Un grupo de padres del colegio Santo Ángel en Albacete ha remitido a la Consejería de Educación un escrito denunciando su «ideario radical» y el cobro de las aportaciones voluntarias. «Los llevan a la capilla con velas, alfombra y Biblia a rezar y cantar a Jesús», dicen en un periódico local. También se quejan de que se les dé una educación sexual basada en la castidad y la fidelidad. Juan Manuel Puerta, delegado titular del centro confirma que los alumnos van al oratorio, si quieren, una hora a la semana, junto con los padres que lo desean.
Otro de los hechos denunciados es que se ha impartido una charla a chicos de catorce años en los que “se les recomienda la abstinencia y la fidelidad”. La charla fue impartida por Paloma de Castro, especializada en la atención de jóvenes madres, para quien “la educación afectivo sexual que se está impartiendo en los colegios está teniendo unas consecuencias desastrosas; es claramente incentivadora de riesgos severos para la salud y la felicidad de nuestros hijos, hay que explicarles que no hay nada como retrasar el inicio en las relaciones sexuales hasta encontrar una persona realmente comprometida y que demuestre amarla”.
Por último denuncian que la dirección del centro ha pedido a los padres elevar la aportación voluntaria a 36 euros mensuales por el primer hijo y 26 por el segundo pues la Junta no se hace cargo de todos los gastos de un concertado. “En los colegios públicos los gastos no salariales los paga íntegramente el ayuntamiento, pero si a los padres de la concertada no nos pagan nada y por otro lado la Junta prohíbe la cuotas obligatorias a los propietarios, no queda otra salida que aportar cuotas voluntarias” ,dice Caridad Navarro.
Entre las mejoras introducidas por la fundación gracias a las cuotas voluntarias están las clases de apoyo por las tardes, y la contratación de un profesor nativo de fonética inglesa. “Esta fundación sólo quiere hacer de nuestro colegio el mejor de Albacete, si a alguien no le gusta no entiendo que sigan en él, hay decenas de padres que quieren traer a sus hijos aquí y no tienen plaza”, dice Soledad Martínez, una madre del colegio
Para Caridad Navarro “lo peor de todo es que esta minoría ha sembrado el germen de la intolerancia dentro de sus hijos, algunos niños que acuden al oratorio han tenido que soportar mofas o censuras de sus compañeros, es algo inaceptable; estos padres deberían respetar la libertad de los demás y marcharse del colegio si nos les gusta. Los católicos tenemos derecho a tener nuestros propios colegios, también sufragados por el estado en virtud de su neutralidad. Llevamos en nuestros genes la defensa de nuestra fe y estas minorías no nos van a amedrentar, el que quiera colegios anticatólicos o con un catolicismo a la medida que tenga la coherencia de fundarlos y la generosidad de concertarlos”
1 comentario:
No es posible que padres de alumnos lleven a sus hijos a un colegio de confesión cristiana y se quejen de que son educados en los buenos principios. Está claro, no quieren para los niños una educación mejor que la que recibieron ellos.
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