Los beneficios del maíz transgénico desaparecen
Los supuestos beneficios económicos o ambientales del maíz transgénico o maíz Bt desaparecen, es una variedad que está en declive, la razón es la resistencia generada por los insectos que atacan al maíz.
24 may 13
En teoría, el maíz transgénico de Monsanto, también denominado maíz Bt por producir una proteína tóxica del Bacillus thuringiensis contra insectos como el gusano barrenador, mejoraba la productividad y reducía el uso de pesticidas. Parece ser que durante los primeros años, si se redujo el uso de productos fitosanitarios, los agricultores no necesitaban fumigar para proteger sus cultivos del ataque de determinados insectos. Tras una década, los beneficios del maíz transgénico desaparecen, se incrementa de nuevo el uso de pesticidas e insecticidas que se utilizaban contra las plagas, la razón es que los insectos han generado resistencia y vuelven ha hacer estragos en las cosechas, parece que la medida de protección que se adoptó para prevenir la resistencia no ha servido de mucho.
Esta medida consistía en habilitar refugios dentro de los cultivos cuya misión era frenar el desarrollo de la resistencia mencionada, la estrategia era cultivar un porcentaje del terreno con maíz tradicional, se podía decir que se les ponía a los insectos un comedero para que no atacaran al maíz transgénico y así reducir el riesgo de que desarrollaran la resistencia a las toxinas Bt contenidas en el maíz modificado genéticamente. Grandes compañías dedicadas a la producción de insecticidas como Syngenta, confirman que han experimentado un incremento significativo de las ventas de productos destinados a tratar el maíz, esto se debe a que los agricultores están concienciados de la resistencia que han generado los gusanos que atacan sus cultivos y en consecuencia retoman los sistemas que utilizaban antaño para proteger el maíz, así lo podemos leer en la publicación digital ST. Louis Morning.
Esto ya era predecible, durante los últimos años varios investigadores advertían del riesgo de que los insectos generarán resistencia a la toxina y en consecuencia los beneficios del maíz transgénico se disiparían, ante estos datos ya no se puede decir que sea más sostenible para el medio ambiente como han afirmado otros investigadores durante años, en su momento quizá tenían razón, pero han sido unos beneficios a corto plazo, por otro lado, el hecho de aplicar las medidas como los refugios para los insectos que hemos mencionado, ya suponen una pérdida para los agricultores, a esto hay que añadir el coste más elevado de las semillas o una productividad mucho más limitada. Al respecto es interesante recordar las palabras de Pere Arús, investigador agroalimentario del IRTA (Instituto de Investigación y Tecnología Alimentaria). Nos explicaba que el maíz transgénico podía ser hasta un 15% más productivo que el convencional sobre todo si existen plagas, en cambio, en ausencia de plaga, la productividad es similar al maíz convencional.
Esta situación beneficia a Syngenta, incrementa la venta de sus productos ante el fracaso del maíz modificado genéticamente. Otras empresas más pequeñas del sector estaban convencidas de que la demanda de sus productos fitosanitarios se incrementaría, consideraban que el maiz ofrecería una protección temporal y por ello siguieron investigando para desarrollar nuevos insecticidas y pesticidas más eficaces, quienes han invertido en esta línea ven ahora un retorno interesante, mayor volumen de ventas y por tanto mayores beneficios. Algunas de estas empresas confirman la buena trayectoria de sus ingresos y la subida de sus acciones en bolsa.
Claro, que esta bonanza también tiene una vida limitada, recordemos los planes de Monsanto para lanzar nuevas variedades de maíz que contiene diferentes genes para soportar la acción de los insectos, enfermedades y herbicidas, un ejemplo es el maíz transgénico SmartStax, aunque también se está trabajando en otras variedades. Es el pez que se muerde la cola, quizá los insectos terminen generando resistencia a estas nuevas variedades, y de nuevo las empresas que se dedican a la comercialización de insecticidas experimenten un periodo de bonanza como el de ahora. ¿Por qué se puede llegar a esta deducción?, es interesante tener en cuenta la advertencia del EPA (Agencia de Protección Ambiental) de Estados Unidos, según concluye, los gusanos que ya son resistentes a la acción de la toxina Bt, tienen más facilidad de poder desarrollar resistencia a otros rasgos contenidos en las nuevas variedades de maíz.
Monsanto ha recomendado desde hace algún tiempo a los agricultores, que abandonen el cultivo intensivo de maíz transgénico y que realicen una rotación, tal y como se ha venido haciendo en el sistema tradicional o en la producción de alimentos ecológicos, con ello se podría romper el ciclo biológico del gusano y evitar su continua proliferación. Pero estos consejos han sido desoídos, ya que los altos precios del maíz en el mercado son un condicionante para que sigan cultivando este producto sin rotación, lo que deriva en más plagas, más resistencia y más problemas a nivel económico y productivo.
Al margen de entrar en el debate, a favor o en contra de los alimentos modificados genéticamente y determinar si son beneficiosos o perjudiciales para la salud, este problema es real, está constatado y reconocido por la agencia medioambiental, por las compañías biotecnológicas o las compañías dedicadas a la producción de fitosanitarios. El maíz Bt está en declive, su tiempo se agota, no tendrá sentido seguir con su cultivo y es responsable del desarrollo de insectos más resistentes y del incremento del uso de insecticidas, por lo que se puede deducir que apostar por nuevas variedades de maíz modificadas con múltiples genes puede ser un grave error que facilite el "desarrollo de super insectos". Sobre este tema, os recomendamos leer el artículo publicado en Grist.
Foto | 123 Chroma Pixels
stagduran
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