14 Y la Palabra se hizo carne, y puso su Morada entre nosotros, y hemos contemplado su gloria, gloria que recibe del Padre como Unigénito, lleno de gracia y de verdad. (Juan 1:14)
«José, hijo de David, no temas tomar contigo a María tu mujer porque lo engendrado en ella es del Espíritu Santo.21 Dará a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados.» (Mateo 1:20-21)
4 Subió también José desde Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David, que se llama Belén, por ser él de la casa y familia de David, 5 para empadronarse con María, su esposa, que estaba encinta. 6 Mientras estaban allí, se le cumplieron los días del alumbramiento 7 y dio a luz a su hijo primogénito, le envolvió en pañales y le acostó en un pesebre, porque no tenían sitio en el albergue. (Lucas 2 : 4-7)
Por el hecho de que lo engendrado en María es del Espíritu Santo, el corazón del hombre se convierte en el pesebre de Belén y Jesús, Dios en nosotros, naciendo en el corazón de cada hombre, transforma a la persona en Hijo de Dios. Hoy en nuestro corazón ha nacido el Salvador, que es el mesías, el Señor. Hoy Jesucristo nos ha salvado, nos ha hecho como Él, Hijos de Dios. Hoy hemos contemplado su gloria.
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