MARCOS VALLE SANJUÁN
A los católicos, no. Cardenales, arzobispos y obispos no tienen legitimidad para ello, ya que son propuestos y elegidos a dedo por el Estado Vaticano, un pequeño lugar que se hace llamar «Santa Sede» y que está controlado por un grupo reaccionario llamado «la curia romana». Los pastores de la Iglesia no son interlocutores, pues los católicos no pueden votarles. El Vaticano es el único Estado europeo dictatorial y teocrático, y actúa de espaldas al evangelio. Jesús no fue sacerdote, sino un profeta seglar, «de paisano», enfrentado a la cúpula religiosa de su época, que fue la que lo condenó a morir en la cruz. Una cúpula religiosa que no ha evolucionado ni siquiera en sus distintivos.
Cardenales y obispos pasean con grandes cruces pectorales y gruesos anillos de oro macizo bien visibles. A casi todos los españoles nos bautizaron siendo bebés, pero hoy, según la última encuesta del CIS, para el 78,6% la Iglesia representa «muy poco o nada» lo cual no debe extrañar a nadie, pues hoy vivimos en la sociedad de la información, y todos sabemos que la historia de la Iglesia es la historia del horror y del sufrimiento para una población mantenida en la más absoluta miseria e ignorancia hasta hace dos días (hasta la llegada de la democracia).
Estamos en el siglo XXI, y tienen que acabar los privilegios de esta organización con sede en Roma que tanta sangre ha hecho correr (la mayoría de las guerras han estallado por motivos religiosos, y que decir de la Inquisición, donde los bárbaros Obispos de la época ordenaban torturar y quemar vivas a las personas). Además, durante siglos, la Iglesia ha atesorado un inmenso patrimonio, unas veces hecho con el esfuerzo ajeno, y muchas otras robándolo, y tienen enormes inversiones en Bolsa y en empresas execrables (hay están las bibliotecas). Corolario: que los religiosos respondan como los demás ante la ley, que vayan a la cárcel los que han cometido crímenes sexuales o sociales, que se haga efectiva la apostasía de millones de personas que fuimos bautizadas al nacer, que se revisen los acuerdos con la «Santa Sede» y que se acabe con la imposición de su «santa» voluntad a los gobiernos legítimos. Basta ya de tanta hipocresía. Basta ya.
1 comentario:
Es una pena pero esta es la opinión que mucha gente tiene de la Iglesia Clerical y no de la Iglesia en general que es congregación de fieles cristianos, fieles a Jesucristo.
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