El desnudo nórdico de Aliaa contra la 'Constitución islámica' de Egipto
Hace un año fue la chica veinteañera que destapó los tabúes de la pacata sociedad egipcia. Aliaa Magda Elmahdy, la protagonista de aquel histórico desnudo, reapareció ayer en el paisaje nevado de Estocolmo con el rechazo a la Carta Magna pintado en su cuerpo: "La 'sharia' (legislación islámica) no es una Constitución".
A las puertas de la embajada egipcia en la capital sueca, Aliaa se reencontró con las medias de encaje negro y los zapatos rojos que compusieron en noviembre de 2011 el alegato fotográfico que incendió la tierra de los faraones. Ayer, en cambio, no estuvo sola: Además de sostener entre las manos una representación del Corán y una enseña egipcia, le acompañaron en la protesta dos militates de la organización feminista Femen.
Según el grupo ucraniano, el trío nudista condenó la "Constitución islámica" cuyo referéndum comenzó el pasado sábado y concluye mañana con ventaja del voto a favor de un texto aprobado por los islamistas y que ha provocado una profunda polarización social. La protesta sirvió además para "apoyar a los héroes egipcios que se oponen al proyecto de Constitución dictatorial basado en la 'sharia' del presidente (Mohamed) Mursi".
Con Biblia y Torá, las colegas de Aliaa también denunciaron en cueros el "apocalipsis de Mursi" o gritaron "no al islamismo" y "sí al secularismo". Tras su fugaz destape, dejaron en la entrada de la legación diplomática proclamas de "no a la religión" y "la religión es esclavitud". En un comunicado, la asociación llamó "al Gran Egipto a rechazar la servidumbre religiosa del recién aparecido profeta Mursi y dar la oportunidad a un desarrollo democrático legítimo".
"Femen avisa a Mursi que si da la orden de disparar a su propio pueblo sus restos descansarán en el Nilo con los cocodrilos y no en las pirámides", agrega la nota que termina con "A la mierda (sic) la esclavitud religiosa" y "Viva la libertad y los derechos humanos".
Aliaa saltó a la primera plana en noviembre de 2011 cuando una imagen publicada en su blog unas semanas antes corrió como la pólvora por la red desatando una tormenta de críticas y adhesiones. En cuestión de horas, la fotografía concitó todos los focos dentro y fuera del país: Su página recibió más de 1,5 millones de visitas y en Twitter el 'hashtag' #NudePhotoRevolutionary acogió una media de cuatro mensajes nuevos por segundo.
"Ha sido una respuesta a la sociedad. Si hubiera nacido en cualquier otro país habría hecho exactamente lo mismo. Rechazo la idea conservadora que mira a la mujer como un simple objeto sexual", confesó entonces Aliaa en una entrevista a Crónica, el suplemento de EL MUNDO. Según la entonces estudiante de la elitista Universidad Americana de El Cairo, su provocación fue "un grito en contra de la sociedad de la violencia, el racismo, el sexismo, el acoso sexual y la hipocresía".
"Quiero que se acepte al ser humano tal y como es. Las egipcias están reprimidas y las chicas de mi edad se sienten despreciadas". Y, para alzar la voz, Aliaa, que había escapado de casa cinco meses antes de la imagen, compuso un 'collage' con tres copias que reproduce el autorretrato ocultando en cada fotograma el pubis, la boca y los ojos con rectángulos amarillos "a semejanza, explicó, de los mecanismos que censuran el conocimiento, la expresión y la sexualidad de las egipcias".
Feminista, atea y vegetariana, la egipcia que ayer desafío el frío escandinavo ya sabía hace un año que, en caso de producirse, la revolución social tardaría años en llegar a Egipto. Pero ella prefería seguir soñando: "No quiero irme de Egipto. Me gustaría ser periodista para poder difundir mis ideas Y tener hijos".
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