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domingo, 24 de febrero de 2013

Prostitución y lavado de dinero revelaría investigación Vatileaks: Barranco. Con Denise Maerker




Prostitución y lavado de dinero revelaría investigación Vatileaks: Barranco. Con Denise Maerker

Prostitución y lavado de dinero revelaría investigación Vatileaks: Barranco. Con Denise Maerker
22 de Febrero, 2013
Bernardo Barranco, especialista en temas religiosos, explicó que en el documento, que parece ser se filtró a algunos medios, no sólo existe una red de chantaje de gente que quita y da puestos, sino también denuncia una red de corrupción sexual al interior de la curia vaticana, que incluye a seminaristas.

Frente a toda la crisis generada a raíz del llamado "Vatileaks" de documentos filtrados, el jerarca de la Iglesia Católica, Joseph Ratzinger ordenó la creación de una comisión encabezada por el cardenal Julián Herranz, miembro del Opus Dei quien entrega un documento de 300 páginas que es entregado al jerarca católico.

De acuerdo con el diario "La República" el informe revela una serie de intrigas que tiene que ver con una red de chantaje a los curas para no revelar sus prácticas sexuales y ante ello el Benedicto XVI pudo haber decidido su renuncia.

Bernardo Barranco, especialista en temas religiosos, explicó –en el espacio de Denise Maerker- que en el documento, que parece ser se filtró a algunos medios, no sólo existe una red de chantaje de gente que quita y da puestos, sino también denuncia una red de corrupción sexual al interior de la curia vaticana, que incluye a seminaristas.

Además de prácticas de prostitución y otra red de lavado de dinero, de enriquecimiento ilícito a través de las maniobras que han estado muy intensas de la banca.

Las revelaciones realizadas por el periódico "La República" también fueron matizadas por el vocero de El Vaticano Federico Lombardi quien dice que son fantasías pero advirtió que no hablará más del tema ni lo harán los tres cardenales que realizaron la investigación.

Barranco precisó que existe incertidumbre sobre la veracidad de la información, pero este caso pone en evidencia son los niveles de antagonismo, es decir existe una lucha de poder abierta.

"Lo dramático para el mundo de los católicos es que hay un clima de sisma al interior de la curia vaticana y esto nos lleva a validar las hipótesis en el sentido de que no solamente es necesaria la salida del papa para reconstruir un pacto en una iglesia fracturada, sino también que el jerarca va a incidir a alguien con un perfil que continúe su labor".

Pero con todos los escándalos, se hace patente una reforma en la curia porque el documento de 300 páginas estará sobre la mesa en el momento del cónclave en el que se elegirá al sucesor de Ratzinger.

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Los mandamientos del Vatileaks - Infonews | Un mundo, muchas voces




Los mandamientos del Vatileaks

Los pecados de la carne, la fornicación, las relaciones homosexuales en la cúpula vaticana y el escándalo bautizado Vatileaks forman parte del turbio trasfondo que llevaron a la renuncia de Benedicto XVI y que seguramente influiran en la elección del próximo Padre de la Iglesia. Una minuciosa investigación del diario italiano La Repubblica revela que el 17 de diciembre pasado Benedicto XVI recibió un dossier de casi 300 páginas, dividido en dos tomos, que guardó en la caja fuerte de las habitaciones pontificias. Era el informe completo de la investigación sobre la fuga de documentos robados del despacho del Papa (el llamado "Vatileaks") realizada por los cardenales Julián Herranz, Jozef Tomko y Salvatore De Giorgi.
Renunciado. Los reveladores informes de los cardenales dispararon su dimisión.


Renunciado. Los reveladores informes de los cardenales dispararon su dimisión.
El contenido de ese informe, según asegura el diario La Repubblica, sería demoledor. Hasta el punto de haber convencido a Benedicto XVI de que tenía que dimitir para posibilitar que un papa más joven y enérgico llegue al Vaticano y se encargue de hacer limpieza a fondo. Ese informe revelaría un complejo entramado de luchas de poder, malversaciones económicas, lavado de dinero, relaciones homosexuales...
"Todo gira en torno a la observación del Sexto y Séptimo Mandamiento", asegura el periódico italiano citando a una persona muy próxima a uno de los autores del informe. "No cometerás actos impuros", proclama el Sexto Mandamiento; "no robarás", dice el Séptimo.
El artículo de La Repubblica recuerda que en 2010 salió a la luz un escándalo que reveló la existencia de seminaristas que se prostituían, de un miembro de un coro vaticano que ejercía como proxeneta...

