En septiembre de 2010, Benedicto XVI visitó Reino Unido. Era el primer viaje oficial de un papa desde los tiempos de Enrique VIII y el cisma anglicano. En aquellos días, y tras masivas concentraciones contra la pederastia del clero, Ratzinger pudo reunirse con víctimas de los abusos sexuales de clérigos a menores en Reino Unido. Ante ellos, se comprometió a que esas acusaciones no quedaran en saco roto. Ayer, la Congregación para la Doctrina de la Fe anunció la apertura de una investigación la primera en Inglaterra sobre pederastia en la abadía de Ealing y el colegio benedictino St. Benedict's, al noroeste de Londres.
La visita apostólica tratará de averiguar todo lo que sucedió en ambos centros entre finales de la década de 1960 y 2009. Cuatro decenios en los que pudieron producirse decenas de tocamientos y abusos de todo tipo entre los clérigos y los menores, en su mayor parte estudiantes de primaria o futuros seminaristas. Para este fin, la Santa Sede ha designado a John Arnold, obispo auxiliar de la catedral de Westminster (Londres), y el padre Richard Yeo, presidente de la Congregación Benedictina Inglesa, como máximos responsables de la comisión. La congregación, al parecer, habría sido quien solicitara al Vaticano la apertura de dicha investigación.
Un primer paso
Según publicó el lunes pasado The Times, las víctimas creen que esta investigación puede ser un primer paso para que salgan a la luz detalles sobre cómo algunos clérigos encubrieron abusos en Inglaterra, después de que se registrasen casos en EEUU e Irlanda, y de la presentación de una denuncia contra el papa ante el Tribunal Internacional de La Haya.
El año pasado, antes de la visita papal, se reveló cómo el padre David Pearce, sacerdote de Ealing y antiguo director de la escuela de St. Benedict's, podría haber abusado de decenas de niños. Además, se emitió una orden de búsqueda internacional contra el exabad de Ealing, el padre Laurence Soper, que huyó antes de que se presentasen cargos. Aún no ha sido capturado.
1 comentario:
Que bueno somos los españoles, que aquí no existe eso de la pederastia. Hala os chinchais.
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