SALMO 34
R. Despiértate Señor, y ven en mi ayuda
Señor, ¿cuánto tiempo vas a tolerarlo?
Líbrame de los animales rugientes,
salva mi vida de los leones;
y te daré gracias en la gran asamblea,
te alabaré en medio de una multitud.
R. Despiértate, Señor, y ven en mi ayuda.
¡Que no canten victoria mis enemigos traicioneros,
ni se guiñen el ojo los que me odian sin motivo!
Ellos no hablan de paz,
sino que atacan a los oprimidos de la tierra;
traman planes engañosos
y se ríen de mi a carcajadas, diciendo:
«Lo hemos visto con nuestros propios ojos».
R. Despiértate, Señor, y ven en mi ayuda.
Tú también lo has visto, Señor, no te calles;
no te quedes lejos de mi, Señor;
¡despiértate, levántate, Dios mío,
Señor mío, defiende mi causa!
R. Despiértate, Señor, y ven en mi ayuda.
Júzgame según tu justicia, Señor;
Dios mío, que no canten victoria sobre mi;
que no piensen: «Se cumplió nuestro deseo»,
ni digan: «Lo hemos devorado».
R. Despiértate, Señor, y ven en mi ayuda.
Que sufran una derrota humillante
los que se alegran de mi desgracia;
que se cubran de confusión y de vergüenza
los que se envalentonan contra mi.
R. Despiértate, Señor, y ven en mi ayuda.
Canten, en cambio, y alégrense,
los que desean su triunfo;
los que desean mi felicidad,
repitan siempre: «¡Qué grande es el Señor!».
Entonces mi lengua pregonará tu justicia,
y cada día proclamaré tu alabanza.
R. Despiértate, Señor, y ven en mi ayuda.
Oremos:
Dios y Señor nuestro, que proteges a los que esperan en ti;
con tu auxilio y escudo levántate a favor de tu siervo,
rescátame de las asechanzas del enemigo
y combate con tu fuerza poderosa a quienes me atacan.
Por Cristo, nuestro Señor. Amen
R. Despiértate, Señor, y ven en mi ayuda.
Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo ..
R. Despiértate, Señor, y ven en mi ayuda.
No hay comentarios:
Publicar un comentario