Dice Jesús:
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Y continua diciendo:Si me conocéis a mí, conoceréis también a mi Padre;
desde ahora lo conocéis y lo habéis visto.
Esta Palabra no solamente es aplicable, en el cristiano, en el momento de la partida de este mundo sino también es cierta y verdadera en la vida física y en el momento actual, por eso la importancia tan grande que supone el conocer a Jesús y no se trata de haber oído hablar de Él, se trata de conocerlo en la intimidad. Por eso la Iglesia ha de redoblar los esfuerzos para hacerlo realidad entre sus miembros clérigos y laicos.Para clérigos pederastas este es el remedio definitivo para salir del círculo vicioso en el que se encuentran. Antes, el reconocimiento de la falta, a continuación, un arrepentimiento profundo, seguido de la reparación de los daños físicos y psíquicos que se hayan generado afrontando con entereza las consecuencias penales o de privación de libertad. A partir de aquí aplicar Lc 11,9
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