La prensa acusa a los bancos del rescate de perdonar créditos a varios dirigentes
Mientras el máximo responsable de la poderosa Iglesia de Chipre, el arzobispo Jrisóstomos II, repartía mandobles a discreción a políticos, banqueros e instituciones europeas por la "mala gestión" de la crisis, un escándalo sobre los intereses y connivencias de la banca y los partidos azuzaba ayer de nuevo la indignación de los chipriotas. Según el diario griego Ethnos —frecuente vehículo de exclusivas sobre la troika— y algunos medios locales, tres bancos chipriotas —el Laiki Bank, el Banco de Chipre y el Hellenic Bank— perdonaron entre 2006 y 2012 la totalidad o parte de sus deudas a numerosos políticos y empresarios, o como mínimo les exigieron menos garantías que al resto de clientes. Entre los políticos agraciados figuran representantes de todos los partidos, salvo el socialdemócrata EDEK y los ecologistas.
El asunto se halla desde el martes en la mesa de transparencia del Parlamento y será investigado "a fondo" por la comisión encargada de depurar responsabilidades penales, civiles y políticas por la gestión del rescate, anunció ayer el portavoz del Gobierno. El Consejo de Ministros constituyó el jueves dicha comisión, formada por tres exjueces "con plenos poderes" y la determinación de llegar "hasta el fondo", un brindis al sol para hacer más digerible a los chipriotas el amargo trago del corralito. La comisión investigará también la salida de capital en vísperas del acuerdo con el Eurogrupo para el rescate.
Entre los beneficiados por las posibles prebendas bancarias figura en un destacado lugar Disy, el partido del presidente Anastasiadis, pero también el comunista AKEL y la Federación de Trabajadores de Chipre, un sindicato ligado a este partido. Uno de los casos más llamativos es la concesión de un crédito de 5,8 millones a un político sin identificar, préstamo que el Banco de Chipre, preveía eliminar de sus libros en 2014.
"El sistema bancario y los partidos políticos han sido un todo indisoluble en la historia reciente de Chipre", explica Andreas Parasjos, director del semanario Kathimerini. "Con el crecimiento de los noventa, se han convertido en la nueva casta, y las connivencias con el sistema político han sido inevitables. Aunque reformemos las entidades, no servirá de nada si no cambiamos a los líderes y la forma de funcionar de los partidos".
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