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sábado, 21 de abril de 2012
21 ABR 2012
Es la mujer de moda. Corinna zu Sayn-Wittgenstein se hace llamar princesa y utiliza el apellido de su ex, pero no tiene ni título ni sangre real.
Rubia, bella, con una estilizada silueta, de gustos sofisticados y acostumbrada a moverse en los más exquisitos salones. Es el nombre de moda. El título nobiliario que utiliza sin rubor y su indiscutible buen físico le abren paso en los círculos sociales más restringidos. Dicen de ella que es inteligente, elegante y que sabe estar.
Su nombre es Corinna Larsen. Es hija de Finn Bönning Larsen e Ingrid Larsen, y tiene un hermano, de nombre Sven Erik. Su padre, fallecido el 10 de agosto de 2010, era el director para Europa de la aerolínea brasileña Varig, con sede en Fráncfort, un hombre muy respetado y amante del deporte, que llegó a recibir la orden de Caballero del Reino de Dinamarca y la ciudadanía honoraria de Brasil.
Nacida en Fráncfort –y no en Suecia, como erróneamente se dice– el 19 de enero de 1965, Corinna es la directora general de Boss & Co gunmakers, una prestigiosa armería fundada en 2000, con base en Londres, y que se dedica a organizar lujosas expediciones de caza y tiro en lugares especiales, con packs que incluyen alojamientos en castillos... “A través de nuestros contactos y relaciones personales somos capaces de ofrecer una gran variedad de paquetes para satisfacer sus necesidades, sean perdices en Inglaterra oriental o jabalíes en Austria”, se presenta la compañía.
Corinna combina esa faceta con la filantrópica, en la Authentics Foundation, una ONG que se dedica a variadas tareas, como la lucha contra las redes de blanqueo de dinero, narcotráfico o explotación laboral infantil.
Sin embargo, la princesa Corinna zu Sayn-Wittgenstein ni es princesa ni se apellida Sayn-Wittgenstein. Lo que ocurre es que sigue utilizando el título de su segundo ex marido, el príncipe Casimir de Sayn-Wittgenstein-Sayn.
“Por poner un ejemplo cercano, Beatriz de Orléans está separada de Michelle de Orléans, pero no divorciada, por lo que puede seguir usando el apellido y el título”, explica a PUNTO G Amadeo Martín Rey de Cabieses, doctor en Historia y profesor de Dinastías Europeas de la Escuela Marqués de Avilés. “No ocurre lo mismo con Corinna, que se divorció, por lo que no podría utilizar el título. Pero se ve que queda bien”, añade.
La pareja se casó en diciembre de 2000, en una ceremonia civil en Chelsea, Londres. Cassi, como se le conoce, es el segundo hijo de Alexander, el príncipe de Sayn-Wittgenstein-Sayn y de la condesa Gabriella de Schönborn-Wiesentheid, y tiene ocho años menos que ella. Se sabe que en su familia no agradó el casamiento. Para ella era su segundo matrimonio, porque primero estuvo casada con el potentado Philip Atkins, con quien tuvo una hija en 1992, Nastassa, que hoy vive en Mónaco. Y entre ambos tuvo una relación con Gert Rudoph Flick, vinculado a la poderosa automovilística Mercedes.
El príncipe alemán se casó con Corinna en una primera ceremonia civil en espera de la anulación matrimonial que permitiera otra religiosa, que finalmente tuvo lugar en Salzburgo, al año siguiente. Sin embargo, y pese a que tuvieron un hijo (Alexander, nacido en 2002), la cosa acabó en divorcio en 2005. “Terminaron muy mal”, explica a PUNTO G un experto en casas reales que pide guardar el anonimato. El relato coincide con el de Rey Cabieses: “Ella no era muy popular en Alemania ni contaba para nada. Tras el divorcio quedó apartada de la familia”.
Los Wittgenstein son una de las casas soberanas del Sacro Imperio Romano Germánico con muchas ramas, algunas de ellas extinguidas. Tienen el mismo rango que las casas reales europeas. “Si un Wittgenstein de nacimiento se casara con un hijo del Rey de España, serían del mismo rango”, dice Rey Cabieses. Sin embargo, en Alemania no son muy conocidos ni tienen ningún peso representativo. “No son personas habituales de la Prensa del corazón. En Alemania no es como aquí”, explica otra fuente experta.
Como le gustaba España –había disfrutado algún verano en Lanzarote–, comenzó a pasar largas temporadas en un chalé en El Pardo y se integró en la vida social, llegando a formar parte de delegaciones empresariales en representación de España en países como Arabia Saudí.
Tiene gustos caros, como los safaris y las actividades acuáticas, y se dice que adquirió un collar de esmeraldas de la condesa de Romanones, que en el pasado fue de Anita Delgado, maharaní de Kapurthala, y que fue vendido por 400.000 euros por Sotheby´s, aunque la casa de subastas no confirma si fue ella quien lo compró.
¿Quien le compraría el collarcico a Corinna? ¿No tienes bastante con la reina? Ella si que es un ejemplo de saber estar y asumir con dignidad el servicio a España. Te rasgas las vestiduras con los negocios de tu yerno, cuando no eres un ejemplo para mostrar. De la casa real, el único miembro de la misma que puede asumir dignamente la jefatura del estado e independientemente de la propia reina, es el Príncipe Felipe, su moderación, su vida familiar y que se nota que es buena gente. El hace con su comportamiento una España cada vez mas monárquica, pero tu ten cuidadado que el español te saca la tricolor.
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