Antes, los milicianos habían atacado la bolsa de Bagdad matando a dos guardias de seguridad e hiriendo a otras cuatro personas
Bagdad. (Europa Press).-Fuentes de la Policía iraquí elevan a 37 el número de muertos en el asalto a la iglesia católica de Nuestra Señora de la Salvación, en el centro de Bagdad. Las víctimas serían rehenes --al menos siete--, secuestradores y efectivos de seguridad, mientras que otras 57 personas habrían resultado heridas. "Todas las pruebas revelan que este suceso lleva las huellas de Al Qaeda", declaró el lunes en la televisión pública el ministro de Defensa, Abdul Qader, quien precisó que la mayoría de los rehenes murieron o sufrieron heridas cuando los agresores detonaron los explosivos que llevaban consigo.
En el operativo policial se han detenido a ocho sospechosos. La coalición insurgente Estado Islámico de Iraq -de la que forma parte Al Qaeda en el País de los Dos Ríos, filial de la red terrorista en Iraq- reivindicó al poco la autoría del ataque en un comunicado difundido a través de Internet, informa la CNN. Por su parte, Eric Bloom, portavoz del Ejército de Estados Unidos, cifró en diez los rehenes muertos y en entre 20 y 30 las personas heridas.
Según Bloom también han muerto siete empleados de seguridad iraquíes y entre cinco y siete presuntos insurgentes. Los supervivientes han relatado que cerca de 50 feligreses se disponían a comenzar la misa del domingo cuando hombres armados entraron en la iglesia. Uno de los clérigos llevó a la multitud a una sala trasera. Bloom afirma que hasta 120 personas fueron tomadas como rehenes, de los cuales al menos 13 -incluidos dos niños- consiguieron escapar. Uno de los asaltantes entró entonces en la habitación trasera y arrojó un explosivo.
Ataque a la blosa de Bagdad
Antes, los milicianos habían atacado la bolsa de Bagdad, también en el centro de la ciudad, relata la Policía, que señala que en este escenario murieron dos guardias y resultaron heridos otros cuatro. A las puertas del edificio los terroristas hicieron explotar dos coches bomba. Cuatro individuos entraron poco después en la iglesia, cercana al edificio de la bolsa, después de enfrentarse con las fuerzas iraquíes que pretendían repeler el ataque.
Los terroristas reclamaban al Gobierno que liberase a una serie de presos en Irak y Egipto a cambio de los rehenes. Las autoridades desalojaron y acordonaron la zona próxima al centro de culto, y más adelante ordenaron a los secuestradores que liberaran a los feligreses bajo la amenaza de irrumpir en la iglesia.
Tras varias horas en tensa calma, "se desató el infierno", narra Martin Chulov, periodista del diario británico 'Guardian' que presenció la escena. Este asegura que en la operación participaron unidades norteamericanas, pero Bloom sostiene que dichos efectivos solo suministraron aparatos de vuelo no tripulado para tomar imágenes desde el aire.
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