El exorcista católico Alberto Ferrara Schievano, licenciado en Teología y sacerdote de la Congregación de San Basilio, en la Diócesis de Tehuacan, Puebla, relató a POR ESTO! algunos interesantes pormenores de sus batallas contra el demonio.
—Yo no estudié nada sobre exorcismos, no tuve nada de preparación cuando me inicié en esto. Simplemente un día, hace dos años, en el 2008, estaba confesando a una persona, un muchacho, y le di la absolución. En ese momento empezó a retorcerse y a gritar: ¡Me quemas, me quemas, vete! También empezó a injuriar y a insultar.
Yo me di cuenta de que no era el muchacho, porque insultaba, decía groserías y hablaba con una voz que no era la suya. Luego la familia me explicó que ya el muchacho había tenido antecedentes con estas cosas. Todo eso me llamó la atención y de ahí en adelante empecé a interesarme sobre el tema. Entonces frecuenté unos congresos que se daban en México y, con sorpresa para mí, el Obispo de mi Diócesis, el señor Rodrigo Martínez, me dio el encargo de exorcista. Es como que te digan: aquí está el carro, pero no sabes manejarlo. A mí me dijeron: aquí está la licencia, pero todavía no sé manejarlo, porque es un aprendizaje, y todavía estoy aprendiendo.
¿Posesión o enfermedad mental?
—¿Cómo se sabe cuando se trata de una posesión diabólica y cuando se trata de un problema psiquiátrico, de una enfermedad mental?
—No es tan fácil el discernimiento. No es tan pan comido. Yo normalmente me doy cuenta después de 2 ó 3 sesiones de si una persona tiene presencia demoníaca en ella o es de otra índole su enfermedad. Por ejemplo: el ritual de los exorcismos explica muy bien que hay unos síntomas para detectar si una persona está poseída, vejada. El primero es que habla en idioma extranjero y comprende también idiomas extranjeros. Otro signo es una desmesurada violencia y otro signo es conciencia de cosas ocultas o en el pasado o que van a venir, y te lo dicen. Estos son tres signos típicos, pero lo que ayuda mucho al sacerdote, al exorcista en esta pastoral, es la entrevista con la familia; por ejemplo, a veces te enteras de que hay en la persona una aversión a lo sagrado y luego cuando juntas los datos y empiezas a hacer oración es cuando ya en verdad te das cuenta de si esta persona está bajo la influencia demoníaca o no. Es con la gracia de Dios como me doy cuenta de si el mal es espiritual o de otra índole. Si es de índole siquiátrica el problema no le entro.
El pecado produce esclavitud
—¿Cómo se meten en las personas los demonios?
—Se meten en las personas cuando son invitados, o por medio de brujería. En el caso del muchacho, estaba pasando por un momento crítico de su vida. También en su historia pasada había mucho sufrimiento, muchas heridas, mucho abandono, y andaba buscando en el ocultismo llenar este vacío y sin darse cuenta abrió puertas a espíritus impuros.
Son espíritus que sí existen, viven en la oscuridad, se ocultan, les gusta engañar, su idioma es la mentira. Jesús le llama al demonio el padre de la mentira. ¿Dónde viven? Ahí donde está el ser humano viven también, pero son espíritus muy inteligentes. No tienen corporeidad como nosotros, pero están metidos donde está el pecado, de eso se alimentan ellos, cuando estamos en pecado nos agarran. El pecado produce esclavitud, y miedo y culpa, y el demonio se nutre mucho de esto. Y se nutre de la vergüenza, del qué dirán, del “no digas nada, cállate, que nadie lo sepa”.
—¿Hay muchos casos de posesión diabólica?
—No, las posesiones son rarísimas, pero hay muchos casos de gente que es vejada, atacada exteriormente por el demonio. Especialmente entre los jóvenes, o personas que sin darse cuenta contactan a algún brujo o bruja, le piden un trabajo y ahí desgraciadamente se da esto de la posesión, es cuando entra en ellas el demonio.
Por cualquier puerta
—¿Son las drogas una vía para las posesiones diabólicas?
