www.elmundo.com
Las recientes declaraciones del científico Stephen Hawking sobre Dios -o dios- no han tenido el eco esperado en la Iglesia Católica. Inadvertidas o deliberadamente calladas, desconcierta dicha actitud, ya que puede mostrar debilidad o cierta suficiencia. Las aseveraciones del famoso físico coincidieron con la visita del Papa a España, en donde predicó su sermón contra el aborto, el matrimonio gay y otros temas. Pero mientras con todo derecho Ratzinger se ocupaba de esos asuntos, Hawking entraba por otro flanco con semejante carga explosiva digna de la inquisición en otras épocas, no favoreciendo el aborto o el matrimonio gay, sino nada más y nada menos que cuestionando la existencia de Dios.
“El origen de todo se originó de la consecuencia inevitable de las leyes de la Física y no de ninguna mente superior o Dios”, dice el científico en su último libro El gran diseño, escrito con su colega Leonard Mlodinov (El Universal, México, 9-11-10).
“Dado que existe una ley como la de la gravedad, el Universo pudo crearse a sí mismo -y de hecho lo hizo- de la nada. La creación espontánea es la razón de que exista algo, de que exista el Universo, de que nosotros existamos. Para eso no es necesario invocar a Dios”, dijo Hawking al diario español El País. Y la Iglesia ahora centrándose en homosexuales, condones y abortos...
Aquí no estoy tomando partido (otro día, si soy capaz) pero el científico me tiene pensando, y que Dios me perdone. Casi todos nos hemos referido a este viejo tema, pero el profesor de Cambridge se está metiendo con argumentos mayores bien inteligentes que requieren un buen debate, en especial por parte de los primeros llamados a ello.
La eterna discusión entre ciencia y religión, entre razón y fe, ¿quién la está ganando?, ¿alguno la debe ganar? Uno piensa tantas cosas sobre este tema…, por ejemplo, está bien: la Física y sus leyes originaron el Universo y la vida, pero, y entonces ¿quién creó la Física?
Esa sería la contrapregunta de muchos para aventajar la discusión, pero también vendría una contrarréplica: la cadena de quién creo a qué sería interminable y el cuento de la eternidad o infinitud hacia atrás sería imposible de dirimir, como también los es hacia adelante.
De pronto el quid del asunto está en que estamos pensando mal: la idea de que las cosas tienen o han tenido que ser creadas no es válida, quizás sea una discusión desatada en y para un plano muy superficial. A lo mejor esa lógica de que todo tiene que tener o no tener un inicio es errada, formulada por nosotros bajo una dimensión diferente, facilista. De pronto las cosas están, y punto. Y lo de empezar y terminar es para las dimensiones que conocemos o creemos conocer, no para las lógicas profundas sobre la existencia del universo y otros temas de gran calado mental. Ahí seguirá el debate.
Según Hawking, el universo no es único, sino que existen millones en los que entran las teorías espacio-tiempo. “Cada universo tiene muchas historias posibles y muchos estados posibles en instantes posteriores, es decir, en instantes como el actual, transcurrido mucho tiempo desde su creación. La mayoría de tales estados será muy diferente del universo que observamos y resultará inadecuada para la existencia de cualquier forma de vida. Sólo unos pocos de ellos permitirían la existencia de criaturas como nosotros. Así pues, nuestra presencia selecciona de este vasto conjunto solo aquellos universos que son compatibles con nuestra existencia. (…) Tal como en nuestro universo, en el juego de la vida la realidad depende del modelo que utilicemos” concluye el científico, según publica el diario El País.
¡Dios! Y con semejante lío, a este pobre mortal y columnista confundido le quedan dudas, de las cuales sólo menciono las más simples: ¿Qué vienen siendo entonces los premios nobeles de Física?, ¿sumos pontífices, sacerdotes o santos?
Y, ¿un laboratorio de Física es como un templo o una iglesia? En fin, doctores tiene la santa madre Física para titularlos o investirlos.
3 comentarios:
Siento que te hayas quedado defraudado por la falta de debate pero no entiendo como te sorprende que los ateos no crean en Dios, eso es conocido por todos aunque hay algunos que no creen en Dios pero si en el amor, el pobre Stephen ni siquiera cree en el amor con minúsculas aunque por su mente privilegiada haya encontrado algunas respuestas que le satisfagan.
Probablemente haya una conjunción entre las leyes de la física conocidas y de las que estén por conocer con el sumo Hacedor y aunque para nosotros, pobres cristiano de poca fe, Stephen en cuanto racionalidad contrastada va casi un siglo por delante o mas de nosotros, también es cierto que los laicos sin papeles, conocemos atajos que hacen nos pongamos por delante de Stephen y llegar a la meta con ventaja.
Comprenderá Hawking si para ser creyente se necesitara condensar en una fórmula matemática la existencia de Dios, hasta hoy día no habría nadie que creyera, el aun la sigue buscando, bueno no la busca, lo que quiere es que siguiendo el curso de sus investigaciones sobre física cuántica se encuentre con ella y así es imposible porque si lo buscara de verdad lo encontraría. Otras muchas personas con menos capacidades intelectuales lo han hecho pero mas inteligentes, considerando la inteligencia la facultad que tiene el hombre de encontrar a Dios con sus propios medios.
Publicar un comentario