Los clanes neandertales cedían las mujeres a otros grupos para evitar los problemas de la endogamia
Doce fósiles localizados en Asturias ayudan a entender las relaciones familiares
ANÁLISIS DEL ADN PREHISTÓRICO
Dos grupos de neandertales que viven separados por grandes distancias se reencuentran después de una jornada de caza y, al amparo de la lumbre, en un ambiente de camaradería, deciden intercambiar las mujeres. Las ceden. Posiblemente fue una práctica común con un objetivo muy claro: evitar la consanguinidad entre clanes, un problema recurrente en las pequeñas comunidades neandertales.
Esta es una de las principales conclusiones del análisis genético de 12 individuos neandertales localizados en los últimos años en la cueva de El Sidrón, en Asturias, un yacimiento singular que atesora más de 1.800 fragmentos de la extinta especie. El trabajo, cuyos detalles se publicaron anoche en la revista Proceedings of the National Academy of Siencies (PNAS), ha sido coordinado por Carles Lalueza. del Instituto de Biología Evolutiva de Barcelona (centro mixto CSIC-Universitat Pompeu Fabra), y Antonio Rosas, del Museo Nacional de Ciencias Naturales (CSIC), en Madrid.
Yacimiento único
Los investigadores creen que los fósiles pertenecen a neandertales que fallecieron en un corto periodo de tiempo, posiblemente víctimas del canibalismo. Luego, una gran riada debió de sepultar los restos con prontitud y facilitar la buena conservación. «No hay varios niveles estratigráficos -prosigue Lalueza-.
Todos los restos son coetáneos». Se calcula que tienen 49.000 años. «No hay otro ningún otro yacimiento neandertal en el mundo con evidencias de un mismo grupo familiar», destaca el investigador.
El hecho de que los individuos fueran coetáneos ha permitido reconstruir un pasaje de las relaciones familiares. Así, mientras que los machos tendían a permanecer en el núcleo familiar, las hembras se trasladaban, viajaban, a otros grupos diferentes. «Puede sorprender, pero es lo más normal del mundo si tenemos en cuenta que la esta práctica se repite en el 70% de las sociedades cazadoras-recolectoras de la actualidad», explica Lalueza-Fox. Esta práctica se denominapatrilocalidad.
La moderna biología evolutiva ha ofrecido perspectivas impensables en la arqueología tradicional. Concretamente, lo que han hecho los investigadores es estudiar el ADN mitocondrial, una característica del ADN que se transmite de madres a hijas y permite trazar vínculos familiares. Del análisis se desprende que los 12 neandertales pertenecen a tres linajes diferentes, es decir, a tres líneas maternas alejadas. El ADN se ha extraído de dientes en ocho casos y de huesos (mandíbula, falanges, fémur) en los cuatro restantes.
Diferencias entre sexos
Las diferencias entre sexos son muy notables. La tres hembras del grupo presentan un linaje diferente, mientras que los cinco machos adultos pertenecen al mismo. «Este hecho concuerda con la hipótesis de que eran las hembras las que se movían de un grupo a otro», explica Antonio Rosas. Se desconoce si las mujeres cambiaban de grupo voluntaria o involuntariamente, pero no hay duda de que eso sucedía. «Es evidente que en el grupo hay hermanos, padres, madres e hijos», dice Lalueza. Por ejemplo, el llamado ejemplar juvenil 2 desciende de la hembra adulta 5, mientras que el juvenil 1 y el único infantil serían vástagos de la hembra adulta 4.
El sexo de los ejemplares se ha establecido morfológicamente en función de sus atributos físicos. Además, un segundo análisis genético del cromosoma Y certifica la masculinidad de los adultos machos y de dos de los adolescentes. Según el artículo, las conclusiones pueden ayudar a definir las condiciones de supervivencia y fertilidad bajo las que vivieron los neandertales y que, finalmente, dieron lugar a su extinción.
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