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miércoles, 8 de mayo de 2013

Mohan era curandero y adivino hindú, pero la magia no le curó: Cristo sí, y cambió su corazón - ReL


Mohan era curandero y adivino hindú, pero la magia no le curó: Cristo sí, y cambió su corazón - ReL

La revista de evangelización "Vachanolsavam", de los religiosos vicencianos de la India, recoge a veces historias que nos recuerdan las que leemos en Hechos de los Apóstoles, e incluso más asombrosas, pero ambientadas en nuestra época: personas que viven en el paganismo y a las que Cristo impacta.

Una de estas historias es la de Mohan Prasad, un curandero y astrólogo titulado y miembro "de toda la vida" del Consejo Indio de Ciencias Astrológicas (www.icas.org.in), que fomenta la astrología védica como adivinación, terapia y modo de vida, enraizada en los textos sagrados del hinduismo (los Vedas) y que en pleno siglo XXI ha crecido enormemente (de 3.000 socios en 1999 a más de 10.000 en la actualidad).

Mohan Prasad además reconoce que "odiaba la religión cristiana con todo mi corazón". Pero no era algo que le molestase en su día a día, y se consideraba una persona feliz... hasta que una extraña enfermedad cayó sobre él.

Una enfermedad sin diagnosis
"Era como si una nube oscura ensombreciese mi vida. Una extraña dolencia que no tenía síntomas, pero que me incapacitaba de forma que no podía caminar. Aunque yo era curandero de profesión [witch-doctor, en inglés], no podía diagnosticar mi dolencia ni recetarme un remedio", recuerda.

Materiales de un ritual de adivinación
astrológica védica
Por supuesto recurrió directamente a la brujería [witch-craft, en su testimonio en inglés]. Y lo hizo cuatro veces, sin efecto alguno.

Probó también tratamientos ayurvédicos, alopáticos y yunani (medicina de origen griego antiguo -"yunani" vendría de "Jonia", jónica- que los árabes extendieron por la India). Los curanderos de estas escuelas todos declararon que Mohan Prasad no tenía enfermedad alguna.

"Pero sin embargo yo estaba inerme, en la cama, no podía ni levantarme sin ayuda y todo el cuerpo me dolía. Cuando mi familia, que dependía de mí, se hundió en el pesar, yo perdí mi equilibrio mental", señala.

Rezar en la parroquia vecina
Fue entonces cuando le visitó un amigo católico, que le animó a ir a rezar a la cercana parroquia de San Antonio. Y allí fue Mohan, ayudado por su esposa. Y estando en oración en la parroquia, Dios le dio una "pista".

"Mientras rezaba, oí una voz que me decía: ´¿no se te dijo que fueses a orar?´ De golpe recordé que un amigo, mucho tiempo antes, me había propuesto ir a Divine, en Muringoor". Divine es un popular centro católico de retiros espirituales, de los religiosos vicencianos, con una impresionante lista de testimonios de sanaciones y favores (en www.drcm.org, en inglés). 

Así que después de 3 meses de dolencia incapacitante, Mohan participó en un retiro en Divine. "Todo el dolor de mi cuerpo desapareció", recuerda. "Pero yo no estaba preparado para reconocer y testificar que Jesús era mi sanador. Pensando que Jesús era un dios más, le di gracias junto a todos los otros dioses. Pero me di cuenta que dentro de mí tenían lugar cambios radicales".

En la sala de los ídolos
Cuando volvió a su casa, en Madrás, entró en la habitación "puja", donde se exhiben y honran las imágenes de deidades hindúes. "Esa habitación me inquietaba. Y empecé a quitar los ídolos, uno a uno. En su lugar, instalé a Jesucristo en mi hogar y mi corazón. Por fin, tras una batalla fiera, terrible, mi mente estaba en paz. Ese día, mi vida encontró un nuevo significado".


La fe cristiana le transformó a él y a toda su familia, y lo describe como "una ráfaga de aire fresco". "Supe que Jesús es mi único Señor y Salvador, y experimentamos la verdadera alegría cristiana; hoy Jesús y la Biblia controlan y dirigen mis actividades".


Renunciar a la astrología
Fue en la Palabra de Dios donde se convenció de que tenía que cambiar toda su visión: "No acudas a necromantes ni magos, yo soy el Señor tu Dios", leyó en Levítico 19,31. Otros versículos insistían contra la adivinación y la magia: Deuteronomio 4,19; 18,10-13; Levítico 20,27, etc...