—No he tenido ni un caso de ese tipo, pero he leído que sí. Se puede contestar que sí, porque por cualquier puerta él se mete para engañar, para destruir, porque ese es su propósito, alejarnos de la amistad que tenemos con Dios. Porque tiene envidia, porque sabe que somos hijos de Dios, sabe que estamos creados a imagen y semejanza de Dios, sabe lo que es vida eterna, la verdadera felicidad, y él habiendo renegado, rebelándose contra el Dios vivo y verdadero, ahorita quiere arrastrar consigo el mayor número de personas. El demonio contra Dios no puede. Es imposible, es una lucha imposible, pero se desquita con quien está creado a imagen y semejanza de Dios, el ser humano, y conoce nuestras debilidades, nuestras heridas, sabe dónde poner el dedo para atacarnos. Los demonios son seres espirituales mucho más inteligentes que nosotros.
El mejor exorcismo
—¿Cómo se puede librar la gente de ser víctima de una posesión?
—La verdad es que cuando decimos no a lo que ellos, los demonios, nos proponen, el demonio se debilita. Por eso yo animo muchísimo a la gente a acercarse a la iglesia, a acercarse a la oración, a acercarse a la lectura de la Biblia, a rezar el rosario, porque hay mucha fuerza con esta oración. Pero la realidad es que cuando uno es cristiano católico, y utiliza el sacramento de la reconciliación, ese es el mejor exorcismo porque ahí le das una bastonada al demonio, ahí te sueltas. Es cuando la persona decide: Yo me acerco a un sacerdote y reconozco que soy una persona pecadora y llamo por su nombre lo que mi conciencia me dice: “Aquí te equivocaste”. Y lo digo con toda humildad.
Oración es comunicar
—Mucha gente no quiere rezar
—Es verdad, tenemos flojera, porque pensamos que reza y reza uno se aburre, pero la verdad es que yo encuentro vida en la oración. La oración es comunicar, es como dos personas que se quieren, lo único que quieren hacer es tener intimidad, estar a solas, platicar. Eso es lo que es la oración: Escuchar a Dios, y Dios habla en el silencio. Y platicar con Él, para sacar lo que tengo dentro. Eso es oración, pero quizá tenemos una noción equivocada de lo que es oración, pensamos que es rezo y rezo y rezo y pérdida de tiempo.
—¿A cuántos ha exorcizado?
—A varios, bastantes.
—¿Resultados?
—Con unos sí, con otros es un proceso que toma su tiempo.
—¿Se necesita ser muy espiritual para exorcizar?
—Lo primero que se necesita es el permiso del Obispo.
Pecadores y sin poderes extraordinarios
—Pero, ¿hay que tener mucha pureza espiritual?
—Digamos que ayuda mucho, pero el exorcista no es un hombre que tiene poderes extraordinarios para nada. Es un pecador, es un hombre que descubre continuamente su propia pobreza, y sabe que no es él, sino es un don que le viene de Dios, no para echarse crema a sí mismo, no para engrandecerse a sí mismo, sino para darle gloria al Dios vivo y verdadero. Porque Jesús nos lo ha dicho: “Les daré a ustedes y tienen el poder de expulsar a los demonios”. Y sí se da la expulsión, pero en el nombre de Jesús.
—¿Desde cuando existe el demonio?
—Desde que el hombre es hombre, inmediatamente en la primera página de la Sagrada Escritura, en el Génesis, está él, disfrazado como serpiente, que quiere poner cizaña, envenenar esta relación de amistad y amor entre Dios y el ser humano. El demonio es criatura, no es un dios más pequeño, es criatura, el también ha sido creado por Dios.
—¿Por qué mucha gente le teme al demonio?
—Porque no sabemos en qué nos metemos, o porque pensamos que es más fuerte, pero en realidad al demonio no hay que tenerle miedo: al contrario, cuando una persona se esfuerza para vivir su fe, vivirla en gracia, quien tiene que tenerle miedo a ella es el demonio, no el hombre al demonio. El demonio se agarra mucho del miedo, pero el miedo se vence enfrentándolo.
—Se dice que a la gente más espiritual, más altruista, más bondadosa, la ataca más el demonio. ¿Por qué?
—Todo mundo es atacado ordinariamente por el demonio, Roberto, Una persona que tiene una experiencia de Dios muy probablemente va a tener también como cualquier otro ser humano ataques ordinarios del demonio. Pero luego hay quienes reciben ataques extraordinarios, fuera de lo ordinario. En el caso de los que el demonio tiene agarrados ha de decir: ¿para qué voy a perder mi tiempo con ellos? Pero en realidad su propósito es sembrar dudas, atacar, vejar, a las personas que tienen una amistad con Dios. Tiene envidia, y quiere destruir, arruinar.
