En la década del ´70, en Alemania, una joven afirmaba estar poseída por espíritus malignos. Pese a que fue tratada por médicos, estos no encontraron explicación a su trastorno. La Iglesia intervino en su ayuda, pero finalmente la mujer murió batallando con fuerzas invisibles.
En pleno exorcismo, el cura y la madre tratan de sujetar a Anneliese.
Quién no ha escuchado o ha dicho "ver para creer", en referencia a algo que sino lo experimentamos en carne propia o lo vemos con nuestros propios ojos, sería muy difícil de aceptar. En esta sociedad materialista y consumista, damos como un hecho de su existencia cualquier cosa que podamos ver y tocar. Pero ¿qué hay de lo intangible?. ¿Qué pasa cuando se habla del mundo espiritual? En este tema es donde entra a jugar un papel importante el grado de fe que uno tenga. La palabra exorcismo, la hemos escuchado infinidades de veces en películas de entretenimiento, desde la aterradora "El Exorcista", de 1973 pasando por varias secuelas, hasta "El exorcismo de Emily Rose" de 2008.
Pero el exorcismo está muy lejos de ser un tema de entretenimiento, es una poderosa arma de oración con la que cuenta la Iglesia para expulsar a los espíritus malignos del cuerpo de una víctima de posesión, y combate contra fuerzas intangibles e invisibles.
De la ficción a la realidad
En 2008, la película "El Exorcismo de Emily Rose" volvió a poner de moda el tema. Este film está basado en hechos reales, ocurridos en la región alemana de Baviera en los años ´70. Es probablemente el primer exorcismo que ha dejado gran cantidad de testimonios fotográficos, e incluso sonoros, ya que numerosas sesiones fueron grabadas en cintas de audio. La secuencia fotográfica del proceso que sufrió la joven, dan testimonio de las devastadoras secuelas que dejó en ella la supuesta posesión demoníaca.
Vayamos por partes. Emily Rose, en la película, en verdad era Anneliese Michel (1952 - 1976), una joven que vivía en Klingenberg Am Main, un pueblo del sur de Alemania. Pasó los últimos años de su corta vida poseída por varios demonios y espíritus humanos al parecer condenados: Lucifer, Belial, Judas Iscariote, Nerón, Caín, Hitler, y Fleischmann -un brujo del siglo XVI- junto a algunas otras almas malditas.
Anneliese Michel tenía en mente ser maestra. A mediados de 1968, y hasta el año 1976, cuando Anneliese tenía solamente 16 años, comenzó escuchar voces extrañas y a tener sacudidas que estremecían todo su cuerpo además de posturas corporales humanamente imposibles que ella no podía controlar.
Al ver esto, sus padres la llevaron a la Clínia Psiquiátrica Wurzburg, donde posteriormente le diagnosticarían epilepsia, su tratamiento duró un largo tiempo sin que llegara a haber algún signo de mejoría. Pese a la medicación, los médicos no encontraban explicación lógica a sus síntomas. La joven había explicado a los doctores que varios demonios la obligan a convulsionarse y a realizar actos horrendos. Desde ese momento Anneliese empieza a tener visiones diabólicas, se niega a ingerir alimentos, argumentando que no lo hacía porque los demonios se lo impedían; Anneliese insulta de forma muy cruel a toda su familia, además de golpearles y morderles. Anneliese dormía en el suelo de piedra de su casa, comía arañas, moscas, carbón y bebía su orina. Su cuerpo exhalaba unos nauseabundos vapores. Gritaba por toda la casa durante horas, hasta escupir sangre. También rompía crucifijos, destruía cuadros de Jesucristo y lanzaba los rosarios contra las paredes. En cierto momento, comenzó también a automutilarse, golpeándose contra las paredes y los muebles, se rasgaba la ropa, se destrozaba las rodillas en ataques de genuflexión compulsiva...
En septiembre de 1975 el Obispo de Wurzburg, Josef Stang, asignó al padre Arnold Renz y al pastor Ernst Alt la orden de llevar a cabo el exorcismo sobre Anneliese Michel.
Las sesiones de exorcismo duraron unos diez meses, a razón de dos sesiones por semana. Durante las sesiones continuaban las agresiones. Algunos ataques de la joven fueron de tal violencia que no podía ser reducida ni por tres hombres, ni incluso encadenada. Anneliese era capaz de saltar casi un metro de rodillas, y envió a su padre y a un sacerdote al otro extremo de la habitación de un solo golpe.
Los ataques empeoraban. Anneliese perdía el conocimiento y se quedaba rígida con mayor frecuencia. El ritual se alargó durante meses, con la presencia de familiares y testigos. Durante los exorcismos, la posesa reproducía los diálogos que los demonios tenían entre ellos. También hablaba en lenguas extranjeras que desconocía. Anneliese se negaba a comer durante todo ese período. Sus rodillas se rompieron durante las 6oo genuflexiones que realizaba en las sesiones diarias de exorcismo. Varias fotos reflejan su deterioro: la nariz y dientes rotos por golpear su rostro contra la pared, se arrancaba el pelo, docenas de heridas y cortes abiertos, ojos inflamados, y malnutrición.