"Hice una hoguera con todos mis libros de esas materias. Hoy estoy implicado en el ministerio de la Palabra en el Santuario Vicenciano de Ambathur, Chennai. Mi lengua, que había cantado mantras e invocaciones sharnam, ahora alaba al Señor y canta aleluya con vigor y entusiasmo", concluye el antiguo adivino y astrólogo.


stagduran
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Bob Dylan, peregrino del Rock, buscaba la verdad en la música y así encontró a Jesucristo - ReL


Bob Dylan, peregrino del Rock, buscaba la verdad en la música y así encontró a Jesucristo - ReL

EN 1962 salió a la luz uno de los discos más importantes en la historia de la música. Se titulaba Bob Dylan y si tiene un lugar privilegiado en la discoteca de coleccionistas y aficionados, no es por la calidad de sus canciones, sino por ser el primero de la carrera del genio de Minnessota.
 


Sólo dos de los temas de aquella presentación fueron compuestos por el propio Dylan. Sin embargo, al año siguiente y dentro del álbum The Freewheelin' Bob Dylan, el mundo escuchó un himno que desde entonces ha traspasado fronteras, derribado muros y unido generaciones como si una brisa de viento interminable lo llevara flotando allá donde se necesita. 

Con el tema Blowin' in the wind ('Flotando en el viento') nació el profeta de la revolución juvenil, el autor por excelencia de la canción protesta, que ampliará su fama y su peso en el panorama internacional un año después, en 1964, con su tercer álbum: The times they are a-changin' ('Los tiempos están cambiando').
 

Lo cierto es que Bob Dylan ni se llama Bob ni se apellida Dylan. Su verdadera identidad es Robert Allen Zimmerman. Pero Bob quiso dejar atrás a Robert y sepultó el apellido judío de su familia en honor del poeta británico Dylan Thomas, para pasar a la historia como Bob Dylan, nacido el 24 de mayo de 1941, en Duluth, Minnessota.

Conversión

Los cambios de dirección en el rumbo vital de Dylan no acabaron en su identidad. A sus fans les costó digerir que dejara la guitarra acústica y el folk para enchufarse a la eléctrica y el rock unos cuantos discos más tarde. Eso ocurrió en 1965, con el álbum Highway 61 Revisited, sexto de su carrera. 

Pero las protestas por el cambio de registro sucumbieron ante la arrebatadora canción Like a rolling stone.
 

Muy pocos hubiesen apostado a que el genial Dylan llegase a cantar alguna vez ante un Papa. Pero la historia de Dylan se escribe así, como la de un 'canto rodado' y a golpes de inspiración, en ocasiones, como en el caso de su conversión al cristianismo, parece que inspiración divina.
Época dura y fructífera
Tras sufrir la separación de su mujer, con la que tuvo cuatro hijos, un Dylan cuarentón sufre una crisis existencial que le lleva a descubrir el valor de la Cruz y la redención.

Fue una época dura para el cantante, pero tremendamente fructífera para su discografía. Así, en 1979, 1980 y 1981, publica tres discos seguidos que son conocidos por sus biógrafos como los 'discos cristianos': Slow train coming (El tren que viene despacio), Saved (Salvado) y Shot of love (Impacto de amor).

En ellos se escuchan, mezclados con acordes desgarrados y tensos punteos, letras de canciones tan explícitas como When He returns (Cuando Él regrese):

"Entrega tu corona sobre esta tierra manchada de sangre; quítate la máscara; 
Él ve tus actos; 
Él sabe tus necesidades antes de que tú le pidas; ¿Cuánto tiempo puedes falsear y negar cuál es la Verdad?".


Y sigue:


"De cada plan terrenal que el hombre hace para servirse, Él no se preocupa; 
Él tiene planes para instalar Su trono; 
cuando Él regrese".

1997 fue otro año oscuro para Dylan, que llegó a temer por su vida al ser internado de urgencia por una afección cardiaca.


Ese mismo año, Juan Pablo II le dio una sonrisa al invitarle a tocar ante 300.000 jóvenes durante la celebración del Congreso Eucarístico de Bolonia.

Un solo camino
La invitación supuso un desacuerdo entre el Papa y el entonces cardenal Ratzinger, que no veía conveniente la actuación, en el marco del Congreso, de "ese tipo de profetas".

Pero el viejo Papa polaco era capaz entonces de ver más allá de las apariencias, sirviéndose de la letra más conocida del poeta, justo después de que la cantara, para evangelizar.

La primera estrofa de Blowin' in the wind pregunta: "¿Cuántos caminos debe recorrer un hombre antes de convertirse en hombre?", a lo que Juan Pablo II lanzó su respuesta al viento, para que perdurase en el tiempo tanto como la canción: "¿Cuántos caminos? Hay uno sólo: ¡Cristo es el camino que el hombre tiene que recorrer antes de ser llamado hombre!".

