Si piensas que tu perro te entiende, has acertado
-Si es que mi perro Leo es listísimo, me entiende todo, todo.
-Pues no veas como es Agua, te juro que se entera perfectamente de si estoy mal o bien.
Antes de ser emperrada, oía conversaciones de este tipo y automáticamente clasificaba a ambos interlocutores de, como poco, algo perturbados. Personas que estaban humanizando a los animales que vivían con ellos. Como siempre, la ignorancia es muy atrevida. Y la ciencia está hallando pruebas de esa asombrosa capacidad de comunicación entre las especies humana y canina, alejadas evolutivamente millones de años.
Un estudio publicado hace unas semanas en Current Biology y realizado por investigadores de la universidad de Budapest demuestra por primera vez mediante imágenes que los cerebros de perros y personas tienen áreas similares sensibles a las voces y sonidos de comunicación y además, ambos distinguen el colorido emocional de lo que escuchan y por tanto, son capaces de reconocer e interpretar. Es decir, que ambos cerebros se entienden. Ya se había descrito estas zonas "de voz" en humanos, (2000) y se creía que eran exclusivas, al menos, de los primates. Pero no es así. No somos tan distintos a los perros, al menos en eso.
El inbestigador reclutó, con la ayuda de "un gran grupo de dueños muy entusiastas", dice, a 11 perros que debían ser entrenados para estar muy quietos en el tubo de un aparato de resonancia magnética, que, como sabe cualquiera que haya sido sometido a esta prueba diagnóstica, produce un ruido infernal. Mediante golosinas y reconocimiento, los canes (entre ellos border-collies y golden retriever, como se ve en las fotos), conseguían estar tumbados sin moverse hasta seis minutos. Y otros, fuera del aparato, veían como su compañero era acariciado y premiado de forma continua. "Todos deseaban participar en el juego", dice Andics.
A ver, ¿quién se ha escaqueado? Diez de los 11 perros protagonistas de la investigación. /BORBALA FERENCZY
Además de los perros, un grupo de personas (22, concretamente) escucharon, metidos en el tubo del aparato, 200 sonidos de tres clases, humanos, caninos y ambientales. Es decir, desde gemidos perrunos hasta risas, pasando por timbrazos o el rumor del tráfico en la calle. Un gran abanico que fluctuaba, según cuenta el investigador Andics, entre sonidos de gran alegría (carcajadas, ladridos de contento) y alta negatividad (gruñidos de ataque, llanto).
El experimento demostró que el cerebro de los perros posee un área similar a la zona vocal humana localizada en el lóbulo temporal, situada, además, en un lugar parecido.También, que cada especie reaccionaba con mayor intensidad a los sonidos emitidos por los miembros de la propia estirpe: los perros a los ladridos y gruñidos y los humanos a los llantos o las risas. "Este hallazgo quiere decir que estas zonas pueden haber evolucionado hace 100 millones de años, cuando las especies humana y canina tuvieron un ancestro común", mantiene Attila Andics.
Las áreas de voz de los cerebros humanos y caninos, dibujadas en base a las imágenes captadas mediante resonancia magnética funcional./CURRENT BIOLOGY
Por el movimiento y la actividad observadas en la prueba, los investigadores encontraron además, que perros y personas procesaban la información recibida (el tipo de sonido y su tinte emocional) de una manera similar. "Es el primer paso para entender que es lo que hace que la comunicación entre ellos y nosotros sea tan exitosa", explica Andics.
Así que, si tienes perro y piensas que te entiende muy bien, no es que el hecho de quererle tanto perturbe tus percepciones. Has acertado.
stagduran
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