La historia tenía como protagonista a Angelo Balducci, entonces gentiluomo del Papa y presidente del Consejo Nacional italiano de Obras públicas. Estaba siendo investigado por corrupción y los jueces le pincharon el teléfono. Y descubrieron así que hablaba con frecuencia con un miembro del coro de la reverenda Capilla Musical de la Sacrosanta Basílica Papal de San Pedro en el Vaticano (un nigeriano llamado Chinedu Thiomas Eheim) que le ofrecía servicios sexuales con jovencitos, seminaristas incluidos.
"Sólo te digo que mide dos metros, pesa 97 kilos, tiene 33 años y es completamente 'activo'", aseguraba el miembro del coro vaticano a Balducci en una de las conversaciones interceptadas.

Los encuentros sexuales, según asegura La Repubblica citando la investigación judicial, tenían lugar en una villa a las afueras de Roma, en un sauna, en un centro estético, en el propio Vaticano y en una residencia universitaria. Esta última, según el periódico, es el domicilio en Roma de Marco Simeon, un joven de 33 años que ha acumulado un enorme poder a la sombra de la cúpula de San Pedro, y que hasta hace pocos días fue director de RAI Vaticano.
La Repubblica habla de la posible existencia dentro del Vaticano de un lobby gay. "Una red transversal unida por la orientación sexual. Por primera vez la palabra homosexualidad ha sido pronunciada, leída en voz alta de un texto escrito, en las habitaciones de Ratzinger. Y por primera vez se ha hablado, aunque en latín, de la palabra chantaje: influentiam", recoge el artículo del diario italiano, haciéndose eco de lo que la comisión de tres octogenarios cardenales habría expuesto al Papa en sus conclusiones finales. Benedicto XVI decidió ese día que debía dimitir, según La Repubblica.
Lo cierto es que la renuncia de Benedicto XVI tiene más que ver con asuntos de dinero que con temas espirituales. Los temas económicos tienen un claro protagonista también vinculado al lobby gay del Vaticano: el cardenal Tarcisio Bertone, secretario de Estado Vaticano y el brazo derecho de Benedicto XVI.
Bertone habría boicoteado sistemáticamente los intentos de hacer limpieza en el IOR, el banco vaticano, para adecuarlo a la normativa internacional contra el lavado de dinero.
La comisión puesta en marcha en 2011 para sanear los agujeros negros del IOR fue desmantelada a los seis meses de ser establecida por Bertone.
"Está claro que cualquiera puede lavar dinero en el IOR", sentencia La Repubblica. "Bin Laden podría tener dinero en el IOR. Y también las mafias, los políticos que cobran comisiones... Es una enorme lavadora, el vientre oscuro de los intereses personales". Hasta Matteo Messina Denaro, el nuevo jefe de la Cosa Nostra, tenía su dinero en el IOR.
La dimisión del Benedicto XVI podría haber sido una oportunidad para una regeneración positiva y una limpieza a fondo en la Santa Sede, pero nada de eso ocurrirá. Por el contrario, el mandato del renunciante Benedicto XVI será recordado por sus intentos de encubrir a los sacerdotes depredadores sexuales y negar la responsabilidad de la Iglesia en el asunto.
Una profecía: el próximo papa será un anciano célibe escogido por otros mezquinos ancianos con el propósito de decirle al mundo que Dios se la tiene jurada a los gays y las mujeres. Habrá también incienso para hacerlo más convincente. Lo único seguro es que el próximo Pontífice contará con la bendición de Estados Unidos, como viene ocurriendo desde la época de la Guerra Fría.
El 10% de los cardenales del Vaticano son estadounidenses y Benedicto XVI fortaleció la posición de ese lobby en la Santa Sede. Uno de los enigmas no develados todavía es el de la relación del ascenso de James Harvey, el arzobispo estadounidense y jefe de Paolo Gabriele, el mayordomo del Papa, con el robo de documentos sensibles y privados del Pontífice unos meses atrás. Según han admitido expertos vaticanistas, los documentos filtrados por Gabriele, apodado "el Cuervo", podrían ser reutilizados antes de la celebración del cónclave que debe elegir al próximo papa.
La influencia de Washington y el Pentágono sobre la Santa Sede se reveló a finales de los 70. En un mundo dividido entre dos bloques ideológicos, hubo un papa, Albino Luciani, que afirmó: "La Iglesia no debe tener poder ni poseer riquezas". Duró poco. Tan sólo 33 días. Algunos sostienen que fue asesinado justamente por intentar romper la Santa Alianza con EE.UU.


