¿Quién será el número 2 del Papa? Hay quien propone al cardenal español Santos Abril - ReL
Un Papa sólo puede trabajar tranquilo y con eficacia si tiene las espaldas bien cubiertas y un «número dos» atento a sus órdenes.
La decisión más importante de Francisco en las próximas semanas es el nombramiento de secretario de Estado, la persona que debe hacer funcionar los engranajes de la Curia vaticana al servicio del Papa y no sobre sus costillas, como le ha sucedido con demasiada frecuencia a Benedicto XVI.
El secretario de Estado de Francisco tiene que ser un «alter ego». Tiene que ser trigo limpio. Entre los infinitos dogmas creados por la Curia —a su propio servicio— figura que un Papa «extranjero» tiene que tener un secretario de Estado italiano.
Esa era la lógica del «ticket» de Papa brasileño —Odilo Scherer— con secretario de Estado italiano, propiciada por los italianos de la Curia.
Pero el espectáculo de desorden de los últimos años, en que la mala gestión del banco del Vaticano ha provocado titulares negativos en todo el mundo, puede haber hecho perder incluso ese premio de consolación a los prelados italianos.
Algunos cardenales quieren un secretario de Estado de otro país, una persona seria que proceda de una cultura seria, sin favoritismos ni arbitrariedades. La maquinaria debe funcionar con transparencia y suavidad, sin que el público la note.
Es bueno que el secretario de Estado sea complementario del Pontífice. Por ejemplo, que tenga experiencia diplomática si el Papa no la tiene, como en este caso.
Pero lo más importante es que sea leal. Que no haga su propia «cordada» sino que sirva al Papa. Algunos proponen al cardenal Santos Abril y Castelló, con experiencia diplomática en medio mundo.
Santos Abril, arcipreste de la Basílica Santa María la Mayor fue nuncio en Buenos Aires entre 2000 y 2003 y conoce muy bien al nuevo Papa. Desde entonces conserva una gran amistad.
Lo más probable es que el Papa Francisco apruebe hoy o mañana la confirmación en sus cargos a todos los altos responsables de la Curia vaticana cesados automáticamente al comienzo de la Sede vacante.
Se les vuelve a constituir en jefes de departamentos «hasta que se decida otra cosa». Pueden ser relevados antes del final de su mandato.
Desde España , el rector de la Universidad de Deusto, Jaime Oraá, expresó ayer su esperanza en que el nuevo Papa Francisco acometa la «gran labor» de reformar la iglesia, «que lo necesita», según apostilló.
Oraá precisó que al hablar de reforma se refería, principalmente, «a las estructuras organizativas de la curia romana» y confió también en que el nuevo Papa pueda «imponer su austeridad» en la jerarquía eclesial. «Espero que lo pueda hacer, porque es importante», subrayó al tiempo que añadió su deseo de que también pueda llevar al Vaticano su «gran preocupación por los pobres». «Si le dejan hacer, sería una bomba», dijo el rector del centro universitario jesuita.
Oraá compareció ayer en conferencia de prensa para valorar el nombramiento del jesuita y cardenal argentino Jorge Mario Bergoglio como Sumo Pontífice y expresó la «satisfacción» de la Compañía de Jesús porque, por primera vez en sus quinientos años de historia, uno de sus miembros «ha sido llamado a la sede de Pedro».
stagduran
Enviado desde mi iPad
No hay comentarios:
Publicar un comentario