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lunes, 7 de febrero de 2011

La escandalosa tolerancia de Jesús


Si nos atenemos a lo que cuentan los evangelios, nos llevamos la sorpresa de que Jesús fue escandalosamente tolerante con personas y grupos con los que ningún hombre, reconocido como observante y ejemplar desde el punto de vista religioso, podía ser tolerante. Al tiempo que se mostró extremadamente crítico con aquellos que se veían a sí mismos como los más fieles y los más exactos en su religiosidad. Jesús fue tolerante con los publicanos y pecadores, con las mujeres y con los samaritanos, con los extranjeros, con los endemoniados, con las muchedumbres del gentío (óchlos), una palabra dura que designaba a la "plebe que no conocía la Ley y estaba maldita", a juicio de los sumos sacerdotes y de los fariseos observantes (Jn 7, 49; cf. 7, 45). Y es curioso, pero esa gente es la que aparece constantemente acompañando a Jesús, escuchándole, buscándole.... Los relatos de los evangelios son elocuentes en este punto concreto y repiten muchas veces que el "gentío", la "muchedumbre"... era la que buscaba a Jesús, la que le oía, la que estaba cerca de él. Y aquella mezcla de Jesús con el "gentío" llegó a ser tan agobiante, que hasta la familia de Jesús llegó a pensar que había perdido la cabeza (Mc 3, 21). Jesús compartía mesa y mantel con gente pecadora, lo que daba pie a murmuraciones por causa de semejante conducta (Lc 15, 1 s). Jesús siempre defendió a las mujeres, por más que fueran mujeres poco ejemplares. Hasta llegar a decir que los publicanos y las prostitutas entraban antes que los sumos sacerdotes en el Reino de Dios (Mt 21, 31). Jesús defendió a una famosa prostituta en casa de un conocido fariseo (Lc 7, 36-50). Como defendió el derroche de perfume que hizo María en la cena de homenaje que le hicieron a Jesús (Jn 12, 1-8). Y sabemos que, cuando iba de pueblo en pueblo por Galilea, le acompañaban, no sólo los discípulos y apóstoles, sino también bastantes mujeres, entre ellas la Magdalena, de la que había expulsado siete demonios (Lc 8, 1-3). Jesús siempre se puso de parte de los cismáticos y despreciados samaritanos, hasta poner como ejemplo de humanidad a uno de ellos, frente a la dureza de corazón del sacerdote (Lc 10, 30-35).
Con lo dicho hay suficiente para hacerse una idea de lo "escandalosa" que tuvo que resultar la tolerancia de Jesús. Ser tolerante con los que viven y piensan como cada cual vive y piensa, eso no es sino sentido común. El problema está en saber con qué tenemos que ser tolerantes. Y qué cosas no se deben tolerar. Por supuesto, aquí tocamos un tema extremadamente difícil de precisar y delimitar con exactitud. Por eso entiendo que haya personas que entran en el blog y expresan sus desacuerdos con lo que yo escribo. Los entiendo perfectamente. Y me parece que es bueno que todo el que entre en este blog se sienta con libertad para decir lo que piensa, con tal que eso se haga con argumentos y razones, nunca agrediendo o humillando al que no se ajusta a mis puntos de vista. Pero con eso, nada más, no tocamos el fondo del problema.
Yo creo que todo depende de aquello que para cada cual es "intocable". Dado que estamos en un blog de teología, la cuestión que, a mi modo de ver, habría que afrontar es la siguiente: desde el punto de vista del Evangelio, "lo intocable" ¿es "lo religioso" o es "lo humano"? Pienso que es capital , para un creyente en Jesucristo, tener bien planteada y bien resuelta esta pregunta. De sobra sabemos que, por salvaguardar los derechos de la religión, a veces, no se respetan los derechos humanos. Por defender un dogma, se ha quemado al hereje. Como por asegurar un criterio moral, se ha metido en la cárcel al homosexual o se apedrea a una adúltera. Es sintomático que los enfrentamientos, que, según los evangelios, tuvo y mantuvo Jesús, fueron con gente muy religiosa, al tiempo que se llevó bien con los grupos humanos que la religión despreciaba o perseguía. Es evidente que, para Jesús, su relación con el Padre del Cielo era lo central. Pero lo que pasa es que Jesús entendía al Padre del Cielo de forma que ese Padre no hacía diferencias. Y por eso es el Padre que hace salir el sol sobre buenos y malos; y manda la lluvia sobre justos y pecadores (Mt 5, 45). Porque es humano necesitar el sol y necesitar la lluvia. Cosas que, por lo visto y a juicio de Jesús, son más intocables que la "bondad" de unos o la "maldad" de otros.
¿Que todo esto entraña sus peligros? Sin duda alguna. Pero a mí, por lo menos, me parece que es mucho más peligroso dividirnos y enfrentarnos por motivos religiosos, de forma que tales motivos justifiquen las mil intolerancias que hacen la vida tan desagradable y hasta puede ser que la lleguen a hacer sencillamente insoportable. Eso nos hace daño a todos. Y además daña - y mucho - a la religión. ¿Por qué, si no, la religión se ha hecho tan odiosa para no pocas personas, muchas de las cuales sabemos que son gente honrada a carta cabal? Las religiones tendrán que pensarse este asunto. Y tendrán que hacerlo de prisa y con toda honestidad, si es que quieren que la historia no las arrolle y las deje tiradas en las cunetas de los muchos caminos de este mundo.

