado al acuerdo de que era mejor que desaje su defensa", ha dicho Fusco al anunciar su renuncia, reconociendo que se trata de una decisión "dolorosa". A ambos les une una relación de amistad desde hace años, relación que según el abogado "permanece". El letrado no ha querido aclarar los motivos concretos de su renuncia para no perjudicar a la estrategia defensiva de su ya ex cliente.
En la única rueda de prensa concedida por los abogados de Gabriele, ambos insistieron en que el ex mayordomo siempre había actuado para ayudar al Papa, "aunque de manera equivocada", destacando la "buena fe"de Paoletto y su devoción hacia el Santo Padre. Él mismo confesó que se consideraba "un enviado del Espíritu Santo". Tras conocer la pericia psiquiátrica a la que fue sometido Paolo Gabriele durante la investigación, la tesis no se sostiene, ya que los análisis muestran a un hombre perfectamente consciente y responsable de sus actos, que mantenía contactos con periodistas y personas ajenas a la Santa Sede desde mucho antes de que estallara el escándalo a principios de este año. Además de los documentos que filtró a periodistas, la justicia vaticana encontró en su casa un cheque por valor de 100.000 euros proveniente de la Universidad Católica de Murcia y otros regalos dirigidos al Papa.
El caso no está cerrado
'Paoletto', como le conocen dentro de los muros vaticanos, está acusado de robo agravado de documentos reservados de la Santa Sede. Fue arrestado el 23 de mayo y desde el pasado mes de julio permanece en arresto domiciliario. Con él, será juzgado también un informático de la Secretaria de Estado vaticana, Claudio Sciarpelletti, acusado de colaboración con el mayordomo. Pero el caso no está cerrado. Al menos otras 20 personas podrían estar siendo investigadas por la justicia vaticana acusados de colaborar con Gabriele. Entre ellos se encontrarían el cardenal Paolo Sardi, el arzobispo Josef Clemens, y la colaboradora de Benedicto XVI, Ingrid Stampa.
Las informaciones se basan en los documentos judiciales publicados el 13 de agosto por la Santa Sede donde se informa de que 20 personas, cuyo nombre es sustituido por letras del alfabeto, habrían sido escuchadas por los investigadores como testigos de la trama. Entre todos destacan tres personas (ocultas para las letras X, Y y W) que facilitaron al informático documentos para que se los entregara directamente a Gabriele. También se hace referencia, sin nombrarlo, al padre espiritual del mayordomo que habría recibido algunos documentos confidenciales, pero que prefirió destruir, según su declaración. Estos documentos serían una fotocopia de los que recibió el periodista Gian Luigi Nuzzi y en los que se basó para publicar su libro 'Su Santidad. Las cartas secretas de Benedicto XVI' el pasado mes de mayo con el que saltó a la luz el escándalo.
Paolo Fusco es un abogado de la Sacra Rota, al igual que su hasta ahora compañera en las tareas defensivas del ayudante de cámara. Es un laico consagrado, es decir, mantiene los votos de obediencia, castidad y pobreza, y pertenece al movimiento católico de Los Focolares. Es una amigo "de toda la vida" de Paolo Gabriele, por ese motivo aceptó defenderlo el pasado mes de mayo cuando fue detenido.
El juicio, que correrá a cargo de tres magistrados, se celebrará a partir del 20 de septiembre, fecha en la que se reabrirán los tribunales vaticanos. Paolo Gabriele podría ser condenado a entre uno y seis años de cárcel.
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