JOSÉ LUIS PEÑALVA
Siempre me queda la duda, cuando nos alegramos de que algo acabe, si no sería más satisfactorio no haberlo iniciado nunca. Me refiero a las guerras y a la política vaticana. Abomino de que el Estado celestial en la tierra tenga a gala su retraso de siglos en la toma de decisiones. Y creo que con una Iglesia más atenta al espíritu se hubiesen evitado desmanes de pederastia, la quema de muchas brujas y las cárceles estarían llenas de ilustres atracadores en la piel de banqueros meapilas. El 'aggiornamiento' no se debe tan sólo a un soplo del Espíritu Santo, o a la caída del caballo de Benedicto XVI. Es el signo de los tiempos, el imperio de la ley y su acusado aislamiento lo que le lleva a aceptar que rendir cuentas ante Dios no le exime de la justicia humana. A eso responde que el Vaticano haya puesto en marcha una 'unidad de limpieza', nuevas reglas para que sus negocios sean más transparentes. A partir de que un tribunal italiano congelara en septiembre 23 millones de euros alegando que sus banqueros intentaban poner el dinero en las fronteras internacionales, sin identificar su origen, destino y objetivo. El jefe de la banca vaticana, Ettore Gotti y su segundo se hallan bajo sospecha de lavado de dinero. El banco del Vaticano es la organización financiera más vanguardista del mundo, y sus instalaciones se alojan en una torre del siglo XV, junto al Palacio del papa. Su cajero automático está en latín y para sacar dinero se pulsa la tecla 'ex pecunia'. En los 80, fue centro de un escándalo que surge con el colapso de la banca privada más importante de Italia, el Banco Ambrosiano y la muerte de su presidente Roberto Calvi, cuyo cuerpo apareció ahorcado bajo un puente de Londres. El Vaticano negó cualquier acción deshonesta, pero pagó 250 millones de dólares a los acreedores de la sospechosa entidad. En octubre, la Policía descubrió una operación de lavado de una cuenta que pertenecía a un cura relacionado con la Mafia. Casualmente, las nuevas normas aparecen cuando está a punto de implementarse una directiva europea sobre blanqueo de dinero. Según 'The Guardian', los abogados de la Santa Sede intentaron sin éxito liberar los activos retirados hace tres meses y jueces italianos critican que el Vaticano enmascare la identidad de sus clientes. Decía Thomas Browne que, indudablemente, existen muchos canonizados en este mundo que nunca serán santos en el cielo. Amén.
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