Más rimas británicas sobre España
Aparte de envidia por el clima, algo les debe pasar a los hijos de la Gran Bretaña que no pierden ocasión para criticar a España. La crisis trajo la denominación de PIGS (cerdos) para aglutinar en una sigla a Portugal, Irlanda, Grecia y España (Spain), los países con más problemas.
Posteriormente se añadió otra 'I', para dar cabida a Italia, y así los anglosajones se referían a estos países con Piigs. Viva la elegancia.
Estuvo certeramente irónico Mario Fernández, presidente del Grupo BBK, cuando dijo en una entrevista que a quien se le ocurrió lo de PIGS debía de estar pensando en algún familiar cercano. No puedo estar más de acuerdo.
Luego vino una rima que el 'Financial Times' (FT) ha repetido hasta la saciedad, un pareado muy, pero que muy original: Pain in Spain (dolor, sufrimiento en España). Una expresión que venía a resumir lo mal que lo estaba (y lo está) pasando el país como consecuencia de la crisis económica.
Pero ni la imaginación, ni la creatividad literaria británica hacia este país acaban ahí. Recientemente, el primer diario financiero del mundo, el FT, dedicaba a España la parte superior de su portada con el fascinante e innovador título: The rain is back in Spain (la lluvia ha vuelto a España). Se trata de un análisis a toda pagina (y las del FT tienen unas dimensiones más que generosas) en la que se argumentaban las razones por las que la economía española volvía a estar al borde del rescate. Se hablaba incluso de rescate de facto, de que España está peor que Italia como así lo refleja el mercado de deuda, que el endeudamiento total, público y privado, ha pasado del 337% del PIB en 2008 al 363% a mediados del año pasado..., en fin todo un poema de halagos a este destino vacacional de cientos de miles de británicos cada año.
El caso es que ya van... ni se sabe cuántos anuncios de rescate, avisos apocalípticos que proceden de un país, el Reino Unido, con una deuda y un déficit públicos notablemente superiores a los de España. Aunque justo es reconocer que los británicos conservan su política monetaria y de tipo de cambio gracias a su no pertenencia al euro, lo que les otorga una más adecuada maniobrabilidad.
Esos negros augurios han sido incorporados en el pasado por variados analistas y amplificados por distintos medios de comunicación también nacionales. Y se equivocaron. Confíemos en que se repita la jugada.
Las leyes son leyes
La semana pasada volvió a salir a la palestra la anunciada Ley de Emprendedores que prepara el Gobierno. Y a uno le suena en la cabeza algo así como que van a surgir emprendedores a golpe de texto legislativo. Como la reforma laboral, de la que todavía hay quien piensa que va a crear puestos de trabajo por sí misma.
Pues no. Las leyes son leyes. Ni hacen aparecer emprendedores por arte de magia ni ocupan a los parados. Por sugerencia real tampoco se crea empleo, como así lo pidió el Rey a la quincena larga de presidentes de las primeras multinacionales españolas que componen el Consejo Empresarial de la Competitividad: "Os pido que arriméis el hombro para crear empleo porque la situación es muy seria", les dijo Don Juan Carlos el pasado martes.
Cierto es que hay leyes que eliminan trabas y favorecen determinados comportamientos de los ciudadanos. Un emprendedor nace y también se hace. Pero no con leyes. La cultura, la formación, los buenos referentes y una mayor vinculación entre universidad y empresa constituyen un mejor caldo de cultivo que una ley, por bien elaborada que esté.
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