Informe enviado a la ONU documenta pederastia de cura poblano
Nicolás Aguilar abusó sexualmente de 90 niños y quedó impune por protección del Clero, destaca reporte de organismos civiles
El sacerdote poblano Nicolás Aguilar Rivera es uno de los tres casos de pederastia documentados en México y cuya relatoría fue entregada por 200 organizaciones de la sociedad civil (OSC's) al Comité de Derechos del Niño de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Además de los abusos sexuales cometidos por Aguilar a más de 90 niños y niñas en México y en los Estados Unidos, el reporte documenta las violaciones sexuales de Marcial Maciel Degollado fundador de los Legionarios de Cristo y el caso de Carlos López Valdés, quien abusó de niños en la Ciudad de México.
A Nicolás Aguilar se le documentaron e iniciaron procesos penales en su contra en Tehuacán, de las cuales tuvo conocimiento el obispo Norberto Rivera, pese a ello no ha pisado la cárcel, destaca el informe “Pederastia Clerical de Mexicanos en México y en otros países 1944-2013″.
El documento señala que los obispos locales, autoridades civiles y El Vaticano, tenían la información pertinente para actuar y sin embargo no lo hicieron, mantuvieron el silencio e incluso protegieron a los sacerdotes pederastas, antes de cuidar la integridad y el honor de las víctimas de abuso sexual.
Nicolás Aguilar abusó de los niños cuando fue párroco en la Diócesis de Tehuacán, bajo la autoridad del obispo Norberto Rivera.
También abusó de menores en Los Ángeles cuando fue trasladado a otra parroquia por acuerdo del obispo Rivera y del obispo de Los Ángeles, Roger Mahoney.
Se le avisó y huyó de la Arquidiócesis de Los Angeles cuando iba a ser detenido y volvió a la Arquidiócesis de México, donde abusó nuevamente de niños, sin que ninguna autoridad eclesiástica llevara a cabo ningún acto de protección hacia los menores, ni mucho menos avisara a las autoridades correspondientes.
El reporte detalla que el pederasta ha gozado siempre de total protección y encubrimiento de la Iglesia y de su propio obispo Norberto Rivera, cuando era párroco en la diócesis de Tehuacán y, posteriormente del arzobispo de Puebla, Rosendo Huesca Pacheco y, finalmente, del arzobispo primado Norberto Rivera Carrera, cuando regresó a la ciudad de México.
Este religioso tiene una historia como pederasta que se remonta a sus años en el seminario y continúa a lo largo de sus 30 años de sacerdocio, según han denunciado sus víctimas que ahora intentan que se haga justicia en Estados Unidos, luego de siete años de procesos judiciales infructuosos realizados tanto en Puebla como el Estado de México.
Aguilar abusó de 30 niños en los Ángeles
Nicolás Aguilar fue trasladado a la ciudad de los Ángeles en Estados Unidos desde finales de los años 80, donde abusó de cerca de 30 niños y logró evadir a las autoridades de esa ciudad porque fue avisado por autoridades eclesiásticas del lugar y regresó a la ciudad de México, donde atacó a otros niños, bajo la jurisdicción del Cardenal Rivera.
Aunque se presentaron denuncias ante las autoridades civiles, Nicolás Aguilar no ha sido detenido ni procesado, lo que ha provocado la indefensión de las víctimas y fortalecido la impunidad de los victimarios.
Autoridades ministeriales y judiciales mexicanas han jugado un papel fundamental en provecho de la impunidad de los sacerdotes, señala el documento.
Esta situación se destaca claramente en el procedimiento de recolección de las pruebas del caso de Joaquín Aguilar, víctima de Nicolás Aguilar que emprendió un proceso judicial en su contra y a quien se le solicitó el expediente de su caso en cuatro ocasiones sin motivo justificado, “entendemos nosotros que se trató de una estrategia para cansar el demandante y así dilatar o buscar la prescripción del proceso”, señalan las organizaciones.
El caso del cura pederasta salió a la luz pública en 1986: "en la década de los ochenta siendo párroco en Tehuacán, Puebla, donde atacó y violó acólitos hasta que en 1986 apareció́ mal herido en la cabeza, con una fuerte contusión se la propiciaron mientras mantenía relaciones sexuales con dos muchachos.
En 1988 fue enviado a Los Ángeles, California, por el obispo de Tehuacán, en ese entonces Norberto Rivera Carrera. Allí se le acusó de abusar de 26 niños en nueve meses, y el cardenal Roger Mahony, según consta en las denuncias presentadas en el tribunal estadunidense, hizo que le advirtieran que lo buscaban y permitió que saliera nuevamente a México.