Carta Abierta a Benedicto XVI - El Mañana de Reynosa, Tamaulipas




Carta Abierta a Benedicto XVI

Le escribe una católica desilusionada con la Iglesia.
Y ahora que usted renuncia las razones de esa desilusión siguen allí, persistente y dolorosamente.
Marcial Maciel, pederasta.
Juan Pablo II, encubridor.
Legionarios de Cristo, cómplices.
Norberto Rivera, omiso.
La cúpula de la Iglesia Católica, culpable.
Difícil reconocerlo, entenderlo, admitirlo.
Pero es la verdad que lleva años allí; que algunas víctimas valientes han denunciado; que algunos periodistas comprometidos han investigado; que muchos mexicanos deberían saber.
Porque la podredumbre exhibida en México hace unos años sobre el fundador de los Legionarios de Cristo no es tan sólo un caso aislado de complicidad compartida, o de silencio impuesto.
Evidencia lo que en Latín se conoce como ignorantia affectata, la "ignorancia cultivada".
Esa mezcla de arrogancia, desdén, e indiferencia manifestada por los miembros de una familia que prefiere defender la imágen de sus jerarcas, antes que proteger la inocencia de sus niños.

Usted, dicen, merece ser aplaudido porque no rehuyó el problema, se reunió con algunas de las víctimas, exigió que Marcial Maciel se retirara de la vida pública.
Pero eso no puede remediar un problema más profundo que como Papa no quiso encarar.
Quizás lo que más ha sorprendido y más duele no es que Maciel – y otros sacerdotes -- hayan abusado de menores, sino que la Iglesia lo sabía y lo encubrió.
La Iglesia estaba al tanto de su historia y la negó.
Permitió que él y otros continuaran abusando, molestando, violando, saltando de parroquia en parroquia, de estado en estado, de país en país.
A pesar de la primera visitación papal a la Legión para investigar los presuntos abusos sexuales de Maciel en 1956.
A pesar de los reclamos reiterados de sus víctimas a lo largo de los años.
A pesar de los reportajes del Canal 40, que le costaron el retiro de la publicidad empresarial por parte de multimillonarios convertidos en apóstoles del legionario libidinoso.
A pesar de la investigación en el programa "Círculo Rojo" de Carmen Aristegui y Javier Solórzano.
Ante la evidencia acumulada de comportamiento criminal por parte del clérigo, siguió la cerrazón orquestada.
La negación institucionalizada.
La evasión practicada por quienes prefirieron cerrar los ojos y vender el alma.
Como tantos de los que usted se rodeó y a quienes protegió.

Como tantos clérigos que se convirtieron en cómplices a través de la aceptación pasiva.
La mirada esquiva.
La preocupación por el ascenso y la carrera, y el puesto y la reputación.
La solidaridad institucional por encima de un sentido mínimo de humanidad o un entiendimiento básico sobre la justicia.
Usted seguramente lo sabe.
Dentro de la cúpula del catolicismo hay quienes todavía se creen intocables e irreprochables, más allá de la ley y sus sanciones.
Quienes piensan que los pederastas no necesitan castigo sino rehabilitación, y que no es necesario procesarlos sino perdonarlos.
Quienes no están lo suficientemente enojados con lo ocurrido ni han desplegado un remordimiento creíble.
Y aunque usted renuncie, carga con ése peso.

En su libro Papal Sin: Structures of Deceit, el escritor católico Gary Wills argumenta que el abuso sexual cometido por clérigos ha demostrado tres cosas: 1) La crisis de la Iglesia no está confinada a la pederastia y no se resolverá atendiendo nada mas ese problema; 2) La crisis se debe fundamentalmente a la ausencia de una rendición de cuentas del mundo eclesiástico al mundo laico; 3) Hay una corrupción endémica en la jerarquía de la Iglesia, causada por la secrecía, la negación y la docilidad a las directrices del Vaticano.
La respuesta de la Iglesia ante al escándalo revela su lado más oscuro: una propensión persistente a la arrogancia; una cerrazón preocupante ante la crítica; un autismo alarmante ante el sufrimiento de sus feligreses.
Y aunque usted renuncie, el comportamiento criticable de la Iglesia queda allí.

