Los 'chanchullos' de Blesa y su panda para llevárselo crudo de Caja Madrid
Es de vergüenza ajena y lo revelan con todo lujo de detalles F. Tadeo y A. Semprún este 26 de diciembre de 2013 en 'El Economista'.
Cuando la crisis hacía ya estragos y era evidente que Caja Madrid iba al garete, el repeinado Miguel Blesa y su panda estaban más preocupados por llevárselo crudo, que por adoptar medidas que pudieran salavr de la ruina o al menos atenuar el desplome de la entidad.
Y todo valía: Dietas, sueldos, pensiones, tarjetas, etc. Todo para cobrar más.
Los correos electrónicos del ex presidente de la entidad financiera muestran los chanchullos y tejemanejes de diferentes responsables para aumentar sus retribuciones, una práctica común en las cajas de ahorros como están demostrando las investigaciones judiciales.
Todas estos manejos, instigados y permitidos por el propio Blesa, permitieron que no sólo él se llevara una jugosa indemnización tras su marcha de la entidad.
El ex número dos, Matías Amat, percibió 6,16 millones en 2011, a pesar de la delicada situación por la que atravesaba el grupo Bankia -liderado por Caja Madrid tras la fusión con Bancaja y otras cinco pequeñas cajas-.
El exsecretario del consejo, Enrique de la Torre disfrutó de 4,7 millones. Blesa percibió 1,8 millones a su salida. La nueva regulación impidió que en 2012 el exdirector financiero, recibiera 4,5 millones que le correspondían por los planes aprobados durante la época del exbanquero jienense. Estos son sólo un pequeño ejemplo de los frutos que cosecharon por sus planes.
En los correos se desvela la obsesión de algunos ejecutivos y consejeros por la remuneración y las peleas entre ellos por cobrar más. Las luchas más encarnizadas se producen en 2007, año en que se establece un nuevo sistema de incentivos para la cúpula y la plantilla.
La elaboración de dicho plan provocó distintas disputas. Al frente de todo estaba Blesa, tal como demuestra en un mensaje que envía en enero de ese ejercicio Enrique de la Torre al ex director financiero.
"Es verdad que el presidente está viendo la manera de mejorar a los consejeros con más dedicación -lo que tendría que ser vía tarjeta o dietas en participadas- dejando las dietas de la caja con su incremento normal en la Asamblea".
Ésta era la manera de no tener que dar explicaciones al órgano rector y de premiar sólo a sus más fieles colaboradores.
Pero más allá de las afinidades, hay una cuestión de ámbito fiscal. El procedimiento de retribuciones intenta esquivar el pago de impuestos.
El exsecretario del consejo admite en un correo de 2009 el esquema de remuneraciones a instancias de Blesa. Lo primero de todo es que este sistema no es reciente, sino que se ha mantenido durante un largo periodo de tiempo.
De la Torre explica que ningún miembro del comité de dirección cobra dietas por su pertenencia a órganos de gobierno de filiales o participadas, salvo el secretario del consejo -en este caso él mismo-, los vocales de la comisión ejecutiva y Altae -sociedad de valores de la caja-.
Indica posteriormente que el hecho de que la representación se haga siempre a través de filiales tiene el objetivo de "evitar problemas con la Administración Tributaria".
Por su parte, los miembros de la Comisión de Control, al no poder participar en las filiales, perciben una dieta de 1.350 euros por cada reunión y cada uno contaba con una tarjeta Visa de gastos de representación.
"Black (negro) a efectos fiscales hasta ahora", advierte el exsecretario del consejo en su email.
La tarjeta soporta una cobertura de 25.000 euros anuales, a excepción de la de su presidente, que alcanza los 50.000 euros.
En el correo va desgranando uno a uno las dietas que perciben por consejos de participadas los consejeros y miembros de la Ejecutiva. Estos ascienden a casi 10.000 euros netos al mes.