De regreso a México, el padre Nicolás abusó sexualmente de 60 niños más, residentes en distintas comunidades de Puebla.
Nicolás Aguilar fue denunciado por pederastia ante la Corte Superior de California en Los Ángeles, junto con los cardenales Norberto Rivera Carrera y Roger Mahony.
Sin embargo en México se le recluyó en una clínica para protegerlo y tras unos meses es restituido en su ministerio y de nuevo se le coloca a cargo de los monaguillos. Después se traslada nuevamente a Tehuacán. Allí se hace cargo de la preparación de la primera comunión de los niños pese a sus crímenes, destaca el informe.
En 1995 es cuando abusa sexualmente de Joaquín Aguilar, siendo éste menor de edad.
A pesar de que se ha establecido que han sido abusados por este cura entre 90 y 120 niños, existe información acerca de que unos 60 niños, entre cinco y trece años, que vivían en las colonias populares Viveros, Aeropuerto, La Huizachera, Aviación y Emiliano Zapata mientras realizaban “preparación para primera comunión” tuvieron contacto con el religioso, sin que fuera denunciado por sus autoridades.
El proceso de los niños de Sierra Negra
Para el año 1997 se dieron a conocer públicamente denuncias de 60 niños de la “Sierra Negra” de Puebla contra Nicolás Aguilar. Consta en actas que las víctimas de Aguilar son extremadamente pobres. Las madres de los pequeños no saben leer ni escribir y estaban establecidas junto a sus familias en colonias muy marginadas de la zona.
La declaración de Felipe Valladares Rivera, una de las víctimas de tan solo 14 años en ese entonces, señala que el 27 de noviembre de 1997 el padre Nicolás lo subió a su coche y allí comenzaron los abusos sexuales: "En el camino, como íbamos en el coche únicamente él y yo, empezó a acariciar mi pierna izquierda, le dije “ora qué, padre”, me arrimé hacia la puerta... él me dijo que le gustaban mucho los niños, después llegamos a la capilla de la colonia Viveros".
Otra declaración señala que en 1997 durmió al menos con dos menores, y a uno de ellos lo atacó sexualmente.
El expediente 34/97/DRZS/TH-2 de los niños de la Sierra Negra fue remitido el 8 de enero de 1998 al juzgado primero de lo penal de Tehuacán, Puebla, por Rodolfo Igor Archundia Sierra, quien después fue Procurador General de Justicia en Puebla. Un mes antes había iniciado la averiguación la agente del Ministerio Público Irma Leonor Ramírez Galicia.
Tras proceso con 60 denuncias el cura nunca pisó la cárcel
El proceso de los Niños de Sierra duró un total de 4 años, y reposa en archivos bajo el número o 6/1998. El párroco fue sentenciado a un año de prisión por "ataques al pudor". Sin embargo el cura nunca fue encarcelado, ya que mantuvo su libertad bajo fianza. En el año 2001 la justicia le concedió un amparo para dejar sin efecto dicha condena.
Estas denuncias infructuosas muestran claramente la predisposición de las autoridades mexicanas y del Poder Judicial, de proteger a los curas pederastas en lugar de a las víctimas, detalla el reporte.
Valentina Mendoza, una madre que no se quedó callada
La tercera demanda interpuesta contra el cardenal Norberto Rivera Carrera por el delito de protección a Nicolás Aguilar, fue en 2006, por Valentina Mendoza, madre de tres hijos abusados sexualmente por Aguilar, en Los Ángeles, California, hace 12 años. La mujer establece que sus hijos fueron abusados en el año 1988, en su propia casa, mientras dormían.
"Rivera tiene que renunciar a su cargo. El es uno de los protectores. Nicolás violó a mis hijos porque él lo envió a Los Ángeles en 1987", se indica en el reporte.
"Nos dijo que se sentía triste, que no quería irse porque estaba solo, y eso le deprimía. Los mexicanos somos hospitalarios, así que le ofrecí quedarse en casa. Tristemente fue esa noche cuando dañó a mis hijitos". Valentina permitió al sacerdote quedarse en la recámara de sus cinco hijos.
Pero decidió llevarse a los dos pequeños a dormir con ella y su esposo, con el objetivo de dejar más espacio para el huésped. Los tres que permanecieron en la habitación fueron abusados por Nicolás esa misma noche: "Este depravado aprovechó el momento y nosotros no supimos nada hasta después de que los niños pudieron hablarlo".