Dios no tienta a nadie
—¿Serán esos ataques del demonio un plan de Dios para que pasemos las pruebas y seamos mejores?
—En la carta de Santiago dice que Dios no tienta a nadie. No es su naturaleza tentar al ser humano, ponerlo a prueba quizás sí, para ver de qué madera estamos hechos. Es como un novio que pone a prueba a la novia “para ver si de verdad me quieres”. Pero es con esa intención, no de arruinar, Dios no tienta al ser humano. Dios libera, sana, salva, perdona y cubre de ternura al ser humano.
—¿Hay clases sociales más inclinadas a la posesión demoníaca?
—En mi experiencia personal, porque desde ella contesto, la mayoría de las personas que yo trato es de clase popular, pero esto no significa que las personas de clase alta no sean poseídas. En cuanto a las edades, varían desde niños de 9 ó 10, 12, 13 años, hasta los 30, la verdad no hay edad, pero la mayoría son jóvenes.
Librarse por sí sola
—¿Puede una persona librarse por sí sola de la posesión?
—El exorcismo es un milagro. Quien expulsa al espíritu maligno es Dios en el nombre de Jesús. Pero sí hay gente que mediante una vida disciplinada, la oración, la confesión frecuente, comulgar con frecuencia, poco a poco su alma empieza a santificarse de nuevo. Es el espíritu que santifica al alma.
—¿Hay algún signo externo de la posesión en las personas?
—Cuando hablo con los papás de niños y niñas, me dicen que tiende a encerrarse en sí mismo, es más violento, habla con una voz irreconocible, se irrita por cualquier cosa, pasa mucho tiempo escuchando música rara, se viste de una manera rara, de negro,
Eso no significa que los darketos y emos sean gente poseída, no, en lo absoluto. Esos son jóvenes que buscan ser amados, porque esa es la enfermedad más grande del ser humano. El no sentirme amado, querido, entonces hacemos babosada y media para llenar este vacío.
—¿Y el demonio, ama a los que posee?
—El demonio se ama a sí mismo, quiere ser como Dios, no sabe lo que quiere decir amar. El demonio odia, odia, odia, este es su idioma, odia, odia al ser humano, nos quiere ver destruidos, aniquilados.
—¿Lo ha visto?
—Es un ser espiritual, no lo he visto. Muchos me dicen que ven sombras, escuchan ruidos en la noche, son signos exteriores. Pero que yo sepa el demonio no se les se ha aparecido. Si de veras viéramos al demonio como es, inmediatamente estaríamos pegaditos a Dios las 25 horas del día (exagero) porque da asco verlo, es una serpiente, es un ser infernal, que tiene ese don de vestirse como luz y de engañar. Y de hacer aparecer lo que no está bien, lo que es malo como bueno, y es un maestro en eso, pero si lo viéramos como en realidad es, inmediatamente habría un montón de conversiones.
El hombre le da permiso
—¿Las guerras, la violencia, la destrucción en la Tierra, son signos del demonio?
—Es el hombre el que da poder al demonio. El demonio te tienta, te instiga, te dice, pero nosotros tenemos la libertad de decir sí o no. Desgraciadamente somos de una naturaleza muy frágil, y el demonio lo sabe y se sirve de esto para calentarnos la cabeza, para distorsionarnos la verdad, para poner enemistad entre nosotros mismos y Dios. Si revisamos la historia y vemos personas como Hitler y vemos el daño que han hecho, matando como en su caso a 6 millones de judíos y provocando guerras, nos damos cuenta de que la capacidad de hacer daño del ser humano no tiene límites. Ahora que si él estuviera poseído o no, no lo sé, pero no me sorprende. El demonio actúa porque el hombre le da permiso. Si nosotros nos amáramos unos a otros no tendría lugar en nuestras familias en nuestros corazones, pero somos débiles y de ahí se agarra. El odio, la desesperación, la tristeza, la depresión, la soledad, hay enfermedades de este tipo que sí son provocadas por él.
—¿Cree que hay sistemas económicos provocados por el demonio?
—Yo me atrevo a decir que definitivamente sí. Porque él es el dios de este mundo. Cuando Jesús fue tentado le ofrece: “Aquí está el reino, todo esto es mío, te lo doy si me adoras”. Y hay mucha gente que se va con la finta y con tal de obtener cosas materiales: Éxito, dinero, terrenos, mujeres. Pero sí, definitivamente sí hay. El demonio es un ser muy astuto y sabe cómo manipular al ser humano. Hay muchos estados en lo tocante a la política que son de origen masónico, que son enemigos de la Iglesia católica.
