La posición moderada predomina en la Iglesia Católica peruana
El ala conservadora ha crecido en los últimos años, pues la Conferencia Episcopal Peruana tiene el mayor número de obispos del Opus Dei y otras órdenes afines, en América Latina, cuyo máximo representante es el cardenal Cipriani.
María Elena Castillo/
Los años 50 y 60 fueron decisivos para la Iglesia Católica, en el mundo y en el Perú. El Concilio Vaticano II y la Conferencia de Medellín generaron una corriente progresista sobre la doctrina social de la Iglesia, que fue la base de la Teología de la Liberación, uno de su más destacado representante es el sacerdote peruano Gustavo Gutiérrez.
A partir de entonces se sintió una mayor presencia de religiosos, clérigos y obispos comprometidos con la causa de la justicia social, en favor de los más pobres.
Un buen número de congregaciones centraron su trabajo en los pueblos jóvenes, las zonas altoandinas y el oriente peruano. El nombramiento de Juan Landázuri como Arzobispo de Lima -a fines de 1954-, y años más tarde como cardenal, facilitó el fortalecimiento del sector moderado y progresista de la Iglesia Católica en el país.
En este proceso fueron fundamentales, además del cardenal, los obispos José Dammert Bellido, Luis Bambarén Gastelumendi y Germán Schmitz, entre otros.
Para entonces, el grupo conservador, representado por el Opus Dei, era aún reducido; sin embargo, ya hacían sentir sus críticas al interior de la jerarquía eclesiástica por la prédica de los religiosos que consideraban "el sector izquierdista" de la Iglesia.
Con el tiempo, el ala conservadora ha ido fortaleciéndose, al punto de que en la actualidad la Conferencia Episcopal Peruana cuenta con la mayor cantidad de obispos, en comparación de sus similares de América Latina.
PODER MEDIÁTICO
Sin duda el máximo representante de este sector es el cardenal y arzobispo de Lima, Juan Luis Cipriani.
El purpurado de la Iglesia Católica, miembro de la comunidad del Opus Dei en Perú, fue ordenado Obispo Auxiliar de Ayacucho en 1988 por el Papa Juan Pablo II.
Precisamente al llegar al Vaticano en 1978, este Sumo Pontífice inició una lenta pero efectiva ofensiva contra la iglesia liberacionista y moderna de América Latina, nombrando a un gran número de obispos conservadores.
El periodista e investigador en temas eclesiásticos, Luis Jaime Cisneros, explicó que por su cargo como Arzobispo de Lima, el prelado de la Iglesia Peruana ejerce autoridad sólo en su jurisdicción eclesiástica, pero en la práctica tiene mayor poder debido a su presencia mediática.
"En Perú, el cardenal Cipriani es el hombre que tiene más poder en la Iglesia Católica, por su temperamento, porque es muy mediático. Tiene un programa radial a la semana en una importante emisora del país; es percibido como interlocutor del Presidente de la República", sostuvo.
Si bien en 1991 Cipriani asumió la dirección del Obispado de Ayacucho, se hizo más conocido desde diciembre de 1996, cuando fue nombrado mediador para resolver la toma de rehenes en la residencia del embajador de Japón, por subversivos del Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA).
En 1999, el Papa Juan Pablo II volvió a promoverlo, designándolo Arzobispo de Lima y Primado de la Iglesia. Dos años después fue proclamado cardenal del Perú, convirtiéndose así en el primer prelado del Opus Dei en el mundo.
CONFERENCIA EPISCOPAL
Con el ascenso de Cipriani, se fortaleció el sector conservador en la Iglesia en nuestro país, aunque hasta ahora ningún obispo del Opus Dei ha llegado a presidir la Conferencia Episcopal Peruana, instancia que reúne a la más alta jerarquía eclesiástica del país.
El consenso que generó el cardenal Juan Landázuri Ricketts durante sus 35 años de cardenalato fue tal, que asumió la presidencia de la Conferencia Episcopal.
Le sucedieron los obispos Ricardo Durand Flórez y José Dammert, hasta que en 1993, tres años después de haber sido nombrado Arzobispo de Lima, asumió el cargo Augusto Vargas Alzamora.
En 1999 fue elegido presidente de esta organización, mons. Luis Bambarén Gastelumendi, en su calidad de Obispo de Chimbote. Identificado por su obra social de los años 70, principalmente en los pueblos jóvenes, defendió el derecho a una vida y viviendas dignas.
En 1971 fue detenido por orden del ministro del Interior del gobierno militar, gral. Armando Artola, tras realizar una misa en solidaridad con un grupo de invasores de un terreno en Pamplona, a quienes llamó "Cristos vivientes".
Por su gesto, Bambarén se hizo conocido como el "Obispo de los Pueblos Jóvenes".
En círculos cercanos a la jerarquía eclesiástica, se sabe que el cardenal Cipriani nunca vio con buenos ojos a Bambarén, considerándolo como un clérigo de izquierda. Durante su presidencia en el colegiado de obispos la tensión aumentó por la abierta posición del prelado de la Iglesia Católica Peruana, a favor del entonces presidente Alberto Fujimori.