No existen novedades sobre el caso
Joaquín Aguilar Méndez es una de las víctimas que denunció públicamente los abusos sexuales a los cuales fue sometido en 1995 por el cura Nicolás. Joaquín interpuso en el 2006 una demanda ante la Corte Superior de los Ángeles.
La Corte declaró en el 2007 que no tenía jurisdicción en la demanda interpuesta por Joaquín Aguilar contra el cardenal Norberto Rivera, por encubrimiento a Nicolás Aguilar, debido a que el hecho ocurrió en México, decisión ante la cual la víctima y su abogado apelarían.
Cabe destacar que Joaquín acude a la justicia en los Estados Unidos luego de que no obtuviera respuesta favorable alguna en México.
¿Quieres morirte? ¿Quieres que se muera tu mamá?
Sergio Sánchez Merino también interpuso demanda contra el Cardenal Norberto Rivera y contra Nicolás Aguilar, contra el primero por encubrimiento de abuso sexual y contra el segundo por el hecho mismo. Su demanda fue también desechada por falta de jurisdicción competente.
El demandante relata así los hechos ocurridos durante el ataque del religioso: "Recuerdo perfectamente cómo era el lugar. Tenía una cama, un espejo y otros pocos muebles. Me agarró de los brazos y me contó una historia sobre un tumor que supuestamente tenía en el estómago. Me agarró muy fuerte las manos y me las puso a su alrededor, pidiéndome que le tocara el tumor. Luego se desabrochó el pantalón y puso mis manos en su pene... Yo sentí mucho miedo, no sabía qué hacer[...] Es un trauma, un trauma, un trauma. Yo era un niño aterrorizado".
"En ese momento me dijo: '¿Quieres morirte? ¿Quieres que se muera tu mamá? ¿Verdad que no? Pues entonces hazme así'. Me puso su pene en la boca".
Sergio fue víctima de abuso sexual por Nicolás Aguilar cuando tenía 12 años. En noviembre de 1997 se entrevistó con el cardenal Rivera para denunciar la conducta criminal del presbítero, pero este decidió "proteger a su subordinado, en lugar de a los niños".
Antes de partir a los Estados Unidos en el 2003, Sergio ratificó la denuncia en 2002. El abogado a cargo le dejo saber que existía una sentencia que no se cumplió ya que Nicolás había logrado escapar gracias al aviso del mismo juez del caso, Carlos Ramírez.
Marcial Maciel protegido del Vaticano
Este “informe alternativo” sobre los abusos de menores por parte de miembros de la Iglesia Católica señala que “en lo que se refiere a México y a sacerdotes mexicanos, desde hace varias décadas se han llevado a cabo muchos casos de abuso corporal contra niñas y niños mexicanos y de otros países, en diversos lugares de la República y del mundo”.
Sobre el fundador de los Legionarios de Cristo, sentencia que “si bien existen pruebas contundentes y documentos probatorios en manos de la Santa Sede y el Vaticano respecto de los abusos cometidos por el sacerdote en México y otros países desde los años 40′s, las autoridades de la Santa Sede no detuvieron las actividades del sacerdote sino que lo protegieron y encubrieron sistemáticamente e incluso, posteriormente, fue reconocido y promovido públicamente por el Papa Juan Pablo II”.
A Maciel lo coloca como “un auténtico paradigma de protección y encubrimiento institucional por parte de las máximas autoridades de la Santa Sede, incluyendo a los papas Juan Pablo II y Benedicto XVI”.
Y agrega que “mantuvo relaciones con varias mujeres, teniendo hijos con ellas, e incluso llegar al execrable caso de abusar de sus propios hijos. Hechos que eran del conocimiento de los superiores de su Congregación de los Legionarios de Cristo”.
Sólo buscan cuidar su imagen e ignorar a las víctimas
La conclusión de las OSC's después de presentar todos los casos y analizar la forma en la que se repiten las mismas conductas por parte de las autoridades eclesiásticas locales, como de la Santa Sede, es que se trata de una conducta estructural que se repite sistemáticamente en toda la organización a lo largo de los diversos países del mundo, cuya finalidad es proteger la imagen de la Institución y sus ministros y evitar el escándalo público.
Los abusos a los niños son un auténtico crimen de estado que involucra a las máximas autoridades del estado Vaticano, a su Jefe y autoridad máxima, a su vez, de la Santa Sede y sus autoridades respectivas y de cada una de las diócesis y organizaciones de la organización llamada Iglesia católica de y no sólo de individuos delincuentes protegidos por individuos protectores
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