Sí, Sr. Rajoy, deje de mentir y no insulte nuestra inteligencia. No se puede llenar más páginas de prensa con más mentiras. No se puede plasmar tanto cinismo, hipocresía y descaro en menos tiempo en una entrevista. No se puede desengañar más a un electorado que confió en sus promesas y que ve cómo usted y su Gobierno se dedican a hacer todo lo contrario de lo que dijeron. No se puede haber caído tan bajo en tan poco tiempo en la defensa de la dignidad y la memoria de las víctimas de ETA, asumiendo las políticas de su predecesor Zapatero y de Rubalcaba. No se puede decir sin sentir náuseas y dolores de tripa que los españoles hemos vencido a la ETA, cuando ETA ni se ha rendido, ni ha entregado las armas, ni se ha arrepentido de sus crímenes y vemos a etarras libres por la exclusiva voluntad de su Gobierno.
Sr. Rajoy, usted ya no cuenta con la confianza de los españoles, ni aquellos que nunca confiaron en usted, ni los que sí lo hicimos, algunos como yo mismo tapándome la nariz y con dolores de tripa al depositar mi voto. El tiempo me ha dado la razón de esas sensaciones. Porque usted ya no me producía confianza desde el momento en que echó del partido a aquellos que sí que eran y son referentes morales de la sociedad española. Usted sí que ha defraudado a millones de personas por su actitud impasible y pusilánime, dejándose llevar por quienes hacen de la política su único medio de vida, no para servir a los demás sino para ser servidos por los demás y gozar de privilegios y, sobre todo, de poder.
Es una desvergüenza decir que no hay otras alternativas a las medidas que ha tomado. Es una gran traición no haber atacado el principal problema de España, su casta política, de la que usted es uno de sus más destacados representantes. Porque si algo sobra en España, son ustedes los políticos, al menos esta clase de políticos. Hombres de partido que llegan a lo más alto por medrar en sus organizaciones, por los apoyos de desvergonzados sin escrúpulos dispuestos a copar todo el poder y perpetuarse en él comprando voluntades. Unos partidos políticos donde la democracia es inexistente y las bases son ninguneadas. Así que no es de extrañar el que si así tratan a sus correligionarios, ¿cómo no iban a despreciar a los que no lo son?
Lo malo de su actitud, Sr. Rajoy, es que quiere hacer creer que, a pesar de todo, piensa que sigue teniendo el apoyo de aquellos que le votaron. Se equivoca, como siempre. Pero esta vez no va a conmover a nadie con sus promesas, ni con sus mantras de "no quería, pero no he tenido más remedio que hacerlo". Su discurso está agotado al igual que la paciencia de los españoles. Y su error principal, entre los muchos que ha tenido en los ocho meses de gobierno, es el de despreciar las encuestas y el sentimiento de los ciudadanos. Como la mayoría de esta casta de parásitos corrupta y corruptora, ustedes no escuchan, salvo a sí mismos, Ustedes no quieren oír nada que contradiga o critique su obra y solo piensan que son críticas injustas e inmerecidas. Su orgullo y su ceguera les incapacitan.
Pero esto está a punto de terminar y serán los próximos acontecimientos los que les devuelvan a la cruda realidad que no han querido ni han sabido ver. Pronto, en El País Vasco, tendrán al mando un frente nacionalista independentista que planteará la secesión. Pronto, en Galicia, recibirán el mayor correctivo electoral perdiendo la mayoría absoluta y obligados a volver a una larga oposición, aunque el actual líder Feijoo haya intentado camuflarse y desmarcarse. Su apoyo de campaña, será la certificación de su derrota. Y no es que la alternativa sea deseable, pero es que usted está llevando a los gallegos a plantearse si también ellos estarían mejor fuera de España.Usted Sr. Rajoy desune y fomenta el separatismo con su actitud irresponsable de concesiones al nacionalismo y a la ETA.
Sr. Rajoy, usted ha tenido la mejor oportunidad para haber hecho cambios profundos y de calado en las Administraciones y en el sistema autonómico, en las Instituciones politizadas, en leyes como la del Aborto, la de Educación para la Ciudadanía. Usted ha tenido la oportunidad de haber acabado con la politización de la Justicia. Usted ha tenido la oportunidad de volver a la firmeza de la lucha anti terrorista. Desgraciadamente, usted Sr. Rajoy, ha perdido voluntariamente esas oportunidades y ha condenado a usted mismo, a su partido y, lo que es peor, a España y a los españoles a un fracaso en todos los ámbitos, moral y económico. Usted. Sr. Rajoy, ha sido un fraude, otro error en la Historia de España que puede que le cueste su propia supervivencia como Nación. Su actitud no solo es reprochable, sino despreciable e imperdonable.
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