MÁS MODERADOS
La Conferencia Episcopal agrupa a los 47 obispos que actualmente hay en el Perú. Y si bien su presidente no es el "jefe" de la Iglesia Católica Peruana, el cargo en sí es una muestra del respaldo de la más alta jerarquía eclesiástica del país.
El cardenal Cipriani ha postulado, sin suerte, a su presidencia hasta en tres ocasiones, la última de ellas en enero. Para Luis Jaime Cisneros, esto se debe a que la mayor parte de los actuales obispos no son conservadores, sino moderados y progresistas. Sin embargo, esta tendencia podría cambiar, tomando en cuenta su conformación. Cuando los obispos cumplen 75 años deben renunciar y se convierten en representantes eméritos cuando el Vaticano nombra a sus sucesores.
Actualmente, 17 de los obispos son del Opus Dei y de otras órdenes consideradas conservadoras, como la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz, Camino Neocatecumenal y Sodalicio de la Vida Cristiana.
Por lo pronto, ya llegó al límite de edad el Obispo de Jaén, Santiago García de la Rasilla, el 2013 lo hará el Obispo de Sicuani, Miguel La Fay Bardi, ambos considerados moderados.
La elección de sus sucesores está en manos del Papa Benedicto XVI, quien nombra los obispos, basándose en la recomendación del Nuncio Apostólico, que es su representante en cada país.
En nuestro caso, las sugerencias estarán a cargo del obispo norteamericano James Patrick Green, quien a inicios de año fue designado Nuncio Apostólico en nuestro país.
Fuentes eclesiásticas señalan que su nombramiento, así como la decisión del Vaticano de cambiar a su portavoz -que en las últimas décadas fue del Opus Dei- permiten pensar que se frenará un poco la ofensiva contra el sector moderado y progresista. Aunque ello dependerá de cómo finalicen los escándalos de los 'Vatileaks', que han destapado presuntos actos de corrupción al interior de la curia romana. Nos toca esperar.
ERA DEL CARDENAL JUAN LANDÁZURI
El investigador y sacerdote jesuita, Jeffrey Klaiber, en su libro "La Iglesia en el Perú", cuenta que la elección del cardenal Juan Landázuri Ricketts, como obispo de Lima y primado del Perú, permitió el fortalecimiento de una Iglesia Católica muy vinculada al tema social.
"En reconocimiento de sus dones de liderazgo, el cardenal Landázuri ha sido elegido continuamente presidente de la asamblea, durante los más de 30 años que ha gobernado la arquidiócesis capitalina. En este largo espacio de tiempo ha consagrado personalmente a casi la mitad de los obispos", relata el libro.
Expone que su disposición al diálogo le permitió mantener una buena relación con los seis gobiernos que le tocó, desde el segundo gobierno de Manuel Prado hasta el primero de Alan García.
EL DATO
Derechos humanos. Uno de los cuestionamientos que se le hace al cardenal Cipriani es su poco interés por la defensa de derechos humanos. En 1990, cuando era Obispo Auxiliar de Ayacucho, desmanteló la oficina de Acción Social en esa ciudad, dedicada a ayudar a los niños víctimas de la violencia política y a visitar presos.
ENFOQUE
Avanza el sector conservador
Luis Jaime Cisneros
Periodista
Hoy en día, en la Conferencia Episcopal Peruana está creciendo la presencia de los obispos conservadores del Opus, Sodalicio, Neocatecúmenos y otros grupos que tienen el mismo predicamento conservador.
Esto ha permitido que en regiones católicas del Perú, que durante décadas tuvieron autoridades eclesiásticas identificadas con el discurso social de la Iglesia, acorde al Concilio Vaticano II, se nombren obispos conservadores. Un ejemplo es el caso del Obispado de Ayaviri, en Puno, donde la máxima autoridad eclesiástica es del Sodalicio.
El padre Gastón Garatea era una piedra en el zapato para el Arzobispado de Lima. El conflicto no es nuevo, viene de mucho antes, desde que comenzó a convertirse en un rostro conocido de la Iglesia para temas oficiales del gobierno. En el 2001 Valentín Paniagua lo nombró presidente de la Mesa de Concertación de Lucha contra la Pobreza, ratificado posteriormente por Alejandro Toledo. Fue miembro de la Comisión de la Verdad y Reconciliación, que ha sido crítica con el cardenal Juan Luis Cipriani.
Además, Garatea es de la orden de los Sagrados Corazones, la misma a la que pertenecía el padre Hubert Lanssiers, quien tenía más llegada que Cipriani con el ex presidente Alberto Fujimori, por haber sido profesor de sus hijos en el Colegio la Inmaculada. Lanssiers fue representante del presidiente en la comisión Ad Hoc y el cardenal estuvo en un segundo plano.
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