Benedicto, la Iglesia le ha fallado a sus víctimas y no logra entender el clamor legítimo de quienes han sido acariciados, masturbados, violados.
Y el Vaticano no puede seguir eludiendo o minimizando lo ocurrido: los párrocos culpables deben ser procesados y encarcelados.
Si hay una denuncia sustancial contra un sacerdote que involucre el abuso sexual de un menor, ese sacerdote debe ser removido permanentemente de su puesto.
Porque dentro de la Iglesia hay, sin duda, muchos hombres y mujeres de bien.
Pero los pecados de un grupo y la reacción deplorable de la burocracia católica que usted dirigió han ensuciado la reputación de toda la institución.
Si su renuncia sirve de algo, debería ser para combatir la impunidad en tantos casos más.
Para evitar que la pederastia sea tan sólo un asunto encubierto, tapado, silenciado.
Para que la Iglesia recobre la autoridad moral que ha perdido.
Para que el próximo Papa no pase a la historia como otro encubridor.


Renuncia ¿sorprendente? | HOY





Renuncia ¿sorprendente?

Omar Ospina García

oospina@hoy.com.ec

La nave eclesial afronta una crisis mucho más grave que la que originaron los Cismas que han sacudido sus ramas

Razones de edad, salud y "falta de fuerzas para ejercer adecuadamente el ministerio petrino", adujo Benedicto XVI para renunciar a su Pontificado. Y no hay por qué dudar de sus palabras ni de sus motivos. Pero quizás no sean los únicos. Su renuncia genera más preguntas que respuestas, suscita más dudas de las que se reconocen. ¿Qué ocurrirá con la Barca de Pedro que hace rato, desde la complicidad de Pio XII con el nazismo (al margen de que el Papa y algunos sacerdotes salvaran de los hornos a miles de judíos: la política es una cosa, la bondad otra distinta), hace agua por la popa y por la proa, por babor y por estribor?

La nave eclesial afronta una crisis mucho más grave que la que originaron los Cismas que han sacudido sus ramas, desde el remoto de Oriente hasta la rebelión del Cardenal Lefebvre (líder de la ortodoxia tradicionalista), pasando por el Cisma de Occidente, la separación de la Iglesia Anglicana y la Reforma Protestante de Martín Lutero. Todos estos cismas, incluso el luterano que tenía un cariz moral por su crítica a la codicia de los jerarcas de la Iglesia, tuvieron su razón de ser fundamental en la lucha por el poder entre papas de diferentes tendencias (hubo 3 durante el Cisma de Occidente) y los emperadores europeos que se disputaban –y necesitaban– su poder "espiritual" para la consolidación de ambiciones y alianzas terrenales.

Pero la crisis actual no solo sacude las ramas del árbol católico: empieza a podrir sus raíces. No verlo o no aceptarlo tiene más de fanatismo que de realismo: ninguna institución humana es perfecta, y la Iglesia es "humana, demasiado humana". Esta crisis tiene un fondo de contenido moral incuestionable: las alianzas vaticanas con sectores mafiosos internacionales, y sus dudosos manejos financieros desde el Banco Ambrosiano y el IOR (Instituto para Obras de la Religión). "La Iglesia no se administra con avemarías", dijo con cinismo Paul Marcinkus, el arzobispo gringo que fue presidente del IOR.

Todo ello y los casos de pedofilia y pederastia en varios países por cuenta de obispos y sacerdotes abusadores, protegidos por el anterior Papa como ocurrió por veinte años con el mexicano Marcial Maciel, son más trascendentes que las viejas luchas por el Poder: está de por medio el ser humano, ofendido y humillado por prácticas inmorales. Pero esas "prácticas antiguas", como las llamó Benedicto para proteger la "santidad" de Juan Pablo II, no son más importantes para la derecha vaticana que domina hoy la Iglesia, que su inquietud por los manejos financieros.

El Papa Benedicto se ganó la desconfianza y el rechazo de la Curia liderada por el Cardenal Tarcisio Bertone, enemigo de toda transparencia, por su reprobación a los manejos mafiosos de la banca vaticana y por su deseo de trasparentar en algo, con la colaboración de Ettore Gotti Tadeshi, las operaciones financieras percudidas de corrupción y malos manejos. Gotti, nombrado por Bertone, fue destituido cuando intentó clarificar demasiado el tema financiero, pero produjo una serie de documentos, hoy en manos de la Policía italiana, que dejan al descubierto nombres y procederes incómodos para la jerarquía, que exigió a la Justicia italiana "respeto e independencia". Es decir, silencio.

Coletilla: Viéndose incapaz, por su edad y falta de energía, de oponerse y combatir la corrupción, no resulta extraño que, en el fondo, la renuncia de Benedicto tenga también un motivo más real, humano y comprensible: el derecho al miedo. No olvidemos la (m)suerte de Juan Pablo I. Por similares causas…




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