- 'Voy a estar así hasta que le metan en la cárcel', asegura
- Su presunto agresor la llama 'putón' en una entrevista en televisión
Pedro Simón | Madrid
Actualizado sábado 13/11/2010 03:28 horas
Verónica Fernández, la joven de 25 años que denunció públicamente el domingo en EL MUNDO que sufrió abusos sexuales de su padrastro desde los siete a los 14 años, ha comenzado hoy una huelga de hambre frente a las dependencias de la Guardia Civil en Ocaña (Toledo), toda vez que el individuo -en declaraciones a los informativos de La Sexta- ha negado las acusaciones y la ha calificado de "putón". "Dicen que se matan pocas mujeres... yo no tengo por qué matar a nadie", ha apuntado Ramón Nácar.
Los hechos fueron denunciados por Verónica en 2007. Los abusos comenzaron cuando tenía tan sólo siete años. Su madre había acudido aquella noche a un programa de televisión como público y el padrastro aprovechó la ausencia para poner una película de contenido pornográfico. El agresor quedó libre a la espera de juicio y tiene una orden de alejamiento que ha incumplido en varias ocasiones. Los dos informes pericialesencargados por la Justicia para testar esta historia coinciden en queVerónica sufrió aquellos abusos.
"Teníamos una mesa camilla y un sofá largo con esto [señala lo que sería el reposabrazos] de aluminio, y me tiró contra él. Y empezó a desnudarme y a toquetearme. Y a meterme los dedos por la vagina. Luego me subió a la mesa camilla. Me decía que me subía allí para que viese mejor lo que me estaba haciendo, estirándome del pelo. Me hizo lo mismo (...). Tenía los calzoncillos bajados y también me chupaba los pechos. Se levantó y me dijo que me pusiera de rodillas. Que empezara. Me negué y fue a por un cuchillo. Estuvo mucho tiempo haciéndomelo. Luego me dijo que no se lo contara a nadie. Que si yo era buena no le haría lo mismo a mis hermanos".
Verónica Fernández denunció esta tarde los insultos en el cuartel de la Guardia Civil, donde pensaba instalarse para iniciar su huelga de hambre. Al final, la secundará en su domicilio. "Se están riendo en mi cara. Voy a estar así hasta que le metan en la cárcel. Por lo menos por esta denuncia. ¿No tengo derecho a que se le juzgue? Llevo tres años esperando, todos los días de mi vida tengo pesadillas con él".
La joven, supuestamente, esta protegida por una orden de alejamiento por la que el agresor no puede comunicarse ni referirse a ella por ningún medio. Según establece el Código Penal, la orden conlleva "la prohibición de comunicarse con la víctima, por cualquier medio de comunicación o medio informático o telemático, contacto escrito, verbal o visual". A pesar de ello, el padrastro no tuvo ningún reparo en dirigirse por televisión a ella en todo momento.
El juicio por los abusos sexuales aún está por venir. Verónica, entratamiento psicológico desde que se animó a acudir a los tribunales, ha tratado de suicidarse varias veces. El Juzgado de Instrucción número uno de Ocaña la condenó hace poco a 15 días de trabajos en beneficio de la comunidad por llamar violador al hombre que le llegó a introducir el palo de un mortero.
1 comentario:
Dicen que la cara es el espejo del alma, sobran comentarios.
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