Bob Dylan tiene 71 años, de los que ha dedicado 50 a la música, y 58 discos a sus espaldas, de los que ha vendido más de 90 millones de copias.


Sus giras musicales han dado varias veces la vuelta al mundo. Es una leyenda viva, atrevida, cansada pero siempre en marcha. Es un peregrino del rock que vive su vida dispuesto a rectificar, pero manteniendo algo inamovible: su fe.


"Soy alguien que cree -manifestó tras cantar ante el Papa-. Lo vivo así y lo he manifestado en mis canciones.

Una vez escribí que Dios no es un 'fetiche' para las necesidades del hombre, y sigo pensándolo. Sinceramente, no ha cambiado nada, no tengo nada nuevo que añadir. Yo soy creyente".



stagduran
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El Papa pide escuchar al Espíritu Santo, "que nos dice que Dios siempre perdona"




El Papa pide escuchar al Espíritu Santo, "que nos dice que Dios siempre perdona"

El papa Francisco dijo hoy que el Espíritu Santo es el "agua viva" que Dios dona a los hombres para que tengan una vida "plena, justa y buena, una vida que no esté amenazada por la muerte", e insistió en que hay que escucharle, "ya que nos dice que Dios nos ama como un padre, siempre nos perdona".
Ante más de 80.000 personas que asistieron en la plaza de San Pedro del Vaticano a la audiencia pública de los miércoles, Francisco reflexionó sobre el actual tiempo pascual, que dijo es "por excelencia" el tiempo del Espíritu Santo.
El papa Bergoglio subrayó que el Espíritu Santo es la Tercera Persona de la Santísima Trinidad, "el gran don de Cristo Resucitado que abre nuestra mente y nuestro corazón a la fe de Jesús".
"El Espíritu Santo nos guía en la amistad y en la unidad con Dios y si escuchamos aquello que nos dice, podemos sentir que nos dice: Dios te ama, te quiere. Dejémonos guiar por el Espíritu Santo que nos dice que Dios es amor, nos espera, que nos ama como un verdadero papá", afirmó.
Francisco insistió: "tenemos que escuchar al Espíritu Santo, Él nos dice que Dios es bueno, que Dios es padre, que nos ama, que nos perdona siempre. Escuchemos al Espíritu Santo".
El Obispo de Roma agregó que el hombre de todos los tiempos y de todos los lugares desea "una vida plena y bella, justa y buena, una vida que no esté amenazada por la muerte, sino que pueda madurar y crecer hasta su plenitud".
"El hombre es como un viandante que atravesando los desiertos de la vida tiene sed de agua viva, que brota y es fresca, capaz de saciar en profundidad su profundo deseo de luz, amor, belleza y paz. Todos sentimos ese deseo y Jesús nos dona esa agua viva, que es el Espíritu Santo", añadió.
Francisco aseguró que Cristo ha derramado sobre los hombres esa "agua viva", para que sean hijos de Dios y para que sus vidas estén "guiadas, animadas y alimentadas por él".
Por ello, precisó, el cristiano es un hombre espiritual, "una persona que piensa y actúa siguiendo la inspiración del Espíritu Santo, cuyos frutos son amor, alegría, paz, comprensión, servicio, bondad, lealtad, amabilidad y dominio de sí".
Una imagen de la Virgen de Luján, patrona de Argentina y cuya festividad se celebra hoy, presidió la audiencia pública.
El papa Bergoglio es muy devoto de la patrona argentina y antes de comenzar la audiencia se acercó hasta la imagen, depositó un ramo de flores blancas, rezó un momento y le pasó la mano.
Cuando saludó en español dijo: "En este día en el que se celebra Nuestra Señora de Luján, celestial Patrona de Argentina, deseo hacer llegar a todos los hijos de esa querida tierra argentina mi sincero afecto, a la vez que pongo en manos de la Santísima Virgen todas sus alegrías y preocupaciones".
"Un aplauso, una gran aplauso", pidió el papa para la patrona argentina.
Sonriendo, con aspecto feliz, agregó: "más fuerte, que no lo escucho", mientras se colocaba una mano en una oreja.
Francisco también saludó a los fieles procedentes de España, Colombia, México, Venezuela y otros países latinoamericanos presentes, ante los que abogó para que "la relación filial con Dios, por obra del Espíritu Santo, nos haga ver también a los demás como hermanos y hermanas en Cristo".
Antes de comenzar la audiencia, el papa Bergoglio recorrió la plaza de San Pedro en el papamóvil, en medio de los aplausos, vivas y ondear de banderas, de las decenas de miles de fieles presentes.
Como ya es habitual, en un ambiente de cordialidad y alegría, el papa Francisco besó a niños y enfermos y estrechó manos.