El sacerdote argentino Nicolás Alessio denunció que un tribunal canónico le prohibió oficiar misa y ejercer su labor pastoral en castigo por haber defendido el matrimonio entre homosexuales, aprobado por una reforma legal el año pasado.
“Me han suspendido el oficio. Me han dejado en la calle, simplemente por defender junto a otros esta ley civil que ni siquiera tocaba la doctrina”, dijo el cura, quien fue expulsado de una casa parroquial donde ejercía, en la ciudad de Córdoba.
El sacerdote fue castigado por su “rechazo pertinaz” de la doctrina sobre “el sacramento del matrimonio y desobediencia” a sus superiores, según el fallo del Tribunal Interdiocesano de Córdoba que publica hoy la prensa local.
“Ha divulgado por escrito y de palabra por los medios de comunicación en contra del magisterio eclesiástico”, subraya el dictamen eclesiástico, que agrega que “se le prohíbe ejercer en público la potestad sagrada, es decir: celebrar la Santísima Eucaristía, oír confesiones y celebrar los demás sacramentos”.
Alessio se quejó de haber sido víctima “del ala más dura del Episcopado” y “por supuesto”, del cardenal primado de Argentina, Jorge Bergoglio.
“En la sentencia mienten, porque dicen que he rechazado la doctrina. Yo no he rechazado la doctrina. He opinado sobre un tema civil”, aseguró el sacerdote a la radio bonaerense Mitre.
Remarcó que la Iglesia católica no ha castigado a “sacerdotes pederastas”, así como tampoco “respeta la libertad democrática sobre la cual predica a los políticos”. Alessio se refirió así al obispo Edgardo Storni, “que vive cómodamente” en Córdoba y al sacerdote Julio Grassi, ambos condenados por pedofilia.
Destacó que “tampoco hubo sanción” de la Iglesia para el sacerdote Christian Von Wernich, que cumple una condena a prisión perpetua por delitos de lesa humanidad cometidos durante la dictadura militar (1976-1983).
En julio pasado, Argentina se convirtió en el primer país de América Latina que admite el matrimonio entre personas del mismo sexo, al aprobarse una reforma del Código Civil que fue motivo del tajante rechazo de grupos religiosos y ásperos debates.
Fuente: EFE
1 comentario:
Ya se nota de qué pie cojea este palomo.
Hay sacerdotes que parece que no hayan leído la Biblia en su vida y si la han leído deben de pensar que no es Palabra de Dios, eso, o no reconocer sus propios errores, el problema no es que estemos en el error, todos podemos estarlo en alguna faceta de nuestra vida y que pensemos que nos es imposible cambiar esa actitud.. pero lo que es difícil para el hombre, no lo es para Dios. Lo que no puede ser es intentar o pretender cambiar, como hacen muchos, hasta los propios evangelios.
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