La lenta batalla contra las playas "privadas"


Costas negocia permisos de uso con dueños de 50 chalés y otras edificaciones ubicadas en primera línea de playa
La aplicación de la Ley de Costas en La Manga y Cabo de Palos ha experimentado en las últimas semanas un nuevo avance, gracias a la tramitación de cincuenta expedientes relativos a construcciones que invaden el dominio público marítimo-terrestre y que pueden acabar derribadas, demolidas sólo en parte -en su mayoría- o salvadas para los próximos treinta o sesenta años, gracias a permisos de uso derivados de los derechos adquiridos por los propietarios.
La lenta batalla contra las playas 'privadas'

A través de la Demarcación de Costas del Estado en la Región de Murcia, el Ministerio de Medio Ambiente, Rural y Marino está inmerso en una fase del proceso de recuperación de las playas para el uso público, que tuvo como principal precedente los deslindes aplicados desde hace seis años para delimitar bien qué zona es pública.
La recolocación de mojones permitió establecer las franjas de servidumbre de acceso y tránsito, de seis metros a 20 de distancia al mar, y de protección, de hasta 100, y ahora se trata de ir caso por caso, decidiendo qué pasa con cada edificación.
Como la ley es de 1988, el trato es distinto para lo construido antes o después de esa fecha. Los dueños de construcciones previas pueden acogerse a concesiones de uso de treinta años, prorrogables otros treinta, mientras que el resto pasa a un procedimiento sancionador (multas), que puede desembocar en un derribo. Los cincuenta casos que aborda ya Costas están recogidos en un inventario de bienes integrado ya por trescientas propiedades repartidas por aproximadamente la mitad del litoral de la Región.
En total, según los cálculos de la Demarcación, el inventario tendrá unos seiscientos apuntes, en su mayoría referidos a La Manga, Cabo de Palos y Mazarrón.
Las viviendas individuales (sobre todo, chalés) destacan en el listado, que también incluye terrazas asociadas a esas casas, partes de edificios, muros, cerramientos, clubes náuticos, jardines y porciones de parcelas urbanizables.
El criterio de los responsables del Ministerio en la Región es otorgar las concesiones de uso para las construcciones previas a 1988, siempre que no obstaculicen la zona de tránsito, como ocurre con terrazas situadas en la parte de La Manga que da al Mar Menor, sobre todo en el término municipal de San Javier.
Un ejemplo es la zona cercana al Hotel Doblemar, donde hay un edificio que lleva ya casi cuatro décadas a medio construir.
Medio Ambiente ha ganado numerosos recursos judiciales contra los deslindes interpuestos ante la Audiencia Nacional y el Tribunal Supremo por los afectados. Pero hacer efectiva la recuperación de las playas para el disfrute público es una batalla más lenta y complicada. En todo caso, Costas ha ido dando pasos en los últimos años con demoliciones, como las de siete viviendas en Los Urrutias, un muro de cerramiento en el Hotel Cavanna, un pantalán también en la playa del Cavanna o un edificio de 80 viviendas en Playa Honda (pagó por el inmueble 12 millones de euros). Con esto último, tenía como objetivo acometer un proyecto de mejora ambiental en la zona de Playa Paraíso, que espera poner en marcha este año.
En otras zonas, como la playa de Marchamalo, ha habido tiras y aflojas con los dueños de bares y restaurantes, que se oponen a los precios de expropiación fijados por el Gobierno para construir un paseo marítimo. Y en el Vivero, entre Puerto Bello y las salinas de Marchamalo, la victoria judicial de Costas respecto al nuevo deslinde fue sólo un triunfo parcial, puesto que los promotores de una urbanización lograron del Ayuntamiento de Cartagena compensaciones en altura y, por lo tanto, podrán levantar torres de pisos.
Son ejemplos de la complicada aplicación de la ley de Costas en los 272 kilómetros de litoral regional, donde siguen al rojo vivo conflictos como el de las casas del poblado marinero de Puntas de Calnegre, en el término de Lorca, donde la declaración de Bien de Interés Cultural por parte de la Comunidad busca evitar derribos a los que ponen pegas las autoridades locales.