«El monasterio de San Ginés tiene más importancia que el Teatro Romano»
Aunque ha pasado media vida trabajando en la banca, Pedro Esteban García (Cartagena, 1955) no ha dejado nunca de lado su gran pasión, la historia. Ha escrito varios libros sobre El Algar y desde hace varios años investiga el monasterio de San Ginés de la Jara, del que ya ha publicado varios estudios. Hoy participa en el III Congreso Nacional Etnográfico en el CIM como ponente de uno de los temas centrales de las jornadas: el pasado, presente y futuro de ese monumento.
- ¿Cuánto tiempo lleva el monasterio en ruinas?
- Los primeros artículos que denunciaron su deterioro los publicó en 1917 Antonio Oliver Belmás, el marido de Carmen Conde, pero ya a principios del siglo XIX, alrededor del año 1820, desde que lo abandonó el último fraile, muy pocos arreglos se le ha hecho, apenas uno en 1936 que de poco sirvió. Lo peor es que cada año que pasa está peor.
- ¿Qué importancia tiene para ser casi obligatoria su rehabilitación?
- Toda. Forma parte de nuestra identidad. Tiene tanta o más importancia que el mismo Teatro Romano, porque se trata de un monumento que siempre ha estado vivo, que es emblema de nuestra cultura popular. Allí se enterró a un santo, que ha sido venerado por generaciones de cartageneros, que lo nombraron en 1677 copatrón por la protección que les daba.
- Importancia social tiene, ¿pero histórica?
- La importancia social es lo principal. Históricamente hay que remontarse a los romanos. Se han encontrado elementos arquitectónicos de aquella época. Además, el Códice Calixtino, que fue robado de la catedral de Santiago de Compostela, cita en un relato del siglo IX el monasterio. A él llegó San Ginés de Arlés, sobrino de Carlomagno. La leyenda dice que el joven quiso peregrinar a Santiago y al llegar a España, por Cabo de Palos, su barco se hundió. Fue el único superviviente. Según el relato, llegó a un monasterio en Cartagena, que es el de San Ginés. Allí vivió más de 25 años. De ahí su nombre.
- ¿Confía en que algún día se podrá restaurar?
- Quiero pensar que sí, pero de momento me conformo con que se evite su derrumbe. Hay dos problemas, el menosprecio que se le tiene y que los vándalos y 'buscatesoros' no paran de expoliarlo. Estos no saben que el único tesoro que queda allí es el de la fe de los cristianos.
- ¿Cómo está en estos momento?
- Ya no se pueden llevar nada más, porque no queda nada de valor. Hace seis o siete años robaron un sillar que tenía una inscripción romana: 'C. Numisius'. Eso indica que allí hubo una villa romana y que con sus restos construyeron el monumento. También ha desaparecido el púlpito forjado en hierro y otros muchos elementos. Pero lo peor es el destrozo que han hecho. Hasta levantaron las losas de las tumbas.
- La Asociación de Amigos del Monasterio de San Ginés de la Jara y Ermitas del Monte Miral pide que se arregle para hacerlo visitable, ¿qué le parece?
- También pertenezco a ella. Lo más importante para el visitante será el poder sentir la historia de unos restos de hace más de 2.000 años, pero en cuanto a riqueza en si mismo no. Lo único que tiene de valor es su diseño arquitectónico.
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