Hace referencia a las tarjetas black, de 50.000 euros al año, que disponen los vicepresidentes (Antonio Moral Santín y Estanislao Rodríguez-Ponga), el socialista Antonio Romero, los sindicalistas Pedro Bedía y Francisco Baquero. Para el resto, la cobertura es de 25.000 euros.
Tarjetas en black
De la Torre deja claro en el mensaje que las retribuciones tienen "bendición presidencial", salvo las dietas y tarjetas de Bedia y Baquero. Estos sí contaban con la autorización de la Comisión de Retribuciones. Y termina su correo con una alerta:
"Ojo con el Informe Anual de Gobierno Corporativo: es muy delicada la información".
¿Qué es lo que quería esconder? ¿Lo que de verdad percibían, ya en plena crisis o algo más? Lo cierto es que en los correos uno de los personajes que más preocupado está por el futuro de su pensión es De la Torre.
En una conversación de 2007 con Sánchez Barcoj recuerda que la jubilación y el bonus tienen que estar asegurados más allá de 2010, ya que puede que Blesa ya no siga en la presidencia y su sustituto renueve los órganos de gobierno.
Tal posibilidad sucedió después de una encarnizada guerra interna que afectó de lleno al PP madrileño, con la lucha entre Ruiz-Gallardón y Aguirre por el control de la entidad.
"No puedo entender que sabiendo que el presidente puede no estar en la caja no se espera algo tan básico como lo que te dicho", le espeta el exsecretario del consejo.
¿Qué es eso tan básico? En una comunicación anterior, le había manifestado que todo tenía que estar definido en acta, desde la cantidad periódica del incentivo hasta su carácter hereditario.
Por supuesto, habría que fijar la situación en caso de degradación de categoría.
"No pienso sólo en el presidente. Imagina que en 2009 no sigue y a ti te hacen comercial en Aluche. Lo que no esté en acta o en el acuerdo no existe jurídicamente. No se trata de que lo tengas cerrado en un documento, que si no se incorpora al acta no existe tampoco para el presidente, que no es el único al que hay que proteger", indica De la Torre.
Ante tales preocupaciones, Barcoj tiene que interceder y le responde:
"Tranquilo, estás más que cubierto. No te pongas nervioso. Piensa que hoy no tenemos nada de nada y, por tanto, nada que perder. Sólo ganar".
El efecto que quiso transmitir Barcoj no se consigue. De la Torre quiere ver el documento que se llevará a la Comisión de Retribuciones y al Consejo al día siguiente. No se fía y le reclama que se lo envíe.
A las cuatro y media de la madrugada vuelve a insistir al exdirector financiero para que le remita la información sobre el sistema de incentivos.
No es el único que en los correos queda reflejada su obsesión por el dinero. Hay unos cuantos. Pero por los comentarios que se realizan cabe destacar a Guillermo R. Marcos, consejero independiente.
En una comunicación de 2009, en plena guerra interna en la entidad, el propio Blesa le hace una serie de valoraciones a Barcoj:
"Se lo he dicho varias veces y por eso me rehúye. No puedo seguir haciendo el papel de portavoz de Moral cada vez que este individuo codicioso quiere otra dieta (ha llamado a Rodrigo para pedirle una C. de Retribuciones)".
"Le he dicho que no, que no hay asunto que analizar, no toleraré tal cosa. ¿No dice Guillermo que es independiente? ¿Ahora se va a convertir en el correveidile de Moral? El consejo se está dando cuenta y así hunde su prestigio", sentencia Blesa, quien acto seguido pide a Barcoj que interceda en el asunto.
El exdirector financiero hace las gestiones. Y entonces informa al expresidente que Guillermo "se ha quedado jodido".
Eso sí, no sólo por la Comisión de Retribuciones, por la que pretendía cobrar una dieta aunque no hubiera nada que debatir. ¿De cuánto? De unos 1.350 euros brutos.
stagduran
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