Leche de coco casera
Os vamos a explicar cómo hacer leche de coco casera a partir del coco rallado que encontramos en cualquier supermercado. Es un producto económico, por lo que podemos elegir el que mejor calidad nos ofrezca, esta se verá en el resultado final de la elaboración. Dentro de las distintas opciones, hay coco rallado más seco o conservando algo de humedad, en cualquier caso sirven, aunque la cantidad de agua a añadir puede variar ligeramente, pues el coco tendrá más o menos capacidad de absorber agua.
Esta receta de leche de coco casera está elaborada a partir de coco muy deshidratado, durante la elaboración se rehidrata y desprende su grasa y su sabor, pero no recuperaremos en leche de coco la misma cantidad que incorporamos de agua porque parte de esta se queda en la pulpa. Con el método de elaboración de esta leche de coco no podemos volver a extraer el agua que ha absorbido.
Pero no penséis que eso es un problema, vamos a obtener una deliciosa leche de coco, natural y más económica que las latas que se comercializan. Además vamos a utilizar la pulpa en otra receta, así que cuando hayáis hecho la leche de coco casera, guardad la pulpa. Con las cantidades indicadas en los ingredientes obtendremos entre 280 y 300 gramos de leche de coco, y unos 180-200 gramos de coco rallado seco, pero con humedad.
Ingredientes
100 gramos de coco rallado, 400 gramos de agua.
Elaboración
Pon el agua a calentar hasta alcanzar aproximadamente los 90º C, no tiene que llegar a hervir. Poner en el vaso de una procesadora, Thermomix o un robot con cuchillas, el coco rallado y verter el agua caliente. Triturar a máxima potencia durante cinco minutos aproximadamente.
En Thermomix, además de añadir el agua caliente al coco rallado, programar 80º C, 5 minutos, velocidad 7-9.
Terminado este proceso, colar el líquido para separarlo de la pulpa, es necesario utilizar un colador de malla muy fina, si no se dispone de él, colocar encima unas gasas. Escurre el coco todo lo posible.
Pasa la leche de coco a un tarro de cristal y deja enfriar sin tapar. Verás que igual que en la leche de coco comercial, se separa la parte líquida (en la base) y en la superficie queda la materia grasa. A la hora de utilizarla se puede mezclar normalmente.
Conserva la leche de coco casera en el frigorífico, lista para consumir cuando sea necesario.
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