Los padres de Anneliese aseguran haber visto sombras "corriendo" en los pasillos de la casa donde estaba su hija: "cuando nosotros íbamos a ver a Anneliese veíamos sombras en los pasillos, cerca de la habitación de nuestra hija".
Días antes de su muerte, Anneliese gritaba en su clase asegurando que: "todos los demonios la seguían", esto hacía que hasta sus mejores amigos dejaran de visitarla, excepto su novio: "ella murmuraba que me alejara de ella, pero nunca la dejé sola".
Quienes estuvieron presentes en los exorcismos de Anneliese, afirmaron que las cruces se volteaban hacia abajo misteriosamente y las ventanas se rompían como si alguien aporreara algo en ellas. Enrst Alt les decía a los padres que debían mantener la calma, pues esto sucedía debido a la presencia demoníaca.
Durante el período en el que estuvo sometida al exorcismo, Anneliese relató un sueño que había tenido, en el cual se habría encontrado con la Virgen María, y ella le habría propuesto dos elecciones para su situación: por un lado ser liberada de inmediato del yugo de los demonios, o bien continuar su martirio para así hacer pública la posesión demoníaca de la que era víctima, de manera que todos conociesen que existe un mundo espiritual habitado por demonios, los cuales también actúan en el mundo material. Anneliese habría escogido voluntariamente la segunda opción para dar testimonio con su martirio. De esta forma, su ejemplo como posesa serviría de aviso a toda la humanidad de que el demonio existe y de que nos ronda a todos, y que trabajar por la propia salvación de nuestras almas debe ser una meta siempre presente.
Ella afirmaba que muchas personas decían que Dios estaba muerto, que habían perdido la fe, entonces ella, con su ejemplo, les mostraría que el demonio actúa con fuerza y así devolvería la fe a los hombres.
La media noche del 1 de julio de 1976, Anneliese Michel muere a los 24 años. Está registrado que las últimas palabras que la joven dijo a su madre fueron "Madre, tengo miedo" y que la última frase dirigida a los exorcistas fue "Por favor, pidan la absolución". La autopsia de Anneliese atribuyó el fallecimiento a la desnutrición y deshidratación.
Los padres y los curas que realizaron el exorcismo fueron procesados judicialmente dos años después, en 1978, y hallados culpables de negligencia médica. En un periodo prolongado de discusión, se dictaminó una sentencia de 6 meses y libertad condicional bajo fianza. Sin embargo el caso de esta joven sigue siendo controvertido ya que si bien muchos atribuyen su muerte a un caso severo de negligencia por parte de sus padres y de los sacerdotes, también es cierto que los padres llegaron a los sacerdotes después de años de tratamientos y cuando la medicina ya se había dado por vencida frente al problema de Anneliese.
Y por otro lado, están los que afirman que Anneliese Michel murió luchando contra las fuerzas del demonio.
Once años y medio después de su entierro, el cuerpo de Anneliese fue exhumado y sometido a otra autopsia.
Pese a los rumores contrarios y a la existencia de fotos de la segunda autopsia, nunca reveladas, el cadáver mostraba los signos normales de corrupción.
Hoy, su tumba sigue siendo lugar de peregrinaje para aquellas personas que piensan que Anneliese fue una valiente luchadora contra las fuerzas del mal.#
3 comentarios:
Desde el punto de vista del exorcista no hay nada que sea anormal ni sorprendente y se ajusta con bastante exactitud a la realidad. Si parece que después de 10 años de exorcismos a dos por semana se mantenga la fuerza del demonio en lo mas alto.
Y por último las consecuencias que provienen de la muerte de un poseído hacia el exorcista, se deben mas que nada al desconocimiento que se tiene sobre esta materia, los padres si debieron preveer un modo de alimentarse fuera del habitual y a la vista de que su alimentación era precaria deberían haber sometido a un reconocimiento médico periódico durante el tiempo que duraron las sesiones y los exorcistas a la vista de los informes médicos debieron negarse a continuar o distanciar mas las sesiones de liberación, las cuales no deberían sobrepasar mas de 45 minutos por sesión.
si crees q existen los demonios comenta aqui!
Mas que yo comente aquí y si te interesa ese tema deberías buscar en este blog sobre dicha materia. La verdad que para combatir al demonio, lo primero es creer en su existencia, para el cristiano es fácil ya que cree en Jesucristo y en su evangelio y sabe que durante su vida pública expulsó muchos demonios. Curiosamente hay que decir que hay clérigos en la Iglesia Católica que no creen que exista, pero bueno eso es porque no son cristiano, supongo.
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