Curas y delicuentes
"Cometí esa acción presionado por un grupo mafioso", le dijo a la televisión rusa.
Otros casos
No es el único caso insólito en el que religiosos de distintas confesiones son los protagonistas. En enero del 2011, dos sacerdotes sorprendieron al mundo con una trama escabrosa. Rafael Reátiga, 35 años, y Richard Píffano, 36 años, Contrataron a sicarios en Bogotá para que les asesinaran porque eran incapaces de quitarse la vida con sus propias manos. Al parecer, aunque nunca pudo comprobarse porque no dejaron ninguna nota escrita, mantenían una relación sentimental.Otro cura, José Francey Díaz, está ondenado por el asesinato de quien era su novia y la madre de su hija. Ocurrió en febrero del 2007 en Mistrató, población de Risaralda. Él mismo confesó que las mató a golpes y luego quemó los cadáveres. Estaba cansado de los reclamos de la mujer y sus amenazas de destapar el escándalo. Puede pagar una condena superior a treinta años.
Otro religioso, Wilson Enrique Gaitán González, lideraba una banda de extorsionistas llamada 'Pastores de Costa Rica', nombre de una vereda del municipio de Ginebra, en el Valle del Cauca. Figuraba como pastor de la iglesia cristiana Pentecostés Movimiento Misionero Mundial. Combinaba sus prédicas sobre el amor y la paz con las extorsiones y los atracos.
No contentos con robarles el dinero a los incautos feligreses, también utilizaban parte de lo que recaudaban en las ceremonias religiosas para mandárselo a una columna de las Farc.
stagduran
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