—¿Y en el caso del capitalismo salvaje?
—La apetencia, la codicia del ser humano tampoco tiene límite, y no nos damos cuenta de que estamos explotando a nuestros semejantes, ¿y todo para qué? Para tener. Si de veras conociéramos la verdad y fuéramos cristianos de verdad, el mundo no sería como es hoy.
—¿No afecta el demonio al exorcista?
—El demonio es muy hábil, se esconde, y quiere llevarte a ti también, como exorcista, a la desesperación o al desánimo porque se burla mucho y dice: yo de aquí no me muevo, porque esta persona es mía. Lo que busca el demonio es almas, es el ser humano. Porque se siente fuerte así, pues como contra Dios no puede, se desquita con nosotros diciendo: Estos son hijos e hijas tuyos, tú los creaste, pero mira, y yo te los arrebato, yo me los saco para mí, yo me los engaño.
Sin embargo, en el plan grandísimo de Dios Jesús se hace hombre y por su sacrificio en la cruz lo vence. El demonio ha sido derrotado, sus días están contados, él lo sabe.
Recomendación:
—¿Cómo pueden los padres de familia evitar que caigan en poder del demonio sus hijos?
—Pienso que la respuesta está en el sentido común. Platica con tus hijos, interésate por ellos, pregunta qué hacen, el mejor regalo que un padre o una madre puede dar a sus hijos es el don de la fe, porque una vez que está dentro de ti nadie te lo va a arrebatar, a menos que tú lo tires al viento, y sucede a veces en etapas de la adolescencia. Lo que yo sugiero es comunicarse, y rezar en familia.
—¿Y en los casos cuando ya hay una posesión?
—Yo he visto milagros en familias como éstas. He visto familias alejadísimas de Dios, pero cuando en el hijo o la hija han visto a una persona poseída, y la impotencia con la que se enfrentan a esos hechos, porque es duro ver cómo controla el mal de veras, entonces he visto familias convertirse, regresar a la Iglesia, acercarse a los sacramentos, orar el rosario juntos, y desarrollar un amor por la eucaristía, por la iglesia.
Sin conversión, regresa el demonio
—¿A dónde va el espíritu maligno cuando sale de una persona?
—Las escrituras dicen, en Marcos 7, que se va a un lugar árido, desértico. Pero cuando ve que la casa que él habitaba antes, el alma o yo de la persona, está limpiecita. Va, agarra 7 demonios peores que él y ocupan de nuevo esa casa, y la situación de ese hombre se vuelve peor que la de antes. Por eso cuando una persona queda libre de la influencia maligna lo que hay que hacer inmediatamente es invocar al Espíritu Santo para que se adueñe de nuevo del alma de esta persona. Porque muchas personas piensan: Ya me quitó el mal, ya, le sigo con lo mismo. Eso es un error grandísimo, porque lo que nos ata al demonio es el pecado, si he sido liberado, pero si no hay conversión en mi vida, yo mismo estoy llamando a aquél que tenía, más otros peores para que vengan.
En mi experiencia lo que yo hago, los ato a la cruz y dejo el juicio del señor Jesús, que los juzgue, y les prohíbo en el nombre de Jesús que le vuelvan a hacer daño a la gente, al pueblo de Dios.
—¿Son muchos los demonios?
—Es un cuarto de los seres angélicos los que se rebelaron. Y hay jerarquías entre ellos, como entre los ángeles del cielo.
—¿Cuál es el verdadero poder con que se cuenta para enfrentar al demonio?
—El único poder que tenemos contra el demonio es la palabra de Dios, su sangre en la cruz; su madre, la Santísima Virgen María, a ella le tiene pavor, le huye, y la Biblia lo dice claramente: “La mujer te aplastará la cabeza”.
Agradecemos al padre Jorge Carlos Herrera Vargas, vocero de la Arquidiócesis y Párroco de la Iglesia de la Asunción, en Chuburná, y a la señora Diana Gual Díaz, organizadora del Primer Encuentro Mariano “Totus Tuus”, el apoyo recibido para realizar esta entrevista.
(Roberto López Méndez)
2 comentarios:
yo conozco al padre alberto ferrara
Hola me gustaría platicar con el padre ferrara x favor te go una amiga muy grave y pensamos q es brujería
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