Revuelo en la Iglesia por la denuncia del Papa de un "lobby gay"
13.06.13| 07:32
La denuncia de la existencia de corrupción y de un "lobby gay" en el Vaticano realizada por el papa Francisco en una audiencia privada con la directiva de la Confederación Latinoamericana y Caribeña de Religiosas y Religiosos (CLAR) volvió a generar ayer un fuerte oleaje.
Esta admisión sin precedente de parte de un pontífice cayó como una bomba en ambientes eclesiásticos, desacostumbrados a un estilo directo y crudo como el del papa argentino. Para algunos analistas, la admisión incluso podría haber marcado el fin del período de la "luna de miel" de Francisco.
"En la curia hay gente santa, pero también hay una corriente de corrupción, es verdad... Se habla del «lobby gay» y es verdad, está ahí... hay que ver acá qué podemos hacer", admitió Francisco el jueves pasado, según declaraciones que le atribuyó el portal chileno Reflexión y Liberación.
Anteanoche, la presidencia de la CLAR expresó estar "profundamente dolida" por la difusión de un coloquio en el cual "no se pueden atribuir al Santo Padre, con seguridad, las expresiones singulares contenidas en el texto, sino sólo su sentido general".
No obstante, se cree que son verosímiles las palabras del Papa que, no casualmente, tampoco fueron desmentidas por el Vaticano. Al admitir la existencia de un "lobby gay", algo siempre desmentido, pero un virtual secreto a voces, Jorge Bergoglio rompió un tabú, abrió interrogantes sobre quiénes integran tal lobby y cosechó críticas.
"Para quien se ocupa de la vida de la Santa Sede, la presencia de homosexuales en el Vaticano, lamentablemente, no es noticia", comentaban ayer en voz baja algunos prelados. "Muchas veces son sacerdotes, pero no faltan obispos, y su identidad, para quien trabaja dentro de los muros del Vaticano, no es un misterio. Es realmente un lobby capaz de influenciar designaciones. Quizás sea el lobby más poderoso en el Vaticano, incluso capaz de hacer renunciar al Papa", indicó una voz anónima al diario Il Fatto Quotidiano. Después de la renuncia de Benedicto XVI, en febrero pasado, se especuló con que el papa alemán habría decidido dimitir después de leer el informe secreto realizado por tres cardenales sobre el VatiLeaks -la inédita fuga de noticias-, en el cual se hablaba de poder, corrupción, sexo y "lobby gay".
"El incidente puede marcar una suerte de transición en la joven historia de este pontificado, de un período de «luna de miel», en el cual las refrescantes palabras del Papa fueron saludadas con aprecio y generalmente sin críticas, a un período en el cual esos comentarios han dado lugar a llamados de clarificación y precisiones teológicas para evitar perplejidad y confusión entre los fieles", escribió Robert Moynihan, editor de la revista norteamericana Inside the Vatican.
Tal como trascendió de las reuniones que precedieron el cónclave, hay consenso entre los cardenales en que el Papa debe reformar y limpiar la curia. Pero, seguramente, no cayeron bien entre los sectores que se resisten al cambio sus palabras acerca del "lobby gay", dichas en forma confidencial a un grupo que, sin darse cuenta, generó una primera tormenta para Francisco.
"El Papa corre riesgos, lo pueden matar. Cuando comience a tocar problemas como el IOR [el Instituto para las Obras de Religión, el banco del Vaticano] deberá comenzar a prepararse su comida", comentó ayer en declaraciones radiales don Paolo Farinella, un párroco genovés famoso por hablar sin pelos en la lengua. "Sobre el «lobby gay» el Papa descubre el agua caliente, pero habla el lenguaje de la verdad. Lo pueden envenenar, no está seguro ahí adentro y ya está bastante aislado. Arriesga su vida", agregó.
stagduran
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